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Ver las barrancas del Parque Urquiza devastadas genera estupor y tristeza

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- En mayo se conoció la noticia de que una de las barrancas del Parque Urquiza de la capital entrerriana se desmoronó, dejando no solo una postal desoladora, sino que grietas visibles y peligrosísimas. Peor aún… Filtraciones, aguas subterráneas, cañerías erosionadas, y tareas desarrolladas en cuanto a estudios geotécnicos, han provocado traslación constante de fango o sedimentos hacia la Costanera Baja, completando un panorama de crítica devastación. Galería de fotos.

 

Unos plásticos negros caen como banderas en una tribuna, sobre una de las barrancas en el Parque más emblemático de la capital provincial.

El desplazamiento arrancó algunos árboles y dejó otros a medio caer, como por ejemplo un pino que luce inclinado frente a la casa del arzobispo.

 

En toda ésta zona ha sido vedado el tránsito. Lo contradictorio es que en la Costanera no hay regulación del flujo de vehículos y así las vibraciones se mantienen inalterables.

Idem… Los partidos políticos, su militancia, profundizan, agudizan los ruidos inconvenientes estableciendo puestos de campaña frente a toda esa área de neto riesgo.

 

Una contradicción que se ahonda teniendo en cuenta las recomendaciones que se hicieron al Complejo Ortiz sobre los decibeles de la música que allí se reproducían.

Dicen desde la Comuna que se trabajará a fondo por estabilizar la parte superior de la barranca cercana a Etchevehere, y luego se reconstruirá toda la barranca desde Acuerdo de San Nicolás, plasmándose un robusto movimiento de suelo, nuevos taludes, terrazas y de drenajes.

 

Arreglar el derrumbe llevará, seguro, mucho tiempo. Mientras, las medidas paliativas parecerían superfluas, nimias, insignificantes. Claro… No somos eruditos en la materia. Pero vemos extremo peligro en el área y NI UN VIGIA COMUNAL (¿dónde quedaron? ¿existen aún? ¿laburan?).

Sí, vimos personal policial en moto, pero sin controlar ingreso y acceso a la zona de exclusión que pareciera tierra dinamitada, como un área de combate, despedazada.

 

Creemos que de modo irrenunciable, ineludible, forzoso, la Gestión Osuna debe URGENTE intervenir para preservar la seguridad de TODOS los habitantes y cerrar con un bloqueo, un cerrojo más contundente. No hay otra medida más COHERENTE y OPORTUNA que esa.