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Vía Crucis con un sello particular

El Vía Crucis o Estaciones de la Cruz, es una de las formas más expresivas, más sólidas y extendidas de la devoción del pueblo cristiano a la Pasión de Cristo. Se trata de un camino de oración que busca adentrarnos en la meditación de lo tolerado por Jesucristo en su camino al Calvario, representado por imágenes que revelan situaciones particulares por él sufridas para nuestra salvación. Reflexionemos juntos en ésta Semana Santa.

Dice San Bernardo: “No hay cosa tan eficaz para curar las llagas de nuestra conciencia y purgar y perfeccionar nuestra alma como la frecuente y continua meditación de las llagas de Cristo y de su Pasión y Muerte”.

PRIMERA ESTACIÓN: JESÚS ES CONDENADO A MUERTE

Jesús fue condenado injustamente; y yo también muchas veces he sido regañado o castigado injustamente. Pero yo mismo he juzgado y rechazado a los demás también en muchas ocasiones.

Jesús siempre dijo la verdad e hizo el bien. “No juzgueis, para no ser juzgados. Porque con el criterio con que vosotros juzguéis se os juzgará, y la medida con que midáis se usará para vosotros.” (Mateo 7, 1-2)

SEGUNDA ESTACIÓN: JESÚS CARGA LA CRUZ SOBRE SUS HOMBROS

En la carga de la cruz iban representados todos nuestros pecados. Cristo nos salva a todos, y quiere que yo sea su discípulo, siguiendo paso a paso el camino que Él ha recorrido, o sea, cargando sin debilidad la “cruz” de mis deberes y trabajos.

A partir del pecado original el hombre había perdido la amistad de Dios y Cristo vino a devolvérnosla. Con su Pasión y Muerte produjo méritos infinitos, que satisfacen los pecados de la humanidad.   “… pero donde abundó el pecado, sobre abundó la gracia” (Romanos 5,20).

TERCERA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

Como cristiano, debo tomar mis “cruces” de cada día. Pero muchas veces me escapo y dejo mis clases, mis tareas, mis trabajos. Pediré al Señor su gracia para tomar mi cruz y cuando caiga por haber cometido una falta me levantaré pensando en todo lo que él sufrió por nosotros, recordando que con nuestras mentiras, desobediencias, insultos, pleitos y otros pecados con los que ofendemos a Dios, hacemos más pesada su Cruz.

CUARTA ESTACIÓN: JESÚS SE ENCUENTRA CON SU SANTÍSIMA MADRE

La Virgen María quería mucho a su Hijo, como todas las mamás del mundo aman a sus hijos. Por eso sigue a Jesús en la Pasión. Ella quiere cooperar en la salvación de todos los hombres. Me pone el ejemplo para tener buen corazón con las personas necesitadas: los pobres, los tristes y los enfermos.

La Virgen María tiene un lugar muy importante en la Iglesia, Ella es Modelo, Madre, Maestra, y Reina de la humanidad. Ella es el mejor camino que nos lleva a Jesús. Después de Dios, Ella es quien más merece nuestro amor.

A Jesús por María.

QUINTA ESTACIÓN: JESÚS ES AYUDADO A CARGAR LA CRUZ

Cuando ayudo a los afligidos, a los enfermos, a los pobres y necesitados, es a Jesús a quien ayudo a llevar su cruz. Jesús es nuestro hermano porque Él es el Hijo de Dios y nosotros por el Bautismo también somos hijos de Dios. Cristo derramó su sangre por todos, para que juntos formemos una sola familia. Debemos amar a nuestros semejantes, porque son nuestros hermanos.

SEXTA ESTACIÓN: LA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS

Jesús le agradece a la Verónica su caridad. Cuántas personas me ayudan, como mis papás, mis maestros y mis amigos. Debo valorar esa preocupación de la gente que me aprecia. No puedo ser tan ingrato, orgulloso, soberbio, arrogante. Debo aprender a ser humilde y agradecido.

Jesús, enséñame a amar a los demás y que se cumpla lo que Tú has dicho: “Cualquier cosa que hagas con uno de esos pobres, conmigo lo haces” (Mateo 25, 40).

SÉPTIMA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ

Una y otra vez puedo caer, por egoísmo, soberbia o debilidad, no soy fuerte. Pediré al Señor que me ayude para vencer las dificultades y no caer. Ayúdame, Jesús, robustece mi voluntad para procurar siempre el bien y evitar el mal.

OCTAVA ESTACIÓN: LAS MUJERES LLORAN AL VER A JESÚS

Como Jesús, debo tener tristeza por los pecados de todo el mundo; yo mismo procuraré hacer sufrir menos a Jesús evitando el mal y haciendo el bien. Con gestos tan simples uno puede vivir en Gracia de Dios, sin embargo nos cuesta creer, tener Fe. Pidámosle a Dios refuerce nuestra esperanza.

NOVENA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

Cristo ha caído, está en tierra, tirado por tanto dolor. ¿Hay alguien que le quiera ayudar? Todos lo han abandonado. Se levanta por sí solo y prosigue otra vez el camino del Calvario. Hoy Jesús sigue tirado en los enfermos, en los pobres, en los huérfanos y ancianos abandonados. Perdóname, Jesús, por las muchas veces que te he ofendido y hoy por mis pecados seguir sumándote un dolor inconmensurable.

DÉCIMA ESTACIÓN:JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

Al llegar Jesús al monte Calvario la turba comienza a maltratarlo de nuevo, rasgándole la ropa, hasta despojarlo de sus vestiduras. Los soldados se sortean la túnica. Cuántas veces yo mismo he maltratado a Jesús con mi comportamiento. Dios mío, haz que yo me despoje de todo lo que es malo, para poder seguirte generosamente.

UNDÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

Yo no puedo hacer nada para defender a Jesús, pero sí puedo hacer mucho por mi Familia, mis padres, mis hermanos, por mis compañeros y vecinos; en todos ellos cuando sufren vuelve a ser crucificado Jesús.

DUODÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ

Jesús muere. Así cumple la voluntad del Padre eterno: darnos a todos la salvación y la vida eterna. La muerte de Jesús es el camino de la Resurrección, y es el camino que yo debo recorrer: muerte al pecado para resucitar un día en el Cielo.

Jesús muere por nosotros porque es el Buen Pastor que da la vida para salvar a sus ovejas “Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas.” (Juan 10,11). Jesús vence a la muerte resucitando glorioso, al tercer día, para nunca más morir.

DECIMOTERCERA ESTACIÓN: LA VIRGEN MARÍA RECIBE EL CUERPO DE SU HIJO

También la Virgen María sufre por mis faltas, pues cuando me porto mal vuelvo a renovar la muerte de su Hijo Jesús.

Jesús, una espada de dolor atravesó el corazón de tu Santísima Madre cuando fuiste puesto sin vida en sus brazos. Ayúdame a ser hijo leal de María, mi Madre.

DECIMOCUARTA ESTACIÓN: JESÚS ES SEPULTADO

Participamos en la muerte y resurrección de Jesucristo, apartándonos del pecado y viviendo en gracia para poder un día resucitar con Él.

Para fomentar más mi fe de cristiano debo creer en la Resurrección y practicar la vida que Jesús nos puso como ejemplo en sus obras y palabras.

Jesús, tus enemigos han triunfado al sellar tu tumba. Pero tu triunfo eterno comenzó la mañana de Pascua con tu Resurrección. Ayúdame, Jesús, a confiar en la Resurrección de mi alma.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz.

Fotos: Manuela Calderón Bourband y Mariana Bourband.-