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Monitoreo conjunto a Botnia: Mujica y un sí con reservas

El presidente de Uruguay, José Mujica, sugirió que está dispuesto a aceptar que los controles sobre el impacto de la fábrica de celulosa se realicen en forma conjunta, incluso dentro de la planta de UPM (ex Botnia), aunque para eso exigirá condiciones de respeto a la empresa y a los protocolos internacionales que rigen esas inspecciones.

El comunicado de Mujica, que apareció sorpresivamente anoche en el sitio de Internet de la presidencia uruguaya, afirma que “el autocontrol puede ser un concepto muy valioso en la discusión ética, pero tiene patas cortas en la vida material”. Por eso, destacó, “el sistema de control que vale es el que hace espacio a la oposición de intereses”.

Si bien en el breve texto, lleno de expresiones populares a las que le gusta recurrir al mandatario, no se menciona expresamente el puente cortado desde hace más de tres años, ni Botnia, ni el conflicto, colaboradores del presidente uruguayo dijeron que su objetivo era dejar en claro que acepta el monitoreo conjunto dentro de la planta.

Además, si bien no se dirige a los asambleístas, la intención de Mujica era que tuvieran en cuenta su posición a la hora de decidir una tregua tuvieran en cuenta su posición. “El autocontrol -expresó Mujica- puede ser un concepto muy valioso en la discusión ética, pero tiene patas cortas en la vida material”. En la misma línea, expresó que “el sistema de control que vale es el que hace espacio a la oposición de intereses, porque es la única manera de contener la natural inclinación a ser indulgentes con nosotros mismos”.

El gobierno anterior, conducido por Tabaré Vázquez, había estado cerrado a esa posibilidad, por considerar que eso no estaba comprendido en el tratado bilateral y porque, además, se trataba de un asunto de soberanía.

Pero Mujica no sostiene ese argumento y está dispuesto a que las inspecciones lleguen al interior de la fábrica, siempre que se guarden todas las garantías de respeto a los procesos de la empresa y con la condición de que realmente se trate de la verificación buscada sobre impacto ambiental. Así lo había insinuado la semana pasada el canciller Luis Almagro, su hombre de confianza en el manejo del conflicto.

Controlar pero no manosear

Ahora, el presidente Mujica transmitió esa posición a su círculo político más íntimo.

“Controlar pero no manosear, asegurar que no hay contaminación ni riesgo de eso, porque si lo hubiera Uruguay no permitiría un daño a su gente ni a la gente de un país vecino”, fue lo que consideró el mandatario uruguayo, según las fuentes consultadas.

Mujica, que asumió la presidencia hace tres meses y medio, puso el ejemplo de lo que acaba de acordar con la oposición para integrar a blancos y colorados en directorios de empresas públicas y otros organismos del Estado, como los de contralor de gasto público. “Nos ahorramos auditorías al tener la oposición adentro”, agregó.

En el breve comunicado de anoche, el presidente dijo: “Cuando nuestra actividad actúa sobre los intereses de otros, la tapa del libro establece que debemos ser cuidadosos en la manera en que afectamos esos intereses”.

La Virgen y la Madre Teresa

Con su estilo inconfundible, Mujica recurrió a la ironía y afirmó: “No conozco dirigente, funcionario, organización, empresa o país al que le guste que lo controlen sobre la manera en que hace las cosas. Todos aborrecemos que nos presionen o nos pongan límites y estamos dispuestos a jurar por lo más sagrado que si nos dejan solos y tranquilos seremos los más celosos custodios de los intereses ajenos. Estoy dispuesto a creerles estas declaraciones a la Virgen María, a la Madre Teresa y a nadie más. Por lo pronto, no me las creería a mí mismo”.

En clara alusión a las poblaciones vecinas a Fray Bentos, en particular a los asambleístas reunidos en Gualeguaychú, Mujica consideró que “son los afectados más directamente por nuestras acciones los que más derecho tienen a estar involucrados en la protección de sus intereses”.