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Crimen del Contador Lizarraga: testimonios y pistas firmes involucran a 6 personas

La rápida y eficaz intervención de las divisiones Investigaciones, Homicidios y esencialmente, especialistas en Criminalística han permitido mediante pericias y testimonios, recolectar material probatorio e incriminatorio para acelerar los procedimientos tendientes a concretar la pesquisa de seis personas que tendrían concreta relación con el crimen del Contador Ricardo Lizarraga en zona del Puerto Viejo y ha conmocionado a la capital entrerriana.

 

El jefe de Operaciones y Seguridad de la provincia,Gustavo Maslein, reveló que hay pistas firmes para dar con los maleantes y se han acelerado las diligencias en conjunto con la Justicia para desarrollar todos los procedimientos imprescindibles para su pronta captura.

 

Detalles

 

Hernán Lizarraga, hijo del occiso, fue quien aportó la testimonial clave para facilitar todas las instrucciones y operaciones tendientes al esclarecimiento del luctuoso episodio.

 

El reconocido jugador de básquet local, regresaba a su vivienda por Avenida Estrada. En la esquina de Anacleto Medina estaban apostadas seis personas en tres motos. Al observar maniobras sospechosas de los sujetos, y posteriormente que comenzaron a perseguirlo aceleró y creyó haberlos perdido de vista, pero al llegar a su domicilio, en Estrada al 3000, los asaltantes lo abordaron antes de que ingresara, le apuntaron con un arma y él les entregó el vehículo.

 

Uno de los ladrones se subió y todos huyeron. Hernán entró y despertó a su papá contándole que le robaron la moto en la puerta. Sin miramientos, padre e hijo subieron al auto Peugeot 505 y salieron a buscar a los delincuentes.

A las pocas cuadras los hallaron y comenzaron a perseguirlos, reclamando Hernán que le devolvieran la moto, recibiendo como respuesta un disparo de arma de fuego que no impactó en el vehículo del Contador.

 

Mientras, la XR 400 había sido abandonada contra una pared a la altura de la fábrica de Portland, porque se había ahogado y se apagó el motor. Desesperados por recuperarla, los propietarios del ciclomotor no advirtieron esa coyuntura y prosiguieron con la persecución.

Cuando llegaban a Puerto Viejo, uno de los delincuentes que iba de acompañante en una moto se dio vuelta, apuntó con una pistola calibre 9 milímetros en una mano y disparó.

 

El balazo atravesó el parabrisas e impactó en el cuello de Ricardo, que iba al volante.

En segundos el hombre se desmayó, perdiendo el control del auto que terminó incrustado en el lateral de un garaje, provocando un agujero con la trompa del vehículo, y dañando el costado de un auto que estaba allí estacionado.

 

Desesperado, Hernán intentó ayudarlo y pedía a gritos que alguien acudiera en auxilio pero nadie salía por temor a desconocer el dramático cuadro de situación.

Un vecino llamó al 911 y enseguida llegó una camioneta de la Policía. Recién allí salieron algunos vecinos y sacaron a Ricardo del auto. Lo subieron al patrullero y lo trasladaron al hospital Domagk de Bajada Grande pero los médicos que lo asistieron de modo preliminar constataron que ya había muerto.