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La comunidad judía celebra el Pésaj, memoria de liberación del pueblo hebreo

Con el comienzo de la festividad judía Pésaj, que se celebra durante ocho días con dos cenas festivas miércoles y jueves por la noche, la rabina Silvina Chemen recordó que la celebración implica “una conciencia de la memoria con la responsabilidad que supone haber sido liberados como pueblo de Egipto y no permitir que nadie viva en estado de esclavitud”.

“El Pésaj es la celebración de la liberación de un sistema opresor, Egipto, sobre el pueblo hebrero, se celebra en una mesa que vuelve a contar la historia en tiempo presente, como si nosotros mismos la estuviéramos viviendo”, señaló a Télam la rabina que forma parte del consejo asesor académico del Centro Ana Frank Argentina.

Y remarcó que en la festividad, la toma de conciencia es “memoria con la responsabilidad que supone haber sido liberados como pueblo de Egipto y, por tanto, no permitir que nadie viva en estado de esclavitud”.

“Hay una responsabilidad ética, a partir de la suerte que tuvo el pueblo hebreo de ser liberado de Egipto”, explicó Chemen.

Otro ritual que recordó con agrado es que “los niños son los que preguntan y los adultos contestan, porque es una celebración de un diálogo intergeneracional”, dijo a Télam.

La rabina recordó además que todo está escrito en el libro Hagadá, que los comensales leen esa noche y donde se encuentran estipulados los rituales y momentos donde se pregunta y se contesta.

“El asunto es qué haces con eso, intentamos leer lo que está escrito a la luz de los contextos actuales, no podés no hablar de trabajo esclavo, otras maneras de imperios y de esclavitud”, apuntó Chemen.

Ritual y tradición
Durante la celebración del Pésaj no está permitida la ingesta de alimentos derivados de cereales, tales como la avena, cebada, centeno, espelta y trigo fermentados, y se acostumbra a comer matzá, pan sin levadura.

Esa costumbre está inscripta en la Biblia, en los capítulos 15 al 20 del Libro del Éxodo: “Siete días comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no haya levadura en vuestras casas, porque cualquiera que comiere algo leudado desde el primer día hasta el séptimo, aquella alma será cortada del pueblo de Israel”.

Según la tradición, el pueblo judío salió de Egipto con tal apuro que no hubo tiempo de prepararse, ni mucho menos para dejar leudar el pan para el camino, lo cual dio origen a la tradición.

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