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El Papa saludó a Mons. Maulión por sus bodas de oro sacerdotales

El Papa Benedicto XVI destacó “la gestión” y felicitó a monseñor Mario Luis Bautista Maulión, al saludarlo en forma epistolar por las bodas de oro sacerdotales del prelado argentino.

“Son muchas las obras y los méritos de fe católica que se conocen de tu persona y que se han valorado convenientemente. Nosotros no queremos que ellas queden en el olvido: queremos alzar nuestra voz y añadir alabanzas a tu currículo sacerdotal que alcanzó ese largo período de cincuenta años”, subrayó.

Tras recordar su paso como obispo auxiliar por Rosario y su tarea pastoral como obispo de San Nicolás de los Arroyos y arzobispo de Paraná, sostuvo que es “grato honrarte al reconocerte como humano, firme, instruido y dócil al Magisterio de la Iglesia”.

“Que quede claro que Nosotros, de acuerdo a una conveniente evaluación, queremos destacar tu gestión. En ocasión de esta fausta celebración, queremos felicitarte junto con la comunidad eclesial”, indicó.

El Papa pidió al Divino Pastor que “sea para ti un remunerador generoso y que también sea Consolador de tu espíritu”, e impartió la bendición apostólica para él y la hizo extensiva “al obispo auxiliar, a los sacerdotes, a los consagrados y a toda la familia de los fieles cristianos”.

Misa jubilar

Monseñor Maulión presidió el pasado sábado 12 de junio una misa por su jubileo sacerdotal en la catedral de Paraná, donde dio gracias por lo que “el Señor hizo y está haciendo en mí”, pidió perdón a su Misericordia por “las deficiencias y las fallas que cometí y por no haber hecho lo que el mismo Señor y la Iglesia esperaban de mí en el servicio a Él y a los hermanos”, y rogó “fuerzas y luz para hacer sólida y acrecentar la fidelidad a Él en el servicio a su Iglesia”.

“Siento en estos momentos la alegría de pertenecer a la Iglesia de Jesús. En ella nací, crecí, me desarrollé y estoy viviendo. Es la Iglesia que me hizo nacer a la vida cristiana, que me formó, me educó, me cuidó. Es esta Iglesia con rostros muy cercanos ý bien definidos para mí: esa iglesia doméstica: mis padres, mis abuelos, mis hermanos, mis familiares. Es la Iglesia de mi parroquia y de las sucesivas comunidades de las que formé parte, con esos obispos, sacerdotes, fieles, siempre concretos y cercanos. Es la Iglesia de los papas Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pablos VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI”, recordó.

Monseñor Maulión sostuvo que “siento que el Señor en esta Iglesia me llamó, me hizo y me hace vivir. Es la Iglesia que me siento impulsado a querer, a servirla, a desarrollar el delicado servicio de ser pastor, antes como presbítero y ahora como obispo. Es decir trabajar para hacerla como el Señor quiso y quiere hacerla: unida a Él y enviada por Él al mundo, a anunciar y a acercar al hombre al amor de Jesús, de acercar a Jesús a cada hombre, a todo hombre. A realizar este servicio dando su Palabra, la de Él, viviendo y enseñando a vivir como Jesús, en medio de los errores, equivocaciones, enfrentamientos, distintas limitaciones y oscuridades como suele ser nuestra vida humana y social. Y siempre con el estilo de Jesús: amando, uniendo”.