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Liga B: vacaciones para Echagüe

Este martes en “El Nido de Las Aguilas Rojas”, en Villa Ángela, Chaco, Echagüe cerró honrosamente la campaña 2009/10 de Liga Nacional B. A punto estuvo de la hazaña en un juego donde no tuvo el cierre ideal necesario. Progresista lo derrotó por 82 a 74 y sigue en carrera. El team de Paraná vuelve con la frente bien alta. Dejó todo, aún en desventaja de toda índole.

Fue una temporada de transición para todos ésta de jugar en la 3ª categoría como a mediados de los ’80. Luego de tantos años de Liga A, y muchos más de TNA, con compras de plaza incluidas, hubo que barajar y dar de nuevo, con dirigentes que supieron acompañar a Butta y hoy, con más años encima, y con toda la experiencia acumulada junto al “Chungo” le pusieron el hombro a la entidad para que siga habiendo baloncesto profesional.

Costó, y mucho. La previa y el durante. Costó la herencia, costó lo nuevo, costó mantenerse, costó tomar decisiones, y costó no poder/querer asumir otras resoluciones. Pero así, con enorme sacrificio de cada parte (dirigencia/plantel/cuerpo técnico) se arribó a la conclusión que de la adversidad se salía en conjunto y eso hizo Echagüe.

Deponiendo actitudes, muchas de ellas comprensibles en cuanto al profesionalismo que todo trabajador debe tener, equipo y entrenador se dieron la mano bien fuerte, a la antigua, y nació un nuevo proceso desde la llegada de Urquiza, fortaleciéndose con el advenimiento de un gran jugador como Ricci.

Estas dos piezas, más el retemplar los ánimos del conjunto, generaron un revulsivo con el cual arribó a los Cuartos el “Negro”.

Ya hablamos sobre el primer y segundo juego. Falta saber cómo concluyó esta historia que tuvo visos de drama y termina como una novela rosa o una comedia donde el final más allá de ser algo triste, reconforta porque sus protagonistas nos regalaron gratos momentos.

Estábamos ilusionados y Echagüe no nos defraudó. Durante gran parte del encuentro en feudo ajeno se mantuvo al frente y llegó a sacar si no nos falla la memoria 8 de luz en el segundo cuarto (33-25). Luego, todo fue torta a torta, palo y palo, hasta que en los 3 minutos finales hubo varias equivocaciones y el costo fue la eliminación.

Pareció que se quedó sin combustible, en especial algunas singularidades que cometieron imprecisiones esenciales, y hasta extrañas, como pesándoles el marco y la enorme responsabilidad.

Progresista no perdonó. Más bien no tuvo la más mínima piedad. Y no alcanzó con un Horst grandioso. Cancina, Alessio, Bernardi y Small, los que entre sus cuatro sueldos y condiciones contractuales superan el presupuesto de todo Echagüe, aparecieron para quebrar a su oponente. En el momento exacto en que aparecen los grandes.

Por eso es que la eliminación duele, pero sabemos que se dejó todo por evitarlo, y casi se logra lo utópico. Pudo ser una gesta épica, pero Echagüe no tuvo una feliz clausura y le dice “hasta la próxima…” al Ascenso.

Típico de final. Así empezó el partido. Con pérdidas y sobre todo decisiones tan inoportunas como inefectivas.

Ganó la UP los 10 iniciales por tener a Diego Bernardi encendido (8 pts., 4/4 en Libres, 2/2 de Dos). Pero el rosarino contó con algunos compinches, aunque de esporádica incidencia: Juan Cancina (4 pts., 2/2 Libres y 1/1 de Dos), un triple de Andrés Boni y uno de Gabriel Buttori, más la gestión interna de Ignacio Alessio y algunas contribuciones del siempre rendidor Federico Sarmiento.

Tres hombres del equipo paranaense contuvieron al anfitrión. Emilio Domínguez dominó los trapecios (7 puntos, 1/1 en Libres, 3/5 de Dos y 4 rebotes), pero tuvo enorme apoyo de Andrés Horst, que comenzaba a edificar un partidazo personal con 6 puntos 2/2 desde la Línea y 2/3 de Dos, más Román Rodríguez (6 puntos, 2/3 de Libres y 2/3 de Dos AECpero un 0/4 que preanunciaba en este aspecto una noche peleada desde los 6m25). Un 0/6 de tiros exteriores presagiaba lo peor para la velada.

Se pasó al recreo corto 22-21 Las Aguilas arriba pero poco a poco los entrerrianos fueron fortaleciéndose en defensa y corrigiendo las deficiencias ofensivas del arranque.

A falta de gol interno con un “secado” Domínguez y de desnivel perimetral con Vesco y Oviedo anulados en cuanto a conversiones, el “Memo” Rodríguez se puso la pilcha de líder con 10 puntos (6/7 de Libres y 5/6 de Dos fallando solo una vez de Tres).

Pero junto a Román dos compañeros la destrozaron: Andy Horst con 3/3 de Dos y Patricio Allocco (5 pts., 2/2 en Libres y 1/1 de Tres), más la dinámica que le dio a defensa y ataque Miguel Ricci.

Estas piezas permitieron que Echagüe pase a dominar con amplitud a su adversario que confundido perdió notoriamente eficacia en sus lanzamientos de Dos y aumentó sus pérdidas, logrando evitar una paliza con 4 misiles de Tres y una alta contundencia desde la Línea.

Fernando Small llegó a la cancha hambriento de gloria y anotó 9 puntos con tres bombas de cinco intentos; mientras que José Ignacio Alessio tuvo notable influencia en el juego bajo los cristales (8 puntos, 4/4 en Libres y 2/4 de Dos más 5 rebotes), en tanto que también abajo Federico Sarmiento colaboró en la gestión rebotera.

Ellos salvaron a la UP de un papelón porque Bernardi, Buttori, Boni y Cancina desaparecieron bajo el efecto del sedante defensivo “Negro”.

Después de estar 8 abajo, el conjunto de Lobera reaccionó y logró cerrar mejor el segundo cuarto, accediendo al recreo largo solo dos puntos abajo, 43-45 tras diez minutos en los cuales Echagüe se impuso por 24 a 21.

Los nervios, la tensión de adentro hacia fuera y viceversa, influyó ostensiblemente en los 10 que completan la media hora.

Fue un concierto de defectos como de dudas. Vacilaciones, especulaciones, esperar el error del otro, más conservadorismo en algunas individualidades y así obviamente perdió brillo el juego como las redes no danzaron tanto al ritmo de las pelotas.

Boni continuó fuera de sintonía, Small logró ser domado, Buttori metió un cohete y nada más, Bernardi solo pudo ejecutar dos tiros de Cancha y la UP dependió en exclusiva de Cancina y Alessio en los trapecios.

Lo mejor de Echagüe?… por lejos Andy Horst (8 puntos, 4/7 de Dos) y algo del Gordo Domínguez. Oviedo siguió Bajo “0”, Vesco lo mismo, Allocco y Ricci se sumaron al club de los “Sin Goles” y el Memo solo aportó 2 unidades a la causa.

La visita solo hizo bien los deberes de Dos (7/10), no fue nunca a la línea y aumentó el pésimo global de Tres a 1/14.

Daba la impresión que en el 15-14 a favor del Rojo había un consuelo en cuanto a la expectativa para el último período.

Entraron a los 10 finales de la serie, y para uno de la temporada 58-59 ganando el elenco de Urquiza. La adrenalina tenía unos niveles extralimitados. Era todo nervio. Sobraba la actitud. Faltaba claridad. En 7 minutos estuvo un poco mejor el dueño de casa y así se fue arriba con parcial de 8-4 pero el Memo metió su primer (y único) triple para congelar la reacción chaqueña dejando el scorer 66-66 a falta de 7 minutos.

Desde ese lapso fue error por error, falla por falla.

Con el tablero empardado en 68, Echagüe perdió dos pelotas de manera increíble que se tradujeron en un 5-0 con Bernardi de Súper Héroe haciendo valer la Ley del Ex.

Ese fue el quiebre determinante, clave, del juego.

Un doble de Small elevaría el margen a 7 (75-68), pero a falta de 1’40” Horst con un bombazo hizo renacer la ilusión.

Alessio yendo a la línea clavó 2/2 pero en la respuesta otro triplazo de Horst a falta de 1’07” dejó el resultado 77-74.

Esos 67 segundos depararon un 5-0 que consolidó el equipo de Lobera desde la Línea, contra un AEC que intentó sin éxito todo lo que tiró al final.

Dos de los que habían desaparecido bajo el influjo defensivo paranaense, Boni y Cancina, terminaron siendo desequilibrantes junto a Alessio, Bernardi y Small.

Final y pura algarabía chaqueña, frente bien alta para los entrerrianos.