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¿Y dónde están los enfermeros?…

En la provincia hay unos 3600 enfermeros que se desempeñan en los nosocomios públicos, una cifra aún escasa para las necesidades de los servicios de salud, según señaló la presidenta de la Asociación Entrerriana de Enfermería, Claudia Moreno. Los bajos sueldos y la falta de reconocimiento del Estado son dos de los factores que desmotivan a los estudiantes a la hora de elegir las carreras de enfermería disponibles. Pero a NO OLVIDAR un factor excluyente: la oferta en lo privado/particular con tareas por hora con ancianos o enfermos crónicos.

 “Según las datos referidos a los entes públicos, hay un déficit de enfermeros en la provincia, pero también es cierto que desde hace algunos años se han implementado políticas de capacitación, nuevas carreras de enfermería. De este modo, subió el número de profesionales, pero el déficit continua”, indicó Moreno.

Según agregó, otro logro es que la mayoría de las personas que se desempeñaban como auxiliares de enfermería pudieron acceder a la carrera de Enfermería: “Quedan muy pocos auxiliares y han desaparecido los enfermeros empíricos, que son aquellos que antiguamente comenzaban a trabajar en el hospital y luego, por destreza técnica, cumplían las tareas de enfermeros”, continuó.

“El déficit puede estar causado porque es una de las tantas carreras que se ofrecen en la provincia o por los bajos sueldos que tenemos. El 60 por ciento del personal de los hospitales son enfermeros, por lo tanto, somos los que tenemos más contactos con los pacientes”, acotó.

A la vez, destacó que en la provincia en la actualidad hay unos 3600 enfermeros: “Hace un mes se pasaron a situación de personal estable a varios agentes, lo cual es un beneficio para todos aquellos que venían haciendo suplencias. Esto deja lugar a vacantes para nuevos suplentes”, expresó.

Moreno también contó que en otros países hay cuatro enfermeros por médico, una proporción ideal. “En la provincia esa cifra no se cumple, sino que en algunos lugares hasta hay un enfermero por cada médico”, detalló.

“El Estado debe cumplir su rol de incorporar más gente. Mientras tanto, los entes formadores. Desde la Asociación Entrerriana de Enfermería participamos de las ferias de las carreras. También explicamos que Enfermería no es una carrera sencilla y con poco sacrificio, cuando en realidad hay que estudiar con dedicación durante cinco años para obtener la Licenciatura”, anotó.

Por otro lado, Moreno lamentó que los sueldos que perciben sea uno de los factores que desanime a los candidatos a elegir la carrera: “Un enfermero que recién comienza cobra cerca de 3500 o 4 mil pesos en el Estado. Sin embargo, los privados cobran un poco más. Así y todo, hay que estar dispuesto a la atención, cualquier día del año, sin feriados ni fiestas, porque el paciente no espera. El sueldo sería un buen incentivo”, aseguró.

Por último, Moreno afirmó que incluso aún piden que el Gobierno les reconozca el título universitario: “No nos pagan la Licenciatura, cuando a los privados sí se les abona. Esta sería una de varias cuestiones que incentivarían más a que los estudiante elijan la carrera”, acotó ante requisitoria de APF.

Reflexión

Damos anuencia a gran parte de lo expresado por la citada referente de dicho gremio, pero a no omitir que muchas enfermeras y enfermeros, eligen trabajar en domicilios particulares donde convienen con los familiares de los pacientes, en especial ancianos, montos que por día superan con creces los salarios de los nosocomios públicos y privados.

Hubiese estado bueno que se aluda a ello pues precisamente existe un “agujero negro” en este aspecto, con pretensiones diversas, y un marco para nada regulado, lo cual, muchos lo aprovechan para abusar de la angustia, desazón, desesperación de los familiares que no quieren internar en geriátricos a padres, madres, abuelos o tíos y se hacen cargo de ellos aunque con la imperiosa necesidad de tal asistencia profesional.

Nos gustó la nota para promover una reflexión de todos quienes estamos en ésta misma situación y nos hallamos en la precitada encrucijada, sufriendo la carencia de un marco regulatorio convincente con el cual los familiares de los pacientes puedan moverse apropiadamente.