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El mejor “Decano” es de Uruguay (por ahora…)

Atlético Paraná se volvía a la capital con un empate por el cual trabajo arduamente frente a un equipo que había pegado primero y terminó pegando el golpe de nocaut sobre la campana. El “Decano” uruguayense logró un triunfo que por el trámite, donde fue algo superior, tiene cierta dosis de justicia aunque la pena es cómo y cuando se resuelve en contra del “Rojiblanco”. Tres a dos para el de La Histórica. Desazón lógica de los paranaenses.

Atlético Uruguay pegó movida. Tiro de esquina de Cristian Oyarbide, peinó un compañero en el primer palo y por el segundo apareció Javier Luque para convertir la apertura del marcador pisando los 2 minutos de juego.

El despliegue de Pablo Lencioni y Alejandro Ávila, el talento de Antonio Todoro en el manejo y el desnivel de Leonardo Acosta por izquierda como de Sergio Chitero por derecha, fue generando zozobras al dueño de casa. Paraná poseía el esférico solo le faltaba la puntada final para empatar, en especial, buscarlo con mayor limpieza a Joaquín Cabral.

Con ésta tendencia, Paraná llevó 7 acciones de peligro al área “Albiazul”, pero solo una fue conjurada por el guardameta Ricotti. El resto, desperdiciado por flojas definiciones hasta que a los 48 Omar López quiso despejar, presionó Lencioni, lo despojó del balón, cedió a Todoro, quien tocó para Chitero y éste puso justicia en el marcador.

En el segundo tiempo, el local se paró con dos líneas de cuatro y fue más pareja la lucha en zona media. Paraná perdió la hegemonía en el trato de la redonda.

La obligación de la victoria la tenía Uruguay y por eso salió a presionar, con mayor participación Oyarbide, Umpiérrez y Gómez.

Se acercaba el cuarto de hora cuando Gómez de cabeza aprovechó una desinteligencia de la extrema línea visitante y marcó el 2-1 transitorio.

Hasta que se cumplió la media hora, Paraná siguió confundido y en ese lapso sufrió su zaga en no menos de dos ocasiones clarísimas. Pero poco a poco, los de Veronesse recuperaron su fisonomía y a los 34 -luego de la ceguera del juez en no ver un claro penal de López en perjuicio de Acosta- Cabral fue derribado por Luque y ahí sí Juan Bruno no tuvo otra que decretar la pena máxima. El mismo delantero se hizo cargo con remate al palo derecho. Dos a dos con gusto a fósforo, pero valiosísimo.

Sin embargo, cuando se jugaba el tercer minuto adicional, Rubén Barrientos se equivoca al querer salir jugando desde el fondo; Joaquín Magot gana la pelota, mete el balón dentro del área para Umpiérrez y Sosa le comete penal que con remate al medio del arco el mismo Umpiérrez tradujo en gol. Tres a dos. En cierta forma, reiteramos, justo. Una pena la grosera omisión del árbitro en cuanto al penal no cobrado, pero la autocrítica dirá que los forasteros primero fallaron en demasía ofensivamente y luego sufrieron graves consecuencias a distracciones y/o descompensaciones defensivas.

Lo bueno… Un 3-2 no es tan complicado de remontar en Barrio San Martín.