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En La Casa de la Ciudad descuidan antiguo mobiliario

Seguramente las autoridades del Honorable Concejo Deliberante no lo saben, pero las tareas de reacondicionamiento de La Casa de la Ciudad perjudican al añejo y valiosísimo mobiliario que por un lado está amontonado en un rincón, y por otro es ocupado con herramientas, baldes, pintura y otros utensilios vinculados a la empresa que se encuentra trabajando en el Club Social.

 

A fines de 2012 el Concejo Deliberante sancionó por unanimidad la creación de un programa que concentrará la actividad de la ciudad. El viceintendente Gastón Grand, impulsor de la iniciativa, fundamentaba por aquellos días que “se propone facilitar nuevos espacios para promover la gestión democrática en la participación e integración social, cultural y política de Paraná, que bregará por el bien común, con una mirada pluralista, solidaria, abierta e integradora”.

 

Con ese propósito y como acción motriz se halló en el centro urbano e histórico paranaense, el espacio físico emblemático necesario para la convivencia y cohesión social, un edificio que reúne la jerarquía y las condiciones básicas para contener y dar vida al programa.

CLUB SOCIAL DOS

Se trató del Club Social, institución que fue erigida en el sitio que fuera la casa de Doña Gregoria Pérez y Larramendi de Deniz, patricia argentina que donó sus haciendas y bienes al Gral. Manuel Belgrano, en su paso por Paraná en la expedición al Paraguay.

 

La propiedad posibilitaría al Concejo Deliberante y a otras instituciones de la ciudad, disponer del uso y goce de su inmueble, en virtud de un convenio suscripto al efecto constituyéndose el predio en una plataforma de lanzamiento de políticas, proyectos, productos, campañas turísticas y certámenes, que involucren y comprometan a Paraná como ciudad y capital de la provincia de Entre Ríos.

 

Distintos emprendimientos, sucesos se fueron desarrollando bajo organización del Cuerpo Legislativo Comunal, como también prosiguieron realizándose acontecimientos desde la órbita privada y fiestas particulares.

CLUB SOCIAL TRES

Ello implicó que se adopte la saludable medida de reacondicionar el lugar y hoy se observa justamente actividad propia de albañilería y otras tareas propias de una restauración.

Ahora, si bien seríamos atrevidos en calificar la calidad de las tareas acometidas, lamentamos profundamente ser voceros de una irresponsabilidad que solo basta con apreciar los testimonios gráficos para comprender su gravedad.

 

No vamos a extendernos en el comentario. Basta y sobra con las fotos. Ojalá que la próxima vez que nos peguemos una vuelta por La Casa de la Ciudad, esas postales no deban ser más registradas por nuestra inquieta cámara. Tanto por la desidia de quienes deben evitar ello, como además por personal de fiestas contratado que deposita sobre las mesas de billar antiquísimas, cajas de copa, cajones, y otros elementos que pueden deteriorarlas amén del efecto de suciedad y humedad que de por sí están provocando hace muchos años un daño irreparable en las mismas.