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Murúa es un “gran” ejemplo de lo que es cierta casta de técnicos

Si quien redacta estas breves líneas tuviese tiempo y motivación extra para abordar la empresa de escribir un libro con el anecdotario de conductas soberbias, despóticas arrogantes, engreídas, etc., etc., de algunos entrenadores, sin hesitar que el material logrado podría convertirse en best seller. Aunque hace pocas horas quedamos pasmados con unas frases de Luis Murúa; sí, sí, el actual DT de Santamarina, aquel que pasó por Patronato con algo de pena y sin gloria, y que decepcionó a Atlético Paraná abandonando su cargo y faltando a la palabra.

No conocimos personalmente a Murúa aunque sí supimos de su profesionalismo, de su laburo al 100 %, de su pasión por el trabajo acometido en ocasión de dirigir a Patronato.

Por eso que nos extrañó el modo con que defraudó a quienes confiaron en él al desembarcar en Barrio San Martín. En realidad, su actitud quedó plasmada a lo largo y a lo ancho del país y a la corta o a la larga eso se paga más allá que los dirigentes tandilenses también hayan sido en parte cómplices de ese gesto y no se hayan inmutado con “robarle” un técnico a un par más allá de las diferencias de categorías y fundamentalmente salariales.

A Murúa se le critica no el elegir nuevos y mejores horizontes para su carrera y su bolsillo. Puede no compartirse, pero es oferta/demanda y uno toma lo que más le conviene. El problema es cuando da la palabra, se embarca en un proceso, y hace embarcar a otros en el mismo; genera una expectativa, marca un rumbo y de golpe abandona el barco dejándolo sin capitán antes de zarpar pero con parte de la tripulación lista, contratada y con un plan de labor preestablecido.

Lo de Murúa fue execrable. Condenable por donde se lo mire. Invocó privadamente que hubo mucho de “coyuntura familiar”, pero no dio la cara, no convocó a una conferencia y se manejó inconcebiblemente por celular.

Los hinchas “Decanos” se dieron una vuelta por el hotel donde estuvo alojado Santamarina y le recordaron tan nefasto proceder colgando un pasacalle, pero en el Grella también hubo voces plenas de inquina, de rencor. Obviamente, NUNCA MAS será bienvenido y es lógico tanto enfado.

Ahora bien… Lo llamativo es que este técnico, al que se no se le discute su categoría como tal y sí su actitud para manejar ciertas cuestiones inherentes a su investidura como éste desaire, ésta deslealtad tan cruda, se dio el lujo de decirle a un colega (lamentamos que el periodista no hurgara un poco más…): “Me pusieron un cartel, pero no me afecta, yo ya lo olvidé, ya está, no me voy a enojar. Son aspectos personales, equivocaciones de uno. Mas allá de mi equivocación dejé un equipo armado, van punteros. Es merito mío, ¿que mas quieren?, en 23 días le arme un equipo y encima están enojados”.

CARADURISMO TOTAL. Pero bueno… Aparentemente fuimos los únicos dentro de la prensa escrita que observamos ello y nos dejó estupefactos tan REPUDIABLE expresión.

Nos imaginamos que debe estar pasando por la cabeza de los dirigentes de Atlético Paraná. Es raro que no se hayan pronunciado y como siempre decimos, el que calla otorga… De igual modo, sorprende el silencio de Daniel Veronesse pues SIN DUDA ALGUNA le faltó el respeto al ciento por ciento con esa consideración.

Fue como una mojada de oreja a directivos y DT como hasta una falta absoluta de respeto al mismo plantel al cual dejó sin explicaciones.

Raro que nadie hable… Se les pasó a todos por alto???… O es que hay algo en esa efímera relación que impide a directivos “Decanos” referirse con mayor drasticidad a la de este periodista que nada tiene que ver con la entidad Rojiblanca y sin embargo sintió como una afrenta directa las palabras de Murúa???…

El guante se tiró. Solo lo tomó un humilde comunicador/analista del deporte. Será que nadie leyó los dichos de Murúa???…