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Víctor Hugo: ¿víctima o victimario?

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- En las últimas horas, mucho, demasiado quizás, se habló del despido de Víctor Hugo Morales. Obviamente que nos consterna, atribula, la coyuntura, sin embargo, un volcán de sentimientos nos ocasiona dudas, titubeos, incertezas. El comunicador uruguayo, reconocido ultra defensor de la Gestión Kirchnerista, hoy habla de “libre expresión”, “independencia de criterios”, pero no vaciló en la diatriba, en la invectiva hacia todo lo que implicase una hipotética ofensa contra el Gobierno presidido por Cristina Fernández de  Kirchner y fue uno de los periodistas mejor pagos en la última década.

 

Radio Continental considera que hubo “incumplimiento contractual” de su parte, algo que se fundamenta débilmente, sin argumentos claros; aunque el propio Víctor Hugo solo se defiende diciendo que NUNCA faltó, ni un solo día, a sus deberes profesionales.

¿Entonces? ¿Miente la empresa? ¿Miente el desafectado? ¿Mienten ambos?

 

NI Continental pone transparencia a su decisión, ni Morales enarbola un amparo adecuado. Lo que es más… Completa su contradictoria posición proponiendo dejar sin efecto la medida, y olvidar todo.

Algo no cierra… Como menos cierra ver -a través de las cámaras de C5N, América 24, Canal 26 o a la medianoche (tarde…luego de no decir NADA EN VIVO) por TN-, un montón de gente movilizada sin saber siquiera que se defendía o qué se reclamaba.

 

Treinta años de profesión en el periodismo nos hace percibir con distintos ojo que el común vecino, imágenes de un acto, o suceso determinado. Así, verificamos decenas y decenas de asistentes deambular sin sentido por la Plaza, arriados por otros “punteros” o “líderes”.

Sí, pudo constatarse la fuerte presencia MILITANTE de jóvenes Camporistas-Kirchneristas, y/o del Socialismo, enarbolando banderas demandantes y críticas hacia la flamante imagen presidencial de Mauricio Macri, en vez de ensalzar o alabar la pericia del periodista “Charrúa”.

 

Pareció tratarse más de un acto reprobatorio, condenatorio hacia el Macrismo y/o Cambiemos, que una movilización reivindicatoria, tendiente, proclive a manifestar un desagrado, una desaprobación a la decisión de UNA EMPRESA.

O sea… algo ORQUESTADO para criticar, insultar, despreciar, vilipendiar al nuevo mandatario y/o a todo aquel que lo acompañe o AVALE su proceder presidencial.

 

Nadie se resiste al Archivo… Cotejen una y otra vez como nosotros SÍ hicimos las imágenes y el audio del acto. Fue una protesta plena de reprensión, un clamor NO EXCLUSIVO por el futuro del periodista sino una exhortación, una advertencia provocadora hacia el Macrismo y/o Cambiemos.

¿Continental? Un par de cánticos ofensivos hacia las autoridades de la radio. Poco… O nada. Digamos que la emisora y/o sus funcionarios terminaron casi impolutos.

 

Víctor Hugo, de acérrimo crítico de Néstor Kirchner, pasó a ser un propagandista del Poder Kirchnerista, un militante apologista más mediante una fanática y sostenida defensa de la Gestión K, lindante al vasallaje, como respaldando expresamente una política de medios que sólo pretendió silenciar las voces críticas y apoyar con pauta oficial a los amigos del poder.

Radio Continental decidió despedirlo. Lamentablemente, con un trasfondo contradictorio. Hubiera estado regio que se cimiente mediante una elucidación precisa y FACTIBLE. No fue así. Grosero criterio que terminó enlodando a Macri.

 

No me genera felicidad la suerte de Víctor Hugo. Para nada. Pero el 8 de julio del 2010 me echaron de LT 14 y distinta fue mi actitud. Ese día, el otrora directo de la emisora, Juan Carlos Bettanín, adujo que la Ley de Medios perjudicaba mi situación contractual y como no podía otorgarme la Planta Permanente que desde 1991 merecía, resolvió sacarme del aire y de la redacción de la web.

Con dolor, con profunda tristeza, con sensible angustia, procuré otorgar tiempo a que desde el Gobierno se propenda a que Bettanín recapacite. Apelé al gobernador, a ministros, a legisladores y hasta la propia intendenta.

 

Hubo promesas vanas. Luego, no tuve más remedio que ajustarme a Derecho. Hoy, cinco años después, sigue el juicio por mí entablado con honda pena.

En 5 años, NO COSECHÉ adhesión, el mismo apego, lealtad que yo SÍ exhibí sobre mi identidad o ideología política.

 

Mi propio Gobierno, mi propio Partido, me dejó afuera luego de casi dos décadas de honrado desempeño EN NEGRO.

Yo SÍ FUI LEAL. Y SIGO SIÉNDOLO. Sin embargo, ni Víctor Hugo, ni la Cámpora, ni el Socialismo, salieron en mi defensa. Vaya paradoja. La arbitraria e injusta determinación de Bettanín me enfermó, me dañó, me perjudicó PROBADAMENTE.

 

Aun así, NO DEJÉ DE SER PERONISTA. NUNCA MENTÍ. NUNCA TRAICIONÉ. Mi voto siguió siendo PERONISTA, hasta las últimas consecuencias. Yo SÍ FUI FIEL Y NO GANÉ MILLONES como Víctor Hugo. De hecho, me vi forzado a trabajar en condiciones contractuales INDIGNAS como lo es NO TENER siquiera una máquina, un espacio, y deber utilizar mi propia notebook, mis propios teléfonos y/o móvil para producir, más otra clase de erogaciones NUNCA COMPENSADAS.

Insondable consternación me causa saber que el Kirchnerismo o en especial el Sr. Bettanín NO PAGARÁN por semejante atropello, por tan grave iniquidad e inmoralidad. Amargamente, deberá pagar el Gobierno de Mauricio Macri o, en definitiva, el Pueblo argentino.