Maran Suites & Towers

Vuelos demorados o cancelados por fenómenos meteorológicos: es hora que se aceiten mecanismos de comunicación

El Aeropuerto de la Ciudad de Paraná fue un caos este jueves. Es que el avión de Aerolíneas Argentinas, procedente de Buenos Aires, llegó sobre la medianoche a raíz de las inclemencias climáticas registradas en CABA, ocasionando que se cumplimenten los respectivos procedimientos de “Alertas Meteorológicas”.

Fue una jornada compleja para la Capital Federal por la tormenta de rayos y granizo, pero a la vez sobre Paraná se desataron fuertes ráfagas de viento, dificultando aún más la labor de personal de aviación en plataformas y de las propias aeronaves.

“Hace unos años las descargas eléctricas por tormenta ocasionaron innumerables problemas, inclusive heridos. Por ello se elaboró un sistema de ‘Alertas Meteorológicas’ de altísima tecnología que detecta el peligro y advierte la proximidad de rayos y/o la actividad conectiva o de tormenta. Cuando hay alerta roja, se prohíbe totalmente andar en plataforma, ascender pasajeros o descenderlos. Por eso, si bien los aviones podían aterrizar o despegar, los pasajeros y tripulaciones debían permanecer dentro. Lo mismo ocurría con todo el personal que se desempeña en distintos sectores fuera de las aeroestaciones”, resumió un avezado (y muy amable como ilustrado) trabajador del Aeroparque de Paraná.

“Todos los preparativos de un vuelo por salir o recién aterrizado se ven demorados en estas situaciones. Sin ir más lejos, las operaciones se retrasan más con las cargas de combustible o con la limpieza ya que, -por ejemplo-, los pasajeros que esperaban en nuestra ciudad debían aguardar en área de preembarque que se higienice el avión una vez que se vació de todos los viajeros provenientes de Buenos Aires”, puntualizó.

Lo concreto es que si bien en el Aeroparque “Jorge Newbery” suelen suscitarse desbordes por diversas coyunturas, no es muy usual que esto ocurra en Paraná. Sin ir más lejos, los pasajeros que partieron finalmente cerca de las 2 de la madrugada, llegaron a Buenos Aires y los inconvenientes continuaban por lo cual debieron soportar estar dentro del avión más de una hora.

Vale destacar una problemática aguda: la falta de comunicación concreta que se brinda a los viajantes quienes a su vez suben a sus Redes Sociales incontables versiones. El personal despachante tiene la mayor y mejor predisposición, de eso no hay dudas, pero faltan “especialistas” que aporten información precisa y sepan contener la ansiedad de quienes tan solo desean que alguien interprete sus lógicas tensiones.

Si bien algunos viajan por placer, hay una amplia mayoría que utiliza las líneas aéreas por urgencias laborales y/o hasta sanitarias-familiares, estableciendo conexiones varias, entonces sería muy positivo que las empresas tengan mayor empatía por sus clientes y se eviten así colapsos como los de anoche.

Add a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *