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Alberto Fernández: “Voy a ordenar el gabinete y terminar con esta discusión”

El presidente Alberto Fernández aseguró que tiene “bastante avanzado” la renovación del gabinete luego de la derrota en las PASO del 12 de septiembre, las renuncias presentadas por varios de los ministros nacionales y las tensiones tras la publicación de la carta de la vicepresidenta Cristina Kirchner.

Los cambios tendrán “una fuerte impronta peronista” y se prevé que no habrá incorporaciones del riñón cristinista. Pero también que el ministro del Interior, Eduardo Wado De Pedro mantenga su lugar.

El nuevo gabinete lo decidirá Alberto Fernández, pero tendrá el respaldo de la vicepresidenta. Sergio Massa cumple por estas horas el rol de mediador.

Después de varios días de idas y vueltas y de versiones de renuncias fogoneadas por los medios opositores que fueron desmentidas más tarde, Alberto Fernández iniciará en las próximas horas a delinear los primeros cambios ministeriales después del traspié electoral del Frente de Todos en las primarias y reiniciar la campaña de cara a las generales del 14 de noviembre.

Tras 72 horas de tensión, las próximas horas serán claves en la definición del nuevo gabinete. Todas las fuentes señalan que finalmente el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, ocupará un lugar importante en el nuevo equipo ministerial pero que entrará luego de las elecciones de noviembre.

Otros de los candidatos cuyos nombres circulan dentro del actual gabinete -aunque el presidente aún no dio ningún detalle puertas adentro y afuera de la Casa Rosada- para integrar el nuevo equipo de Alberto Fernández son el actual embajador en Brasil, Daniel Scioli y el ex titular de la Cámara Baja, Julián Domínguez.

Mientras busca dar forma a un nuevo gabinete, el presidente Alberto Fernández contrapuso los reclamos de la vicepresidenta Cristina Kirchner a partir de un informe realizado por el economista Emmanuel Alvarez Agis, que rechaza de plano que durante este año se haya aplicado un ajuste fiscal.

El documento pertenece a la consultora PxQ del ex viceministro de Economía considera que “es imposible caracterizar la situación del gasto público de 2021 como un “ajuste” y que la alternativa hubiese sido “eliminar los subsidios a la energía”, algo que también hubiese impactado en los ingresos de las familias.

A esta altura de la crisis interna que exhibe el Gobierno queda claro que hubo dentro del espacio distintas lecturas respecto de lo que sucedía en los hogares y de los efectos de algunas medidas económicas en el corto y mediano plazo. Alberto Fernández estaba confiado en que, durante el último año, tal como insistió en reiteradas oportunidades el ministro de Economía, Martín Guzmán, no hubo ajuste. El último informe que leyó el mandatario lo hizo sentir conforme con lo hecho, más allá del humor social que corría por otra vía, y servirá de pauta para el nuevo reagrupamiento de su gabinete.

El informe del ex funcionario, hombre de extrema confianza del Presidente, sostiene que el gasto neto de inflación “se incrementó 12% en 2021 cuando se excluye el gasto extraordinario por el Covid-19 de la base de comparación de 2020”. “Sin embargo, en ese marco el gasto en seguridad social se contrae tanto en la comparación contra 2020, como así también contra 2019”, aclara Agis.

El diagnóstico se contrapone al esbozado por la vicepresidenta Cristina Fernández, quien apuntó contra la reducción del gasto durante este año, lo quedó en evidencia que, tal como informó este medio, el déficit de los primeros ocho meses se ubique en torno al 2,05-2,1 puntos del PBI, mientras que para todo el año estaba proyectado un rojo presupuestario del 4,5%.

“Si bien el gobierno se encuentra expandiendo fuertemente el gasto público tanto respecto a 2020 como a 2019, el mayor incremento del gasto se explica por el incremento de los subsidios a la energía. Solo a título de ejemplo, si el gobierno hubiese optado por incrementar las tarifas de los servicios públicos en línea con lo contemplado en el Presupuesto 2021 y ese ahorro lo hubiese destinado al gasto en seguridad social, este gasto se podría haber incrementado +4% por encima de la inflación”, sostiene el informe de Alvarez Agis.

Como dejó en claro la vicepresidenta con su carta pública, la parte de la coalición por ella liderada evalúa que la principal causa del resultado electoral fue el “ajuste fiscal” implementado durante 2021: “Por esa razón, reclama públicamente que su gobierno cumpla con la meta de déficit fiscal del Presupuesto 2020 de 4,5% del PIB mediante una aceleración del gasto público, tal y como está sucediendo a lo largo y a lo ancho del mundo, desde Estado Unidos, pasando por Europa y en nuestra región también: el Estado atemperando las consecuencias trágicas de la pandemia”.

En el informe en que se sustenta la posición de Alberto asegura que “para el caso de una economía como la Argentina con una moneda sumamente débil, el tamaño y el éxito de ese rol contracíclico depende crucialmente de la cantidad de reservas internacionales que el banco central tenga en su poder y pueda efectivamente utilizar para financiar el crecimiento de las importaciones que viene asociado con la expansión el nivel de actividad”.

El interrogante que plantea el informe es si el gobierno cuenta actualmente con la cantidad de reservas que se necesitan para poder expandir el déficit fiscal y, con esto, la economía tras los efectos de la pandemia. La respuesta que ofrece el ex viceministro es que la posición de reservas del Banco Central de cara al año electoral 2021 era la peor que le tocó enfrentar al Frente de Todos en la historia y esto fue un obvio condicionante a la hora de poder expandir el gasto.

Para justificar que no hubo ajuste, Álvarez Agis insiste en que no puede analizarse de forma aislada. “Siempre interesa evaluar el comportamiento del gasto público vis a vis la dinámica de la actividad”, reitera. Es así que considera “razonable” que el gasto sea hoy más bajo que en el segundo trimestre del año pasado, dado que la movilidad hoy es mayor y, por ende, el nivel de actividad. “Si la principal hipótesis del Presupuesto 2021, esta es, que el 2021 iba a ser, en palabras del ministro Guzmán, un año “sin Covid”, fue correcta”, sostiene Alvarez Agis.

“El nivel de actividad de 2021 se encuentra en todos los meses por encima del promedio del nivel de actividad del 2020, año de la pandemia. Por tanto, tendría sentido que el gasto público de un año “sin pandemia” fuera menor que en el año de pandemia, máxime si el país sufriera de un faltante de divisas”, contrapone el análisis del ex funcionario al que se realiza en el seno del kirchnerismo.

El informe anticipa la posibilidad de cerrar este año con un déficit de 3,5% del PIB, con lo cual el análisis se basa en un nivel de gasto público menor al anticipado por el gobierno para el cierre de este año. “Si comprendemos que el gasto público total tiene un límite máximo determinado por la cantidad de reservas que tiene el Banco Central, es difícil no concluir que la composición del gasto público en 2021 no resulta la más eficiente desde el punto de vista de la recuperación de la recesión causada por el Covid-19, concluye el informe. Si bien el gobierno se encuentra expandiendo fuertemente el gasto público tanto respecto a 2020 como a 2019, el mayor incremento del gasto se explica por el incremento de los subsidios a la energía.

Fuente: R. N. – El Destape Web.-

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