Maran Suites & Towers

Edesur mima a Norberto Oyarbide

Cuando María se enteró de que ayer a la mañana toda la manzana se había quedado sin luz, empezó a llamar a sus conocidos. Todavía no había salido de la clínica y tenía que buscar un lugar para que su hijo, recién operado de un trasplante de médula, pudiera descansar. Como no consiguieron nada, cerca de las 8 de la noche volvieron al departamento que alquilan en Rodríguez Peña al 1900 y se encontraron con algo inesperado: un camión con un grupo electrógeno de Edesur que, según lo que le dijeron los empleados a los vecinos, tenía la orden de trabajar en un solo edificio: el del juez federal Norberto Oyarbide.

 

La bronca de María, que para subir al cuarto piso con su hijo tuvo que esperar hasta las 10 de la noche, cuando volvió la luz a la zona, es la misma que tienen todos los vecinos de la cuadra. El encargado de un edificio muy cercano al de Oyarbide, que pidió que no se publique su nombre, le contó a LA NACION que ayer el camión de Edesur llegó a las 6 de la tarde y que los empleados le dijeron que sólo tenían la orden de darle luz a ese edificio. Y que, ante la furia de los vecinos que los fueron a increpar, se tuvieron que ir 3 horas después sin solucionar el problema. Sin embargo, los voceros de la empresa eléctrica aclararon que el camión había sido enviado para que le diera luz a toda la manzana y que de ningún modo lo habían enviado para el juez federal.

 

María Eugenia, que vive en el edificio de al lado de Oyarbide, dice que los empleados del camión que llevaba el generador le dieron la misma respuesta que al encargado. “Yo no me enojo con los empleados, porque si los mandaron a hacer eso no les quedaba otra. Pero no puede ser que Oyarbide tenga coronita, estaba toda la manzana sin luz y a su edificio le mandaron un camión. Da mucha bronca la verdad”, dice resignada, mientras ofrece una foto que muestra al camión estacionado en la puerta del edificio del juez.

 

A Lorena, otra vecina que vio como el camión se tuvo que ir ante las quejas de los vecinos, no le queda otra que irse de su casa. Como vive en un noveno piso y tiene un embarazo de 8 meses, no puede depender de los cortes. “Ojalá a mí me hubieran mandado el grupo electrógeno, pero se lo mandan a él, por algo será.”, acusa, resignada. Y agrega: “Por culpa de los cortes mañana ya viajo a Córdoba, a la casa de mi familia, para que mi hijo Lorenzo nazca allá. Si se vuelve a cortar no puedo subir los nueve pisos y me tengo que cuidar”.

 

No todas son críticas para Oyarbide. El encargado de su edificio lo defiende: “Es un buen vecino, nunca trae problemas y es muy generoso. Es verdad que el camión de Edesur ayer vino acá, pero no pudieron solucionar el tema de la luz. Es más, a nosotros nos volvió la luz un tiempo después que a toda la manzana”.