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El único enemigo de Macri, es Macri mismo…

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- La Argentina padece una crisis económica-financiera y social absurda. Su presidente, Mauricio Macri, hace todos los deberes políticos para ser impopular, no obstante, maneja una dialéctica sagaz, pergeñada por expertos, amparándose en los principales medios de prensa y en los comunicadores de mayor peso y credibilidad masiva. Mientras, la Oposición, también revela una actitud paradójica, reconfirmando ambiciones de poder extralimitadas. Sin unión opositora, el camino a la reelección presidencial está casi despejado.

 

En la Argentina algo ha cambiado… O mejor dicho, se ha reciclado la parafernalia escénica AntiPeronista y en especial los astutos asesores macristas han sabido armar un circo perfectamente articulado para que cada error (horror) del mandatario nacional o de su gestión, sea tapado o eclipsado por “la herencia”.

De tal modo que, la aversión hacia el Peronismo, y muy especialmente a los K es creciente, lo cual se traduce en un nuevo voto de confianza a Macri pese a su desastrosa administración, con inocultables señales de actos espurios pero “de guante blanco”.

 

El resumen del 2018 lo dice todo: el valor del peso cayó a la mitad, las paritarias se acordaron “en rojo”, los despidos se convirtieron en moneda corriente, el desempleo es atroz, la Educación, la Salud y la Seguridad, pilares de un Pueblo libre, independiente, soberano, se  han despedazado, la inflación alcanzó sus mayores niveles desde principios de la década de 1990 y la tan promocionada recuperación se desvaneció en una recesión aberrante, debiendo negociar el Gobierno de Cambiemos no uno, sino dos rescates del Fondo Monetario Internacional, por un total de US$57.000 millones.

 

Y ojo… la mayoría piensa que la economía ya tocó fondo, pero no. Otra crisis financiera puede hacernos añicos.

El salvavidas del FMI es de plomo y la eliminación del déficit requerirá reformar las pensiones, recortar empleos gubernamentales como reducir los gastos en general, claro está, de la clase trabajadora, o de la media para abajo. Peor aún… la red de la estabilidad financiera no estará disponible.

 

Ni siquiera ese desequilibrio es aprovechado por la Oposición para plantear algo distinto y sólido. No… Las codicias son execrables. No hay gestos de grandeza. No hay líder. Ni siquiera Cristina Fernández de Kirchner, preocupada y ocupada por tantas imputaciones y/o procesos judiciales en su contra, logra transmitir un mensaje sensato. Peor todavía… Se ha llamado a un silencio contraproducente que solo interrumpe con mensajes de Redes Sociales, creyendo que Doña María o Don José (el Pueblo…) está conectado a internet las 24 horas, cuando hay millones que se están muriendo de hambre.

 

A nivel nacional se está haciendo TODO mal con una Alternativa Federal tibia, con un Lavagna indeciso y/o indefinido pese a ser lo más potable, y con resto de aspirantes que siguen con la sanata de siempre.

Y asimismo, los alguna vez ubicuos miembros de los sindicatos argentinos ahora son una clase privilegiada: en 1990, dos de cada tres trabajadores estaban sindicalizados; para 2008, solo lo estaba la mitad. Los trabajadores informales ahora constituyen casi la mitad de la fuerza laboral, y la terca persistencia de la pobreza desde la crisis económica de 2001 dejó a toda una generación, y a un cuarto de los argentinos, en los márgenes.

 

¿Cómo puede cambiar la estructura gremial argentina con líderes que hace más de tres décadas no se bajan de sus pedestales y ante la pobreza de sus representados, lucen opulencias inconcebibles?

¿Cómo puede hablar Miguel Pichetto de quién o cuál debe ser “el elegido” y hasta auto-proponerse como presidente, si desde los ’90 es legislador y se ha dedicado a ser el Joker de cada presidente?

 

Basta revisar los Archivos… Sobran antecedentes para demostrar que Pichetto es el Caballo de Troya de la Oposición. ¿Nadie se da cuenta?

Por eso es elocuente que Macri no tiene opositores que despierten una transformación contundente.

 

El alguna vez dominante Partido Peronista no se adaptó a la innovación, a la metamorfosis, y se sumergió en un mar de sospechas respecto a la corrupción.

Me entristece decirlo, pero el Peronismo ha quedado atascado en estructuras clientelistas y corporativistas desactualizadas y cada vez menos representativas. Solo su control sobre su base sindical histórica está intacto, no obstante, los incipientes o nuevos movimientos y organizaciones sociales son menos leales.

 

Aunque el Partido sigue controlando buena parte de los gobiernos y legislaturas provinciales, su cohesión se ha desvanecido. Las elecciones presidenciales de 2015 y las de mediados de mandato en 2017 reflejan este desarraigo.

Ni hablar que perdió su bastión en la Provincia de Buenos Aires, además de asientos en el Congreso, por lo cual Macri ha explotado estas vulnerabilidades.

 

El presidente, con el apoyo irrestricto de medios de Prensa porteños de alto impacto y un manejo táctico de las Redes Sociales ha mantenido vivo el escándalo de los sospechosos cuadernos de la administración Kirchner, los bolsos de dólares, las causas y el encarcelamiento de miembros del Gabinete K, los procesos contra la ex mandataria, “la grieta”, el “asesinato” de Nisman, las marchas virulentas, y una estructura comunicacional patética de la Oposición, que no supo hacerse de aliados confiables y fortalecer con perspicacia tan relevante estamento para llegarle al raciocinio pero también al corazón de la gente.

 

Una prueba irrefutable de cómo actúa Macri y Cía., es el salto cualitativo que tuvo la Oposición cuando Daniel Scioli se animó a desempolvar su pretensión presidencial. En horas nada más, se articuló una campaña de desprestigio apoyándose en la joven esposa del ex gobernador y una nueva postura de despecho, al mejor estilo Mata Hari.

Así procede Macri y su séquito… La estrategia es mancillar, difamar. La invectiva, la diatriba, es su “diplomacia”. “Miente, miente… que algo quedará…”; y el Pueblo compra.

 

Claro… Los Peronistas, los Kirchneristas se ahogan solos en su ignorancia o hasta en sus traiciones y en sus enigmáticos sincericidios.

Es como que desde la propia Oposición se trabaja para la reelección de Macri. Mientras tanto, el ciudadano común, el laburante, sufre día a día toda clase de carencias e injusticias y no sabe qué actitud tomar con las promesas incumplidas del presidente.

 

Esta es la Argentina del Cambio, la Argentina de Cambiemos. Pan y Circo… Pero el Pan se lo come la Clase Política. Así estamos… Y Macri ni siquiera se auto-propone cristalizar esa verdadera mutación que podría convertir al país en una verdadera potencia. No… Él solo se preocupa porque sus amigos empresarios gocen de buena salud.