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Encuentro de generaciones rockeras en artERock

En un nuevo encuentro del concurso de artERock, programa impulsado por el Ministerio de Cultura y Comunicación, otras siete bandas rockeras se presentaron ante un jurado de primer nivel en Paraná. Integrantes de diferentes grupos rescataron el espacio, más allá de la competencia, como un lugar de encuentro entre distintas variaciones en este género musical y generaciones de músicos, lo cual facilita el intercambio de experiencias entre ellos. También aseguraron que configura un gran incentivo para que los músicos “sean tomados como profesionales”.

 

Quintino Cinalli y Jorge Aruajo, dos reconocidos bateristas, cerraron la jornada con una propuesta innovadora, donde llamativamente, no utilizaron baterías.

 

La jornada es la tercera de las seis previstas para definir la primera instancia en la sede Paraná, donde 42 bandas desplegarán su arte sobre el escenario. Según el cronograma previsto por el Ministerio de Cultura y Comunicación el fin de semana entrante se llevarán a cabo otras dos jornadas, siendo la última el 28 de octubre. Cabe recordar que, en cada jornada de recitales el jurado selecciona tres bandas que pasarán a una segunda instancia, quedando 15 bandas que luego se reducirán a seis que participarán de la final midiéndose con grupos de otras sedes.

 

Además, ya se definió que en noviembre comenzarán las actividades en la sede Federal. También como parte del programa, se realizó una actividad de capacitación gratuita a cargo de Horacio Caballero, que intervino a su vez como jurado junto a Quitino Cinalli y el subsecretario de Políticas Culturales, Eduardo Viana.

 

Las siete bandas que se presentaron en el escenario fueron: Off Line, Genitales Argentinos, Incorporeal, Gea X, Nilamadre, Tuberis Mother Vox y In Your Face.

Un golazo

 

Los integrantes de Nilamadre, una banda de rock experimental con un año de vida conformada por estudiantes de bioingeniería, esperaban su turno para subir al escenario. Agustín Carrizo, el guitarrista, se mostró esperanzado que “a gente le guste, porque estamos innovando. Es una buena experiencia, estos eventos sirven para conocer un poco la movida musical, intercambiar entre distintos géneros musicales y que nos conozcan”. Respecto a los integrantes del jurado, señaló que “es muy bueno, porque uno viene a mostrar lo que hace y es un golazo que vengan semejantes grosos a evaluarte y ver lo que haces”.

 

A su momento, Palo Santo, el guitarrista de la banda, manifestó que estaban “contentos por la oportunidad que se nos da para tocar. Esperamos que no solo quede acá sino que se desparrame el rock por toda la ciudad”. Si bien no han participado aún en las actividades de capacitación que brinda el programa, dijo que “esta bueno que haya gente como Horacio Caballero o Quintino Cinalli que nos traigan un poco de lo que ellos han hecho sobre el escenario. Que el Estado brinde estas oportunidades a los músicos es fundamental, siempre y cuando tenga una continuidad. Esperamos que se tome al músico como lo que realmente es, un laburante, todos queremos vivir de hacer música. Lo importante es que las herramientas del Estado nos ayuden a poder hacer eso y este es un buen comienzo”, remarcó.

 

Explicaron después que tocan temas propios que van desde el rock experimental, algo de progresivo y psicodelia. El resto del grupo está integrado por Federico Hortt en teclado, Diego Hortt en batería, Jaco Galán en bajo y Turco Chajud en saxo.

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Por su parte, Gustavo Ruiz, integrante de Gea X, uno de los grupos conformados por “no tan jóvenes”, comentó que hace muy poco volvieron a tocar luego de un largo tiempo. “Lo más lindo de todo es compartir la noche con distintos grupos y la oportunidad de estar en este ciclo que es muy importante para la región, tanto para los músicos que hace años venimos tocando como para los que recién empiezan. Agradezco mucho estar acá, porque es un incentivo muy grande. Esta es una profesión como cualquier otra, que necesita tiempo, estudio, trabajo, dedicación, horas quitadas a la familia, y es bueno que lo valoren, que de una vez por todo se trate al músico como un trabajador de la música, como debe ser. Es mucho lo que hay para hacer musicalmente en Paraná, hay muy buenas bandas con muy buen nivel de músicos y hay que aprovecharlo”.

 

En cuanto al intercambio que se da en cada encuentro, aseguró que “es bueno que haya bandas de distintas generaciones, porque a la hora de tocar el instrumento puede venir un chico de 18 años y tocar mejor que uno de 30 o 40. Ese tiene que aprender, y capaz que el chico aprende la experiencia arriba del escenario. Es un ida y vuelta, hay que tener apertura, eso es lo más importante de estos espacios”.

 

Tras rescatar la presencia de Caballero, Cinalli y Araujo, subrayó que “el jurado es impecable. Creo que es muy importante participar en las capacitaciones que dan, con esta gente que tiene mucha experiencia, mucho escenario y ha tocado con grandes. Eso alimenta no solo el enriquecimiento musical, sino también la espiritual”. Destacó en este sentido que lo importante de artERock es que “trae esta gente, que vienen y no que nosotros tenemos que ir, y además están de jurados. Más allá de eso, gane un grupo u otro, participar ya es un premio”. Finalmente convocó a todas las bandas “a sumarse, es la única forma de que un proyecto crezca, hay que comprometerse, todo lo demás viene por añadidura”.

 

Una buena propuesta

 

A su turno, Martín Grassi, baterista de Incorporeal, contó que venía a “tocar y pasarla bien. Está bueno este espacio, porque acá en Paraná es difícil encontrar lugares donde tocar, así que esta iniciativa nos permite mostrar lo que hacemos”. El tecladista, Eric Escobar, asumió que era “un buena la propuesta, porque hace que bandas de distintos estilos, con gente joven o más grande, se comunique y se dé un ámbito de mucha amistad. Es algo muy agradable”. Si bien resalta que la globalización hace que las culturas se vayan mezclando, reconoce que las músicas de cada lugar tienen características propias y afirma que “no es bueno forzarla, sino que es algo que simplemente surge en un determinado contexto social y no hay que intentar detenerlo. Para mí la propuesta está muy buena”.

 

También el bajista del grupo, Federico Grassi, dio su parecer al opinar que “es una oportunidad de mostrar nuestra música a mucha gente que nunca nos ha escuchado. Cuando uno toca un género, la gente que va a verlo es generalmente la que sigue ese género y en esta ocasión, hay una mezcla de géneros y se da la posibilidad de que gente que nunca pudo escucharnos pueda hacerlo”. Califica las capacitaciones desarrolladas en el marco del programa como “interesantes, porque no son cosas que sucedan en la ciudad y puede interesar a muchos. Está muy bien que el Estado provincial haga esto, es algo que no se había hecho antes y los músicos necesitan un lugar para tocar y formarse, sirve mucho”. Invitó luego a las personas “a participar, no se van a arrepentir. Cada noche tiene sus géneros, hay muy buena onda y cada banda tiene lo suyo para dar, la van a pasar bien”.

 

Hacer música desde otro lugar

 

Sobre el cierre de la jornada, Jorge Araujo y Quintino Cinalli, compartieron su arte sobre el escenario en un encuentro particular llamado AyQ. Araujo sostuvo que se trataba de una propuesta “bastante extraña, armamos un dúo donde no tocamos batería y hacemos canciones. Nos pareció bueno que aquí, que hay muchos músicos, podamos cerrar con esta propuesta. La gente generalmente se sorprende, creen que van a ver dos baterías gigantes y se encuentran con dos músicos haciendo música desde otro lugar”. Indicó además que disfrutaba “poder ver también lo que está pasando acá con los músicos y conocer sus propuestas. Lo que nosotros vinimos a plantear es una propuesta que tiene que ver con la música, casi nos hemos despojado de nuestros instrumentos para poder hacer este proyecto, es hacer música con lo que uno tenga a mano. Es un momento donde se habla mucho de la preformance individual, que no está mal, pero uno puede a veces alejarse del objetivo, que es ser músico”.

 

Cinalli a su vez, señaló que en el repertorio “esta la influencia latinoamericana, venimos de vertientes parecidas y distintas a la vez, pero que tienen que ver con nuestro folklore. Entonces dentro del repertorio se escucha algún aire del chamamé o algo de rock con candombe. Está implícita toda esa cultura y por supuesto no está fuera todo el lenguaje que ustedes tienen en la región, las chamarritas, chacareras o chamamés. Estamos contentos porque es un púbico que sabe apreciar y escucha muy bien en esta zona”.

 

Al señalar que el auditorio estaba compuesto en su mayoría por jóvenes músicos, el artistas los instó a “no resignar sus sueños, todo es posible. Lo digo porque vengo de Venado Tuerto, una ciudad cerca de aquí, y pude acceder a lugares y momentos musicales muy importantes. Todo es en base a la pasión y lo que uno es y sueña por un lado, y por otro, el trabajo, la responsabilidad y las ganas de seguir creciendo. Eso es algo fundamental, más allá de que sea rock o folklore, lo más importante es no resignar sus ideales, todo en su momento se presenta y tienen que estar preparados”.