Maran Suites & Towers

¿Uso o abuso de la Cadena Nacional?

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Hasta hace no muchos años atrás, un mensaje del presidente de la República por Cadena Nacional lograba detener virtualmente al país. La misma, configuraba una emergencia, un hecho de conmoción social o bien un anuncio de suma trascendencia pública. Todo cambió con Cristina Kirchner. Lo que cabe analizar es si la mandataria ha incurrido en un uso desaconsejable o en un abuso.

 

La norma aprobada en 2009 establece que la Cadena Nacional sólo debe utilizarse para “situaciones graves, excepcionales o de trascendencia institucional”. En su gestión, Cristina Fernández lleva superadas holgadamente más de cien veces con oratorias llamativamente prolongadas.

 

Inevitable comparar que el extinto presidente Néstor Kirchner utilizó la cadena nacional en sólo dos ocasiones en sus cuatro años de mandato y ninguno sus discursos superó los diez minutos. Su esposa, en cambio, no ahorra en verbosidad.

 

Por lo tanto, la Cadena Nacional dejó de ser una herramienta de excepción, como se la concibió por ley, erigiéndose en un instrumento de uso político del Kirchnerismo, transformándose en un medio de publicidad Oficial que genera controversia y/o polémica ostensible en cuanto a si viola los principios democráticos y republicanos o si se constituye ese proceder en una conducta tan populista como contradictoriamente autoritaria.

 

Vale acotar que Cristina Fernández de Kirchner conoce íntimamente el tema porque fue la principal impulsora de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, norma legal que determina en su artículo 75: “El Poder Ejecutivo nacional y los poderes ejecutivos provinciales podrán, en situaciones graves, excepcionales o de trascendencia institucional, disponer la integración de la cadena de radiodifusión nacional o provincial, según el caso, que será obligatoria para todos los licenciatarios”.

 

Ahora, la propia presidenta Cristina Kirchner suele justificar el uso de la Cadena Nacional en que los noticieros y los diarios no difunden, como el Gobierno pretende, las “noticias positivas” de la gestión.

Lo que omite es que, nunca como en este Gobierno se gastaron tantos millones de pesos en Publicidad Oficial, repartida POCO EQUITATIVAMENTE y asimismo, buena parte de los medios radiales y audiovisuales, como algunos gráficos están actualmente en manos de empresarios allegados al Gobierno.

 

Solo basta repasar lo que se ha erogado en cuanto a Política de Comunicación y evaluar presupuestos de distintas carteras, o sin ir más lejos, sostenes de distintos Programas del propio Estado, para verificar que la inversión en pautas ha sido notable, constituyéndose en el Gobierno que más recursos destinó para divulgar sus actos de gestión.

 

Lo que es más… Hemos sido duros críticos respecto a la falta de regulación adecuada a esta metodología de emisión de publicidad, pero, aparentemente a ningún legislador se le cae una idea de la cabeza, y/o la Oposición es tan CÓMODA que no reclama lo que es JUSTO en esta temática que reviste tanto gasto al país y deja en desventaja al resto de los partidos como menoscaba, subestima a decenas y decenas de medios independientes NO UNGIDOS por ésta gestión y hasta perseguidos por su obrar autónomo.

 

La sistemática utilización de la Cadena Nacional por temas de poco relieve, de escasa notoriedad, para nada excepcionales y, en ocasiones, con alto tinte partidario Oficial debe tener un límite. Si la Oposición no es capaz mediante sus Representantes legislativos de instrumentar los recaudos pertinentes para que se termine este manejo inmoderado, como tampoco tiene la coherencia, intelecto y coraje suficiente para exhortar un pronto tratamiento de leyes inherentes a la regulación de la Publicidad Estatal, el Pueblo deberá dejar de perder el tiempo con ironías, diatribas, cobardes críticas injuriantes vía Redes Sociales y tener la VALENTÍA de demandar a sus gobernantes como el juramento de los mismos lo asevera en cada asunción de cargo.