Patronato no se encogió
|Rivadavia de Lincoln lo venía acosando y Patronato le dio en propio feudo linqueño una lección en cuanto a superioridad. Sufrió en el final, como ya es tradición pero, bajo una torrencial lluvia, ganó 3 puntos valiosísimos para recuperar al menos por unas horas la punta, sumando el 7º match sucesivo sin reveses. Diego Jara anotó el único gol del encuentro correspondiente a la 12ª fecha.
El equipo de Marcelo Fuentes no brilló, pero sin embargo la suma de pasajes en los cuales evidenció mayor predisposición por atacar con fluidez que especular le otorga crédito suficiente para mantener la confianza en cuanto a su proceso evolutivo.
Amén de ello, el solo hecho de haber cosechado 6 triunfos y 5 empates contra una sola caída, evidencia una campaña que no se puede soslayar en cuanto a resultados, gozando de una acreencia incuestionable en torno a chances de acceder muy bien posicionado a la siguiente etapa camino al Ascenso.
En esta oportunidad, sobre mojado suelo linqueño, los Santos de Paraná no crearon tantas situaciones ofensivas, sino que de las escasas circunstancias propicias rescató una que a la postre se convirtió en el gol del triunfo.
Los segundos finales fueron lo peor que tuvo el conjunto entrerriano, sufriendo esa zozobra, ese desasosiego tristemente habitual, ese que le causó en ésta fase un deterioro de imagen progresivo como el soportado ante Santamarina, 9 de Julio, Unión, Rivadavia (en el Grella) o Gimnasia (en el Núñez).
Pero el acecho Rojiblanco fue efímero, reiteramos, potenciado solo en el epílogo y así Patronato obtuvo una victoria meritoria lograda bajo una tempestuosa lluvia la cual, sin embargo, no complicó el envidiable campo de juego drenado permanentemente por dotaciones de Bomberos Voluntarios.
El Rojinegro volvió a cimentar este logro a partir de la firmeza de su formidable guardavalla, a la tarea expeditiva de Zuvinikar y Soto, al trabajo cada día más maduro de Goró en la zona de contención, quite y recuperación, la calidad tiempista de Echagüe para empezar a fabricar acciones de ataque, algunos destellos de Devallis, más la dinámica de Jara y Leclercq para desestabilizar a una zaga que al principio mostró unos claros poco aprovechados.
Rivadavia, como su rival, tenían dificultades por los laterales y por esos sectores se fueron dando las jugadas de mayor peligrosidad.
Iban 7’50” cuando Jara fue habilitado por izquierda, entró al área ganándole la posición a su adversario y despidió un remate de zurda que alcanzó a rasguñar el arquero y la caprichosa, como mojada, pelota dio en la base del vertical izquierdo. Avisó el concordiense.
Durante casi 25 minutos lo mejor fue expuesto por la visita, sin embargo la hegemonía no se expresó a pleno y las áreas casi no fueron pisadas con extremo riesgo siendo los dos arqueros requeridos para controlar algunos balones aéreos previsibles o un par de pruebas mediante tiros exteriores con escasa potencia.
El Demonio Rojo había dado signos de cierta endeblez defensiva, y transcurrían 31’19” cuando combinaron Jara-Devallis-Jara (tomala vos, damela a mí…) y el concordiense, como en aquella primera situación de aroma a gol, traspuso el área por izquierda apoyado por el volante que “cortinó” a su seguidor y sacó un remate cruzado de zurda, igual al del comienzo, pero esta vez el esférico venció la estirada del arquero y desató la euforia de la hinchada que terminó abrazada con el autor del tanto.
El cuarto de hora final tuvo dos embates ofensivos, uno por bando. A los 39’43” Espínola tocó con Jara que desbordó por izquierda, envió centro rasante hacia Devallis que cambia de nuevo hacia el centro pero la zaga local logró despejar el peligro.
Por su parte, a los 41’15”García desbordó por izquierda y cuando llegó a la línea de cal tras superar dos marcas -en vez de ceder al centro- tiró con muy poco ángulo y el balón salió arriba del horizontal no sin antes dar una comba impresionante.
El 1-0 para Patronato era justo pues había sido el que más bregó por esa diferencia. El recreo venía bien para masajear las piernas tras transitar durante 48 minutos un pesadísimo campo por semejante precipitación pluvial.
Justo cuando intentaba vencer el sol a la inclemente lluvia, como ya es una Marca Registrada, Patronato volvió distinto del vestuario, permitiendo que con el correr del tiempo cambien las condiciones y pase de dominador a dominado. Aunque, en esta oportunidad, tuvo un contrincante sin la ambición de otros adversarios de turno. Pese a esta consideración no se puede obviar que a los 35 segundos Leclercq de contra, desbordó por derecha, cambió hacia el centro buscando definir con zurda y remató desde 30 metros saliendo el balón besando el vertical derecho.
García le otorgó a Rivadavia mayor volumen en la posesión del esférico, pero a los linqueños le faltó codicia de tres cuartos para adelante y así no supieron usufructuar determinadas concesiones por los laterales donde Graciani y Márquez reeditaron esas tareas impecables en cuanto a proyección, pero con aprietos a la hora de evitar que los sobrepasen en especial con pelotas puestas a sus espaldas.
El cansancio y lo táctico comenzó a exigir ideas a los técnicos y de éste modo empezaron a verse alternativas. Uno quería decididamente el empate acicateado por su gente, el otro había suscripto defender a muerte lo conquistado y así los enroques arrojaron asumir riesgos por parte de Pírez y reforzar zona media bajo decisión de Fuentes.
En ésta ocasión no demoraron las modificaciones, rasgo de madurez y autocrítica del DT visitante, y dichas modificaciones mejoraron el semblante de un Patronato que recuperó el fuego sagrado en la zona central, viéndose en 13 minutos dos oportunidades inmejorables de aumentar la cuenta: la primera a los 30’14” cuando Beltramella conjuró una maniobra de Espínola por izquierda y tuvo la ayuda de un compañero para terminar mandando la pelota a cualquier lado pero fuera de zona de definición.
Y a los 43’ 25” se distrajo la defensa local, tomó la redonda Jara, gira y pisando el área despide un remate de zurda que Beltramella con la punta de sus guantes la saca hacia su izquierda salvando la valla.
Fue la última de Patrón. Luego, a rezar, en especial cuando a los 47 minutos Vera lo tuvo para Rivadavia, quien fue habilitado por García y pasando el punto del penal eligió darle de primera, de volea, saliendo muy arriba la pelota sobre el travesaño.
Después dos centros más, pero fácilmente solucionados por los hombres de Paraná.
Final y triunfo para que el Grupo A tenga nuevo puntero, al menos hasta que este lunes se enfrenten Santamarina y Ben Hur en Tandil.