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Nextel complicó más a Boudou

La empresa Nextel envió al juez Ariel Lijo una pila de carpetas de varios teléfonos celulares que contrató Alejandro Vandenbroele, el hombre que dirigió la empresa Ciccone cuando -se sospecha-, fue adquirida por un grupo cercano a Amado Boudou. Según la información de la propia compañía telefónica, Vandenbroele vía fax, le solicitó a Nextel que un celular a nombre de The Old Fund tuviera como domicilio de facturación el departamento propiedad del vicepresidente en Puerto Madero.

 

En noviembre pasado se conoció la existencia de, por lo menos, una factura a nombre de The Old Fund con domicilio en la casa de Boudou. El dato es relevante porque Boudou y Vandenbroele aseguran que no se conocen.

 

Pero para los investigadores es un indicio que la compañía que se quedó con la imprenta Ciccone -no ya Vandenbroele en lo personal- fijara domicilio en Juana Manso 740, Torre 2 piso 25 departamento 3. Ese departamento es de Boudou pero, la coartada que relataron en Tribunales, es que en esa época estaba alquilado a un amigo de Vandenbroele que vive en España y no vino a la Argentina en los últimos años.

 

Nextel confirmó la existencia de la factura y también el envío de una carta manuscrita por fax por parte de Vandenbroele. Allí en el papel fechado en septiembre de 2010, cuando estaba en marcha el desembarco de The Old Fund en Ciccone, el abogado solicitó que Nextel le mande los equipos y la facturación de una línea de celular a la casa de Boudou.

 

Está dirigida a un empleado de Nextel, firmada por Vandenbroele y fue enviada por fax desde el estudio de abogados Alfaro, donde alguna vez trabajó el hombre que luego iba a encabezar The Old Fund. En noviembre pasado cuando se publicó la noticia sobre la existencia de la factura, la carta comenzó a circular por las redes sociales. Lo mismo sucedió con el fascímil de la factura.

 

Según fuentes judiciales, ambos papeles fueron aportados por Nextel a la causa judicial que tiene el juez Lijo.

 

El vicepresidente de la Nación está investigado por el delito de negociaciones incompatibles con la función pública, recordó Infobae. Se lo acusa de, mientras fue ministro de Economía, haberse interesado, a través de una carta que le envió a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), para que el ente recaudador le diera un plan de facilidades a la firma The Old Fund que había comprado la empresa Ciccone Calcográfica: la máquina de hacer billetes.

 

Boudou y Vandenbroele niegan conocerse. Pero Laura Muñoz, ex esposa de Vandenbroele declaró que el padre de uno de sus hijos era el testaferro del vicepresidente.

 

En noviembre pasado, antes que comenzaran a declarar varios testigos del caso, el fiscal de la Casación Javier de Luca dictaminó que, según lo que hay en el expediente, no se lo puede acusar a Boudou del delito de negociaciones incompatibles con la función pública.

 

Esta resolución de De Luca deja, para algunas fuentes de Tribunales, a la causa al borde del cierre. Los camaristas de Casación Mariano Borinsky, Gustavo Hornos, y Juan Carlos Gemignani deben decidir en 2014 la situación judicial del vicepresidente de la Nación. Antes debe resolverse si el juez Gemignani puede seguir interviniendo en el caso porque fue recusado.

 

La confirmación de Nextel pasó inadvertida durante diciembre debido a que hubo en ese mes varias declaraciones testimoniales que complicaron la situación de Boudou. Integrantes de la familia Ciccone declararon ante Lijo que hubo reuniones con Boudou y con su socio José María Núñez Carmona, que terminaron con la compra de The Old Fund del 70 por ciento de las acciones de la imprenta.

 

La confirmación de la firma Nextel refuerza la hipótesis de los investigadores judiciales. Que fue avalada por declaraciones de los testigos de la familia Ciccone. Fue un grupo cercano a Boudou el que se quedó con parte de la imprenta. La defensa de Boudou pidió la nulidad de las declaraciones de algunos testigos y los denunció por falso testimonio.

 

Vandenbroele admitió haber dormido algunas noches en el departamento de Boudou. También admitió haberle hecho un favor a su amigo y por eso pagaba las expensas. También inscribió a su nombre el servicio de cable, el de internet y el del teléfono de línea. Lo hizo, explicó en Tribunales, para colaborar con su amigo. Pero además pedía delivery de comidas. Y nadaba en la pileta del complejo, como relatan los que fueron sus vecinos.

 

Los indicios sobre la cercanía entre Vandenbroele y Boudou han quedado superados en la causa judicial por los testimonios de los integrantes del clan Ciccone. El vicepresidente en persona se sentó a hablar con los imprenteros y puso a su socio y amigo Núñez Carmona a cargo de la operación de desembarco. Lo sucedido después es conocido: Ciccone fue nacionalizada en nombre de la soberanía monetaria. Y para tapar el escándalo.