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Los creyentes recordaron la fiesta de Corpus Christi

Los cristianos conmemoraron en una jornada especial la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, que, en latín, se menciona como Corpus Christi. Al respecto, desde la Iglesia se señaló que “estamos bendecidos porque Jesús se nos da como alimento de vida eterna, el pan para la vida del mundo. Recibir el Cuerpo de Cristo en la Comunión nos une en un solo cuerpo con Él y con los hermanos”.

“Nos enseña San Pablo que “cuando un miembro sufre, todos sufren con él. El apóstol retó a los cristianos de la comunidad de Corinto porque trataban con desprecio a los pobres. Cuando ustedes se reúnen para la Cena del Señor, ‘apenas se sientan a la mesa, cada uno se apura a comer su propia comida. Y, mientras uno pasa hambre, el otro se pone ebrio. ¿Tan poco aprecio tienen a la Iglesia de Dios,que quieren hacer pasar vergüenza a los que no tienen nada?’ El respeto y devoción con que tratamos la Eucaristía nos comprometen en esa misma dirección hacia los pobres’”. “¿Quieren de verdad honrar el Cuerpo de Cristo? No consientan que esté desnudo. No lo honren aquí con vestidos de seda y afuera lo dejen padecer frío y desnudez. ¿Qué le aprovecha al Señor que su mesa esté llena toda de vasos de oro si Él se consume de hambre? Como enseña San Agustín, la Eucaristía es ‘Sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad’”, se destacó.

La celebración del Cuerpo y Sangre de Cristo fue presidida en Paraná por nuestro arzobispo monseñor Juan Alberto Puiggari. Este año la celebración se dio en el día del aniversario de la creación de la diócesis, en sus 161 años de vida y acción evangelizadora.
La misa se enmarcó en el contexto de la crisis sanitaria desatada por el coronavirus, ante una Iglesia Catedral totalmente vacía de fieles el arzobispo fue acompañado por el vicario general y un pequeño grupo de sacerdotes que representaban a las zonas pastorales de la ciudad.

En su homilía al inicio monseñor expresó: “Hoy en la soledad de este templo, un pequeño grupo de sacerdotes, representando a todos ustedes, queridos amigos, que participan por la televisión y por los otros medios, quieren asumir todas sus intenciones. Desde muchas partes de nuestra Diócesis están unidos virtualmente, los saludo muy cordialmente, sé del sufrimiento de ustedes por no poder rendir presencialmente el homenaje a Jesús Sacramentado. Formemos una comunidad de fe, para alabar y agradecer este admirable sacramento y adorar a nuestro Dios escondido”.

Refiriéndose a la imposibilidad de realizar la celebración como cada año nos congrega, el arzobispo expresó: “Este año no podemos salir en procesión, pero saldremos al atrio para pedirle al Señor que bendiga a toda nuestra ciudad y nuestra Arquidiócesis y decirle una vez más: Señor este es tu pueblo, lo fundó tu Madre, bajo la advocación tan querida de Nuestra Señora del Rosario. Lo fundó para Ti, Señor. Una vez más te reconocemos como Señor de nuestra historia. Confiando en poder omnipotente, te encomendamos a todo nuestro pueblo que peregrina en nuestra Arquidiócesis; ponemos ante sus ojos los sufrimientos de los enfermos, la soledad de los jóvenes, de los niños y de los ancianos, que sufren de una manera especial esta situación de aislamiento; las tentaciones, los miedos, las incertidumbres de toda nuestra vida. La ponemos en tus manos”.

Toda la celebración fue transmitida por las distintas redes sociales del arzobispado y de cada parroquia, por Radio Corazón y la pantalla de los colegas de Canal 11.