Maran Suites & Towers

Una Municipalidad que pasa del ocio a la imbecilidad

Lo ocurrido hoy por la mañana en la Peatonal fue una vergüenza lindante al oprobio, a la bajeza. Un ataque vil, ruin que estaría bárbaro saber quién lo mandó a ejecutar. ¿Recuerdan que ayer a la siesta hablamos de Cristian, un joven cantante rosarino que diariamente nos obsequia su dulce voz en la Peatonal? Bueno… En un acto degradante, de plena afrenta, un grupo de inspectores intentó desalojarlo de su rinconcito pletórico en melodías apacibles que llenan el corazón.

 

Al parecer, algún comerciante de la zona, se quejó por “el ruido” y pidió que lo desalojen, aunque nos encargamos de consultar a varios empresarios de la cuadra que se prestaron a nuestra requisitoria y todos negaron esa especie.

De hecho que, la opinión coincidente se dividió en tres causas que provocaron ese operativo inaudito:

-A alguna mente “brillante” de la Comuna se le ocurrió coimear al pibe que, realmente recibe el merecido reconocimiento de la gente y ello se denota en la gorra siempre con el premio justo;

-a algún mantero que no le gusta la música suave le provocó urticaria por no poder gozar a pleno de sus cumbias;

-a algún comerciante se le ocurrió denunciar que ellos deben pagar a SADAIC y AADI CAPIF para escuchar música y el carismático cantante de La Chicago argentina no tiene control alguno.

 

Lo extraño, la triste coincidencia es que justamente ayer a la siesta subimos esta nota: http://cuestionentrerriana.com.ar/cristian-a-secas-un-romantico-rosarino/  en la cual sobraron los elogios para Cristian quien alabó el trato que le han dispensado en Paraná, y valoró la gestión de funcionarios de Cultura por facilitarles la autorización pertinente.

 

Lo bueno es que fue defendido por muchos ciudadanos que aprecian su talento y agradecen por ese momento de bienestar, de placidez, que él rosarino les regala.

 

La reacción de la gente permitió que Cristian siga cantando y que los ridículos inspectores se retiren del lugar reprobados por todo el caos que se vive con los manteros, las veredas destrozadas u obstaculizadas por obras sin fiscales.

 

El Pueblo se hizo oír y apoyó al trovador. Que así siga aconteciendo.