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Demolieron la pista del Aeroparque Jorge Newbery

No queda nada, ni un rastro, de lo que fue la antigua pista de aterrizaje y despegue del Aeroparque Jorge Newbery. Fue demolida por completo y una parte de los restos se encuentra en los cimientos de lo que será la nueva pista, más larga y más ancha. Pasaron menos de dos meses del inicio de la obra para la renovación del aeropuerto con mayor tráfico de pasajeros y de aeronaves del país. Hoy el escenario está dominado por dos fábricas de cemento que trabajan in situ, ubicadas en el extremo sur, y que proveen el material necesario para avanzar con la obra.

El objetivo primordial de esta renovación es dotar al aeropuerto de mayor seguridad para la realización de los vuelos, así como otorgarle más caudal operativo y confort, para pasajeros y usuarios.

Si bien a lo largo de los años y de las diferentes gestiones se realizaron obras de intervención y mantenimiento, el Aeroparque tenía una fluctuación típica de las obras que se van resolviendo de a poco y a lo largo del tiempo. Zonas nuevas, amplias e iluminadas versus áreas de techos bajos, pasillos y oficinas oscuras. Mucho más allá de lo meramente estético, inciden otros factores de seguridad que requieren modernizar la infraestructura.

La obra comenzó en agosto y tiene una particularidad: la pandemia de coronavirus y, especialmente, la cuarentena permitieron que se inicie con el aeropuerto cerrado. Todo el espacio está disponible para trabajar sin limitaciones ni interferencias.

¿Cómo será la nueva pista? Tendrá 2.700 metros de extensión (antes tenía 2.100). Crecerá 340 metros hacia el norte, y 250 hacia el sur. También será más ancha: 60 metros (antes medía 40). Se agregarán 5 metros de hormigón y 7,5 metros de cada lado de concreto asfáltico.

“A esto se suman obras vinculadas a las calles de rodaje. También se construirán a nuevo y se sumarán otras. Son calles identificadas como ‘salidas rápidas’, que permiten a un avión dejar la pista rápido y volver a la plataforma. De esta manera se agiliza la operación y se libera la pista”, explicó a Clarín el arquitecto Ignacio Vilanova, gerente de Planificación Aeroportuaria del ORSNA, el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos, que a su vez depende del Ministerio de Transporte de la Nación.

La obra implica también una renovación del sistema de balizamiento de la pista: “Casi el total de los aeropuertos del país tienen una categoría 1 de balizamiento, lo que es suficiente para operar. Después de esta obra, el Aeroparque tendrá categoría 3, como Ezeiza. Esto permitirá operar aún en condiciones meteorológicas adversas”, explicaron desde la concesionaria Aeropuertos Argentina 2000.

Aeropuertos Argentina 2000 llevó adelante el proceso de diseño, licitación, contratación y dirección de obra. Todo fue evaluado y aprobado por el ORSNA, que además se encarga de fiscalizar y certificar. Por ejemplo, a fines de octubre se verificó que los trabajos tienen un avance del 28%. La próxima certificación se hará la semana próxima. Todo se financia con fondos públicos de asignación especifica del Fideicomiso para el Fortalecimiento del Sistema Nacional de Aeropuertos (FFSNA) y tiene un costo inicial, aclaran desde el organismo, de $5.000 millones.

Cuando la obra finalice, habrá una zona del Aeroparque que será irreconocible: el hall de arribos y partidas de los vuelos internacionales. Sólo se pueden adivinar algunas estructuras de lo que fue esa parte de la terminal. La idea es que todos los vuelos a países de la región vuelvan a operar este aeropuerto metropolitano, por eso ese sector se está ampliando hacia la Avenida Costanera. Así ganarán espacio las salas de embarque, los controles de seguridad y migratorios, las zonas de despacho y retiro de valijas y el área del check in.

En el primer piso se diseñó una solución funcional para aprovechar una manga con dos puertas o gates: cuando haya un pico de vuelos regionales, una persiana desvinculará la manga de los vuelos locales. Y cuando la alta demanda sea en los locales, la persiana bajará y la manga quedará fuera de servicio para los vuelos regionales.

Los trabajos completos, según confirmaron a Clarín los profesionales a cargo, concluirán en los últimos días de febrero. Luego hay un plazo de algunos días para hacer pruebas técnicas, vinculadas con la seguridad. Marzo podría ser el mes del regreso de los vuelos y los pasajeros. Por supuesto, siempre que la situación sanitaria lo permita.

Aeroparque es el aeropuerto con mayor fluctuación de pasajeros, aún por encima de Ezeiza. Según los datos oficiales -los últimos números elaborados y publicados son de 2017- por el Jorge Newbery pasaron 13.261.437 pasajeros; mientras que en el Ministro Pistarini fueron 9.679.689. El movimiento de aeronaves también refleja esa demanda, operaron 123.077 en Aeroparque, contra las 80.890 de Ezeiza.

El estacionamiento subterráneo

Justo frente al ingreso principal del Aeroparque, y junto al Monumento a Cristóbal Colón, había comenzado el año pasado la construcción de un estacionamiento subterráneo que iba a dotar al Aeroparque de más de 600 cocheras. Lo estaban haciendo en tierras ganadas al río.

Desde el Ministerio de Transporte de la Nación explicaron que “esa obra se estaba ejecutando con fondos de inversión directa del concesionario. Al haber un párate en la actividad, y por ende en los ingresos aeroportuarios de AA2000, en este momento se encuentra paralizada”.

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