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Números oficiales revelan el duro castigo que sufren los jubilados frente a la inflación

Con el aumento de este mes y descontando la inflación, las jubilaciones y pensiones se ubican un 9,7% por debajo del nivel de un año atrás. Para la jubilación promedio representan unos $ 1.400 menos. Para los que cobran la jubilación mínima, $ 928 abajo. Ahora… estos son números del Gobierno. ¿Y si la realidad fuese más acuciante? ¿Cuánto culpó PRO/Cambiemos/UCR al Kirchnerismo de “dibujar” cifras? ¿Y si el presente es peor que el oficializado?

 

Según el Gobierno, las jubilaciones y demás prestaciones sociales en los últimos 12 meses recibieron un incremento del 19,2%, mientras la inflación rondó el 32% (el dato oficial a agosto se conocerá esta semana). Representa un 9,7% menos de poder adquisitivo.

 

En pesos, en septiembre de 2017 el haber mínimo arrancó en $ 7.246,64. Y este mes se ubica en $ 8.637,10, un incremento nominal del 19,2%. Pero si el monto del haber mínimo de un año atrás hubiese sido ajustado por la inflación para mantener el mismo poder adquisitivo ahora debería ascender a $ 9.565,56. Una diferencia negativa de $ 928,46.

 

Si se toma el haber promedio del sistema, cuando un año atrás rondaba los $ 11.000, la diferencia a septiembre es de $ 1.410. Es que ajustado por inflación, el promedio debería ser de $ 14.520, y con los aumentos recibidos ronda los $ 13.110.

 

En las mismas proporciones se redujeron el resto de las prestaciones –en total suman 17,8 millones de personas– como las pensiones no contribuciones, la pensión universal adulto mayor (PUAM) y las asignaciones familiares. En el caso de la Asignación Universal por hijo (AUH) esa caída se reduce por el pago “por única” vez en septiembre y diciembre de un adicional de $ 1.200 y 1.500.

 

Para los próximos meses, este deterioro de los haberes será mayor por la disparada de la inflación, mientras ya se conoce que el aumento de las jubilaciones y demás prestaciones sociales será en diciembre del 7,79%. Este nuevo dato surge de la evolución de los salarios y de la inflación de abril, mayo y junio –segundo trimestre– que se toman en cuenta para calcular los aumentos de diciembre a febrero del año siguiente con la nueva fórmula de movilidad.

 

Hay que recordar que desde el Gobierno, la ANSeS y el Congreso se había asegurado que, con el cambio de la fórmula de movilidad, los jubilados y demás beneficiarios de las prestaciones sociales cobrarían este año entre 4% y 5% por encima de la inflación. Si con relación a septiembre de 2017, la pérdida es de casi 10 puntos, por el salto inflacionario con relación a diciembre del año habrá una merma adicional de 3 o 4 puntos más.

 

Esto pasa porque el Gobierno se “salteó” el primer aumento: debió aplicarse en diciembre y recién se otorgó en marzo. Y como los beneficios sociales se ajustan con un retraso de 6 meses, en un escenario de inflación creciente asegura una pérdida mensual continúa. Además, al tomar en cuenta un 70% de inflación y 30% de suba de los salarios formales, eso determina una mayor pérdida porque los salarios se están ajustando “a la baja”.

 

Claro está… insistimos, estas cifras son formales. Oficiales. Provienen del Gobierno. No de consultoras especializadas o de medios. Entonces, resulta inevitable preguntarse… ¿son veraces?