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Día de la Memoria: ¿ganó la división?

Claramente separada en dos grupos por el pulso de una puja ideológica que parece insalvable, se realizó ayer la marcha por un nuevo aniversario del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Las agrupaciones sociales, políticas y sindicales ganaron la calle para reivindicar la lucha por los derechos humanos, a 39 años del capítulo más negro de la historia argentina reciente.

 

La movilización -que comenzó a las 19.12- tuvo como punto de partida la intersección de Enrique Carbó e Illia, encabezada por la Asociación de Familiares y Amigos de Desaparecidos Entrerrianos (Afader) y que tuvo como cabeza visible a la titular del Registro Único de la Verdad, una de las sobrevivientes del horror en los años de plomo, María Luz Piérola.

Como elemento distintivo varios de los familiares de las víctimas de la dictadura llevaban una tela con la leyenda Siento16, en alusión al último nieto (Jorge Castro Rubel) que pudo conocer su verdadera identidad.

 

Con el cielo encapotado como mudo testigo, los miles de manifestantes empezaron la caminata entonando cánticos para que avancen los juicios por delitos de lesa humanidad, entre ellos la causa Área Paraná y por el robo de bebés durante la dictadura. También desde la segunda marcha (motorizada por Agmer y CTA Paraná, además de agrupaciones de izquierda, Casa Solidaria, la Corriente Clasista y Combativa y el MST) se pronunciaron en contra de la continuidad del jefe del Ejército, César Milani.

 

El mismo grupo concentró su reclamo rechazando la criminalización de la protesta, pero reivindicando la necesidad de continuar manteniendo viva la memoria. La columna mayoritaria estuvo conformada por un grupo homogéneo de jóvenes, distribuidos en las agrupaciones La Cámpora, La Cooke y La Jauretche, pero nuevamente se repitió la postal de otros años con los integrantes de La Mesa Federal -liderada por el diputado provincial Pablo Mendoza- ocupando un lugar estratégico dentro de la movilización. Verdad y Justicia

 

En varias de las esquinas céntricas por donde transitó la multitudinaria marcha aparecieron carteles con el rostro de desaparecidos entrerrianos, una de las formas para sostener viva la memoria y a su vez empujar para el avance concreto de las causas por lesa humanidad. Uno de los momentos más esperados fue cuando la columna atravesó por el frente de la Cámara Federal de Apelaciones y el edificio del Comando, pero extrañamente no se dispuso ninguna intervención para la ocasión, tal como había sucedido en ediciones anteriores.

 

Aunque la efervescencia aumentó cuando se pasó frente a la catedral metropolitana, donde sonaron con fuerza los cánticos contra la jerarquía eclesiástica. “Ustedes se callaron, cuando se los llevaron”, se escuchó claramente desde el espacio de Hijos. También se sumaron al repudio el resto de los manifestantes, pero especialmente integrantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito quienes mirando a los ojos a fieles que estaban rezando el rosario en la explanada del templo, le reprocharon: “Iglesia, basura, vos sos la dictadura”.

 

Con todos los matices posibles, las dos cuadras y media de marchantes avanzaba, cambiando la escenografía de un día gris con una lluvia tímida que no hizo mella ni tampoco apagó el fervor de una fecha que invitó a la reflexión y a no olvidar las conquistas conseguidas. Destinos distintos y documento

 

Al llegar a la intersección de Laprida y Buenos Aires, las columnas se separaron para arribar a destinos diferentes. Por un lado, la Multisectorial de Derechos Humanos eligió la plaza Alvear para concentrarse, mientras que Agmer Paraná y sectores contrarios al Gobierno se dirigieron a Casa Gris.

 

En la plaza de la Iglesia San Miguel, el espacio más cercano al proyecto que encabeza la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a nivel nacional y el gobernador Sergio Urribarri en la provincia, leyó un extenso documento. En el escrito se bregó porque se sostenga “el juicio y castigo a genocidas”.

 

Bajo la consigna Democracia o Corporaciones, se recordó que “el proceso social que se vivió en los 70 estuvo marcado a fuego por la resistencia de los compañeros militantes ante las corporaciones que instauraron un país para pocos, que generaron la exclusión por décadas de gran parte del pueblo argentino, en donde los intereses económicos de esas corporaciones primaron por sobre los intereses del pueblo”.

 

En uno de sus párrafos más elocuentes el texto hizo foco en que apenas solamente dos causas tienen sentencia: Causa Harguindeguy y Hospital Militar. “La Causa Área Paraná, iniciada con el retorno de la democracia y reabierta en el año 2004, aún no tiene sentencia”, criticaron. En esa misma línea sostuvieron: “Pueden decirnos que se debe a que la misma está bajo un proceso vetusto, con excesivos formalismos como es el Código de Procedimientos en Materia Penal promulgado en 1889. Pero sabemos que gran parte de este retardo de justicia se debe a la responsabilidad del mismo Poder Judicial, que ha aceptado chicanas dilatorias de los imputados generando así una causa que lleva reabierta más de una década”. Asimismo aludieron a la lentitud en la investigación en la causa que investiga la apropiación del Melli, el hijo de los militantes desaparecidos Raquel Negro y Tulio Valenzuela, nacido en la maternidad clandestina del Hospital Militar de Paraná.

 

“No hay avances aun cuando las querellas particulares son las que motorizan esta causa, solicitando distintas medidas de instrucción que demoran meses en resolverse”, fustigaron. En ese sentido reclamaron que se impute al médico Miguel Torrealday, citado a indagatoria para el 27.

 

“Al igual que en años anteriores, reafirmamos que jamás aceptaremos que un represor ocupe un cargo público, por eso exigimos que se avance en la investigación, sin privilegios ni dilaciones, del rol que le cupo al jefe del Ejército, César Milani, durante el terrorismo de Estado”, precisa el documento que además convoca a defender la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia.