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UNER y UADER a un paso del acuerdo: ¿Veterinaria para Todos?

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Con una decidida, oportuna y saludable mediación gubernamental, el “diferendo” entre UADER y UNER por la nueva sede de la Facultad de Veterinaria tendría un principio de acuerdo. Aparentemente, Gualeguaychú tendría una sede en manos de la UNER y Villaguay confirmaría el proceso que venía desarrollando.

 

La coyuntura había creado hasta cruces entre legisladores y, atinadamente, desde altas esferas gubernamentales, se habría procedido a aquietar inquietudes cristalizando la instalación de dos Casas de Altos Estudios en dicha materia.

 

Desde el sur se había puesto énfasis en las gestiones promovidas por ediles, legisladores la Corporación del Desarrollo y de la Cooperativa Eléctrica de Gualeguaychú; en tanto que la sociedad civil villaguayense demandaba se respete la planificación, incluyendo los estudios de factibilidad técnica económica y académica y la elaboración del proyecto para el desarrollo y el emplazamiento de un Polo Universitario Zona Centro, dada la ubicación estratégica de esta localidad en el contexto productivo y geopolítico entrerriano.

 

La comunidad gualeguaychuense esgrimió  que ya en el año 2002, desde el Instituto Agrotécnico y desde la Cooperativa Eléctrica, se comenzó a plantear el tema. Posteriormente se interesó a la Corporación para el Desarrollo de Gualeguaychú, que agrupa gran parte de los sectores dinámicos de la sociedad en La Perla del Sur, y posteriormente se presentó la inquietud a las autoridades políticas y de inmediato  a las de la Universidad Nacional de Entre Ríos, corroborándose que todo ello demandó un proceso de larga data del que participaron muchas entidades intermedias, resaltándose que para efectivizar ello se cuenta con una importante infraestructura, tanto del Instituto Agrotécnico como de la Facultad de Bromatología.

 

El pueblo de Villaguay clarificó que no es un proyecto sólo de la Ciudad de Encuentro, sino de varias localidades aledañas, suscribiéndose un petitorio remitido a autoridades provinciales y a la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau), haciéndose públicos además una serie de proyectos que obran en el concejo deliberante local y en la cámara de diputados de la provincia,  que revelan que la idea de crear Veterinaria en Villaguay tiene por lo menos 12 años.

 

Uno de los documentos es un proyecto de resolución que respalda las gestiones que llevaban a cabo, en 2000, el entonces intendente Oscar Miranda y quien se desempeñaba como diputado provincial, Carlos Fuertes, tendientes a radicar la carrera en Villaguay, y exponiéndose detalles de los innumerables trámites que vienen realizándose desde 2009 para concretar la propuesta educativa, en el marco de un acuerdo entre la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) y la facultad de Veterinaria que la Universidad Nacional del Litoral (UNL) tiene en Esperanza, provincia de Santa Fe.

 

Desde el sur provincial se admitió además que se establecieron fecundos contactos entre comunidad gualeguaychuense, UNER y Universidad Nacional de Rosario en un proyecto de dictar un ciclo básico de tres años de la carrera de Veterinaria que funcionaría en la Facultad de Bromatología, con la posibilidad que los jóvenes puedan terminar el ciclo superior en Casilda, provincia de Santa Fe. El título lo otorgaría la Universidad Nacional de Rosario, y el personal académico sería de ambas Facultades.

 

No obstante, hoy por la mañana, desde la Casa Gris, en Paraná, surgió un rumor MUY consistente: merced a la mediación del Gobierno provincial y nacional, existiría la voluntad de trabajar entre las dos localidades para articular una oferta educativa que colme las expectativas de las dos ciudades y es MUY posible, digamos que es CASI UN HECHO que en Gualeguaychú y Villaguay se dicten carreras del mismo perfil, destrabándose un incipiente conflicto que ya estaba generando innecesarios, estériles enfrentamientos de ambas comunidades.

 

Restaría solo consensuarse detalles, pero nos animamos a decir que el final sería feliz, imperando pacíficamente un mejoramiento sensible de la oferta en cuanto a calidad educativa entrerriana. En buena hora, por cierto…