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¡Viven!

Argentina derrotó por 1 a 0 a Uruguay y clasificó para el Mundial de Sudáfrica. Un gol de Mario Bolatti a los 40 del complemento le dio la tranquilidad que le faltaba para no depender de lo que ocurra con Chile-Ecuador. Fue el primer triunfo en Eliminatorias sobre suelo uruguayo.

Los “Charrúas” accedieron al Repechaje. El equipo de Maradona perdió la memoria por todo lo malo expuesto y se la agarró con el periodismo despachándose con una actitud arrogante repudiable que incluyó cánticos insultantes.

Aún con la victoria, Argentina por nombres y poderío futbolístico quedó en deuda ya que desde el desangre de la gestión de Alfio Basile y durante el año en que Maradona está al frente, el seleccionado no mostró una línea de juego acorde con la potencia que develan cada uno de los componentes del plantel.

Si bien el triunfo de Chile, mejor dicho, la caída de Ecuador, les aseguraba a los argentinos y uruguayos la plaza mundialista que faltaba y la oportunidad del Repechaje, lo ideal era ganar y fue precisamente el dueño de casa quien más vocación ofensiva evidenció.

El primer tiempo fue a pura tensión; en los primeros minutos Uruguay hizo valer su localía e impulsado por 60 mil almas salió a apretar a la Argentina, que se mostró tensa y temerosa. El seleccionado no jugó bien, al igual que en los últimos partidos, y la clasificación no debe maquillar un rendimiento que merece muchos ajustes.

En esos minutos Forlán y Suárez buscaban filtrarse entre los centrales argentinos, mientras que los laterales reconvertidos, Otamendi y el entrerriano Heinze, eran los blancos preferidos del equipo conducido por Oscar Washington Tabárez.

Con dos amonestados (el “Sonri” Heinze y Ottamendi), un par de situaciones en los pies de Rodríguez y la cabeza de Scotti, sobre los 20 minutos el equipo nacional comenzó a nivelar las acciones con una rotación del balón que encontró en Verón y Mascherano sus jugadores más seguros, más el vértigo de Di María.

Sin embargo, con la ya tradicional desaparición de Messi y un Gonzalo Higuaín sin peso ofensivo por el planteo del resto que lo dejaba aislado, el joven arquero de la Lazio y la selección uruguaya no tuvo trabajo salvo tres centros sobre el área que despejó con los puños. Uruguay sobre el final volvió a animarse y tuvo sus posibilidades de llegar al arco de Romero, sobre todo por la zona de Otamendi que nunca encontró su lugar en la cancha.

En el final un tiro desde la medialuna de Diego Forlán le dio un último grito a un Centenario que comenzó con los rumores y murmullos.

En el segundo tiempo la historia no cambio y Uruguay salió decidido a lograr el gol que le de la clasificación. La conquista chilena calmó los ánimos y permitió el transcurrir de los minutos con menos angustia.

Forlán se perdió la apertura del marcador, Lugano estuvo cerca con un cabezazo pero a diez del final Maradona hizo un cambio sorpresivo: entró Bolatti por Higuaín.

Justamente fue el volante de Huracán que encontró un centro a cuatro minutos del final y permitió poner el 1-0 que garantizó el histórico triunfo y la clasificación al mundial de Sudáfrica.

Tras el pitazo final, por un lado Bilardo y Maradona se abrazaron llorando y gritaron ofensivamente que los periodistas habían inventado de todo, entre tantas cosas que se habían peleado, y el astro derivado en técnico le increpó a las cámaras gritando “…que la chupen y que la sigan chupando…”.

Por el otro, los jugadores se amontonaron y conformando una circunferencia, todos abrazados, comenzaron a entonar cantitos de hinchadas, escuchándose nítidamente un estribillo en el cual insultaron a la prensa… “Hay que alentar hasta la muerte…y no me importan lo que digan esos p… periodistas, la p… que los pario”.

Posteriormente, entre lágrimas de euforia contenida (tras tan paupérrima campaña), saludaron al público y se retiraron a los vestuarios, con algunas excepciones formulando monosilábicas declaraciones, y con rostros desafiantes, como si habían ganado un Mundial y se tomaban la revancha.

Omitieron que solo pasaron a esa magna contienda intercontinental, con exagerada zozobra, con desmesurada angustia, con inmensas dudas y atrás de otros países que ni siquiera juntando a sus selecciones redondean el presupuesto o el valor en euros de las máximas figuras “Albicelestes”.

Así, pese a contar con estrellas que brillan en Europa y aquí desaparecen, Argentina entró a la mayor competencia FIFA ocupando el último puesto de éstas Eliminatorias, y sufriendo hasta el final consumando un triunfo inmerecido, mediante un gol agónico y logrado tras un rebote.

Demasiado pobre, demasiado borrascoso fue éste camino a Sudáfrica. Sin embargo, los muchachos se embriagaron de soberbia y resulta insoslayable preguntarse: “¿y éstos… a quién le ganaron?…Hay más para decir, pero entre la perplejidad, la impotencia y la bronca que nos dio escuchar y ver la postura de éstas “vedettes”, optamos por un rato de silencio. Aunque prometemos profundizar la reflexión.