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Hipótesis sobre la caída global de WhatsApp, Facebook e Instagram

No funciona ni WhatsApp, ni Instagram, ni Facebook desde el mediodía del 4 de octubre. Es lógico que la falla de servicio afecte a las tres: son propiedad de la misma compañía. No es la primera vez que sucede: en junio último, por citar solo un caso, pasó algo parecido.

Así lo confirmaron (a falta de la obviedad de que sus servicios no están disponibles) las cuentas de las compañías, que apelaron a Twitter para avisar que, efectivamente, estaban fuera de servicio, aunque sin entrar en detalles: sólo dijeron que sabían que “algunos usuarios” estaban experimentando problemas. No eran algunos: eran todos. Una caída que afecta a 2900 millones de usuarios de Facebook, 2000 millones de usuarios de WhatsApp y otro tanto de Instagram.

Es tan masiva la base de usuarios de la compañía que cuando muchos se mudaron temporalmente a Telegram, para seguir conectados, llevaron problemas de servicio a ese otro mensajero: sus servidores se vieron afectados por una oleada de nuevos usuarios.

Aunque en un principio se especuló con que se trataba, como en junio, de un problema con un CDN (un servicio de distribución de contenido, que lleva los datos de Facebook a todas partes del mundo), y que se resolvería en minutos, como suele suceder: no es raro que una red de la envergadura de Facebook, con presencia en todo el planeta, tenga algún inconveniente puntual. Pero suelen resolverse en minutos, o como mucho en una hora.

También se especuló con un ciberataque, o con una reacción al testimonio televisivo, el domingo, de Frances Haugen, la exempleada de la compañía que filtró documentos internos (conocidos como Facebook Files) que están siendo un escándalo de relaciones públicas; la compañía deja muy mal parada respecto de su percepción del impacto negativo que tiene Facebook o Instagram entre los jóvenes y en la política.

Pero el de hoy parece ser otro tipo de problema (uno mucho más oneroso, al menos en el corto plazo). Gracias a que muchísima información sobre la actividad de los sitios en internet es pública, múltiples expertos pudieron determinar que minutos antes de que los sitios de Facebook, WhatsApp e Instagram dejaran de estar disponibles, los servidores DNS de la compañía sufrieron cambios en su configuración; minutos después, dejaron de estar conectados a internet.

Un servidor DNS es una suerte de lista de equipara un dominio (como www.facebook.com) con el número IP del servidor que efectivamente aloja ese sitio; todos los dispositivos conectados a internet tienen un número IP, un identificador para que el intercambio de datos tenga dónde ir y a dónde volver. Así, cada vez que alguien tipea www.facebook.com se dispara una serie de pasos (instantáneos para el usuario) que le permiten al navegador conectarse con los servidores de la compañía gracias al número IP; a la vez, permiten que esos servidores (en este caso, de Facebook) sepan a qué computadora enviarle qué dato.

Según varios expertos, Facebook hizo un cambio en BGP, el protocolo que maneja el intercambio de información de los servidores DNS (porque no alcanza con saber qué número IP corresponde a qué dominio; también importa cómo llegar a él; BGP es un protocolo que permite definir la ruta entre grupos de servidores), y un error de configuración hizo que los servidores DNS dejaran de estar conectados a la Red.

Sin los servidores DNS, nadie tiene manera de acceder a los sitios reales de Facebook. Es como que les dieron la orden de ponerse en modo avión y apagar el WiFi: los servidores están ahí, pero nadie puede hablarles. Es como ir a un barrio, preguntar por un restaurante hiper conocido, y que en vez de recibir direcciones específicas (dos cuadras para allá, doblá a la izquierda, etcétera) el visitante se encuentre con encogimiento de hombros y caras de nada: la gente conoce el lugar, pero no sabe dónde queda, ni cómo llegar a él.

Un usuario en Reddit -no verificado- afirma que el problema se agrava porque ahora que están desconectados de internet, es necesario tener acceso físico a los servidores para cambiar la configuración, pero los ingenieros con el conocimiento necesario para arreglar el tema no están cerca.

Por ahora es cuestión de esperar; la compañía solo publicó una serie de tuits lacónicos donde informa que está al tanto del problema, y nada más. Lo que es seguro es que hay un grupo de ingenieros en California que está teniendo un día fatal.

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