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La presidenta podría dejar la sala de terapia intensiva

En el segundo día de posoperatorio, la presidenta Cristina Kirchner evolucionó “sin complicaciones”, con “sus parámetros vitales normales” y aún continúa en terapia intensiva. Los médicos que la atienden en la Fundación Favaloro comenzaron a resistir fuertes presiones de la Casa Rosada para que la jefa del Estado acorte los tiempos del regreso a sus funciones, antes de los 30 días de reposo previstos tras la intervención quirúrgica el martes último, en la cual se le extrajo un hematoma craneal.

Fuentes oficiales confirmaron que el equipo médico del hospital y la Unidad Médica Presidencial, compuesta por los doctores Luis Buonomo y Marcelo Ballesteros, “no le van a dar el alta hasta que esté absolutamente recuperada”.

“Hay fuertes presiones porque quieren que ella vuelva rápido. Quieren acortar el interinato del vicepresidente Amado Boudou”, confiaron funcionarios informados sobre el conflicto. Pero los médicos no cederán y la Presidenta y su familia se comprometieron a cumplir las órdenes de ellos.

Probablemente, Cristina dejará hoy la terapia intensiva, aunque todo dependerá de su evolución y de los médicos. Se informó también que luego de pasar a una habitación común dejaría la clínica el lunes próximo.

Según el parte oficial de la Favaloro, se le realizó una “tomografía axial de cerebro”, con “resultados satisfactorios”. Consignó también que “todos los parámetros vitales están dentro de los rangos normales” en su cuarto día de internación.

Sólo fue visitada ayer por sus hijos, Máximo y Florencia Kirchner, y por su madre, Ofelia Wilhelm. No pudo ingresar su hermana Giselle Fernández, porque sus continuas discusiones con los médicos ponen nerviosa a la paciente. En tanto, hubo funcionarios ayer y anteayer que se presentaron en la clínica y pidieron ver a la jefa del Estado. Pero los médicos le prohibieron el ingreso a terapia intensiva. Entre ellos, los secretarios legal y técnico, Carlos Zannini; general de la Presidencia, Oscar Parrilli, y de Comunicación, Alfredo Scoccimarro.

“Está en terapia y hay condiciones muy estrictas de asepsia. Además, no puede pensar en temas de gobierno, debe evitar cualquier tipo de estrés”, señalaron las fuentes.

Sin embargo, Máximo Kirchner hizo llamadas a Zannini y al jefe del Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, para monitorear cuestiones de gobierno y dar algunas instrucciones.

“Puede hablar sin esfuerzos, no debe hablar del país, de política ni leer los diarios, está con analgésicos”, confió una fuente cercana al entorno presidencial. “Evoluciona muy bien y rápido, pero los médicos temen infecciones. Y quieren cumplir el reposo porque llegó a la Favaloro con mucho agotamiento y cansancio”, agregó.

La intención de Zannini y otros funcionarios es acortar la presencia del cuestionado Boudou, porque cree que su mala imagen podría repercutir en forma negativa en las elecciones legislativas del 27.

Los médicos, la Presidenta, Máximo y Florencia, la más sensibilizada, quieren cumplir a rajatabla el reposo porque siempre recuerdan el fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner, en 2010, que no respetó el descanso prescripto.

Scoccimarro señaló ayer al anunciar el parte médico que la Presidenta “les manda un beso a todos los argentinos”. El parte informó que “en el segundo día del posoperatorio, la Presidenta evolucionaba sin complicaciones, internada en terapia intensiva”. Agregó que “continúa con estricto control médico”, y fue firmado por los médicos Facundo Manes, director del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, y Gerardo Bozovich, director médico.