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Rumbo a Río: una mezcla de fe, sagrada pasión e incomodidad…

Este viernes alrededor de las 20, jóvenes y adultos colmaron la Catedral de Paraná en pos de asistir a la última Misa de la Bendición de Monseñor Puiggari. Pese a los inconvenientes que hubo con la adquisición de Reales y la inquietud e incomodidad que ello genera por los fondos con que se contará en el vecino país, varios colectivos de larga distancia llevan a los jóvenes misioneros a Río de Janeiro para ver al Papa en la Jornada Mundial de la Juventud Católica. Si ésta no es la Iglesia, la Iglesia dónde está…

El primer Papa latinoamericano regresa a su continente de origen sólo meses después de su elección. En Río de Janeiro, jóvenes católicos de todo el mundo ya aguardan ansiosos la llegada de Francisco para la Jornada Mundial de la Juventud, y cientos de argentinos partieron en micros repletos rumbo a Brasil para sumarse al encuentro.

“No vamos a un viaje de egresados, sino a una peregrinación religiosa para compartir y vivir la fe con jóvenes de todo el mundo”, explicó María, una de las monjas acompañantes.

Con banderas argentinas, mates y guitarras para amenizar las largas horas de viaje, los jóvenes llevan sus equipajes cargados de fe y sanas ilusiones.

“Vamos a dormir en bolsas de dormir. Estamos acostumbradas a misionar y siempre descansamos así”, apuntó Carlos uno de los jóvenes peregrinos.

En su primer viaje al exterior, Jorge Mario Bergoglio enfrentará su primera prueba de fuego. El Papa quiere inculcarle su fe a la generación del futuro en multitudinarias misas y una vigilia en Río de Janeiro.

Al igual que con su antecesor Benedicto XVI, quien después de su elección lideró la Jornada Mundial de la Juventud 2005 en la ciudad alemana de Colonia, este viaje tiene para Francisco un gran impacto simbólico. No obstante, el programa para el Papa en Brasil estará más cargado.

En las puertas de la Catedral se vivía un ambiente festivo, de enorme emoción y el frío no fue obstáculo.

“Es un sentimiento inexplicable que combina emoción, alegría, amor, y entrega. Hemoa participado de diferentes encuentros donde compartimos experiencias e intercambiamos formas de evangelizar, además misionamos en las casas o escuelas donde nos alojamos. Es una alegría especial donde nuestros corazones se regocijan al recibir esta experiencia espiritual que tanto hemos anhelado”, contó al borde de las lágrimas Juan.

“Nos resulta increíble que estamos a horas de poder comunicarnos con jóvenes de otros países sin manejar el mismo idioma y poder hablar el lenguaje del amor de Cristo al igual que lo hicieron los discípulos de Jesús en Pentecostes”, exclamó Matías.

“Se trata de uno de los eventos más importantes de la Iglesia Católica en cuanto a concurrencia de público y es una oportunidad única para mostrar a esa Iglesia viva, joven, con una constante renovación generacional”, asegura, y destaca que “será una experiencia única y agotadora, pero es realmente muy difícil no verse afectado por la increíble fuerza del evento”.

“No es un viaje de turismo, esto es un viaje de evangelización, de peregrinación, porque vamos todos juntos buscando un mismo camino y un mismo fin, que es encontrarnos tanto con el papa como con la verdadera fe de la iglesia y más allá de la lengua, de la raza o la cultura que tengamos, la fe es la misma” en todo el mundo”, opinó Mario.

 

 Una vez en Río de Janeiro, los fieles representantes entrerrianos pasarán a retirar por una sede sus inscripciones y luego permanecerán durante el tiempo que dure la Jornada Mundial en el predio que se les asigne. Además, se les entregará el “kit del peregrino”: una mochila que incluye vouchers para poder comer y viajar gratis, mapas, una biblia y demás artículos para pasar una estadía por demás grata.

Si bien difícilmente tengan un acercamiento cara a cara con el argentino Jorge Bergoglio, el Papa que con un estilo humilde e informal está marcando un quiebre en la historia del Vaticano, los feligreses de nuestra provincia serán parte de las gigantescas misas que Francisco ofrecerá en las playas de Copacabana bajo el lema “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos”, como de distintas actividades predicadoras.

“Los chicos y chicas hicieron enormes esfuerzos para costearse los gastos que implica ir a este evento histórico y se han preparado espiritualmente para participar activamente como peregrinos y no como turistas”, dijo el arzobispo Puiggari.

El “target” del peregrino argentino oscila entre los 14 y los 35 años. La mayoría pertenece a grupos parroquiales, otros a movimientos eclesiales, un buen número a la Acción Católica y a los scouts y asimismo se suman algunos chicos de Colegios Privados, de Orientación Católica.

También hay sacerdotes, religiosas y religiosos, además de obispos que se sumarán a las delegaciones este fin de semana y predicarán varias de las catequesis en español que habrá durante la JMJ.

En total, estiman que 42.500 argentinos viajan a Río de Janeiro para visitar al Sumo Pontífice, siendo el tema “Reales” el punto álgido de la experiencia religiosa. Es que a pesar de contar con el protocolo de inscripción, a muchos feligreses le negaron los reales repitiéndose la coyuntura a lo largo y ancho del país.

 

Cabe recordar que en el pasado mes de mayo, trascendió que el Gobierno de Cristina Fernández iba a dejar a los jóvenes de diferentes Iglesias, acceder sin inconvenientes a la compra de reales. Las gestiones ante el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, la había realizado el nuncio Emil Paul Tscherrig.

El Papa Francisco llegará a Río de Janeiro el lunes 22 por la tarde para encabezar el histórico encuentro religioso. Permanecerá en esa ciudad hasta el domingo 28. El Santo Padre estará alojado en la residencia Sumaré, el mismo lugar en el que se hospedó Juan Pablo II en sus visitas a Brasil en los años 1980 y 1997.