Maran Suites & Towers

Unidad/LPF: veníamos bien…

Veníamos en paz. Con comportamientos correctos, más allá de algunas intenciones de escaramuzas, por parte de los hinchas y buen celo de las fuerzas policiales en conjunto con las dirigencias. También, mayoritariamente, técnicos y jugadores esgrimían posturas más edificantes que agresivas, salvo excepciones de esas que tristemente siempre hay en éste deporte motivadas por dificultades socioeconómicas, malas formaciones y en sí que nadie les ponga freno en su debido momento. Todo se tiró por la borda este domingo.

Venía bien el Unidad. Por ahí se salía alguna que otra cadena pero se sofocaba todo rápido. En sí, se disimulaban los males que aquejan a este fútbol paranaense con muy buena voluntad de casi todos.

Pero este domingo aparecieron esos energúmenos, muchas veces acicateados por algunos futbolistas, o integrantes de cuerpos técnicos que creen que el torneo liguista es de esos “certámenes” Independientes barriales donde gana el más guapo y el premio son cajones de cerveza, lechongos o algunos que otros morlacos.

En concreto, hubo dos hechos repudiables según lo que narraron los colegas de El Diario. Uno en San Benito y el otro en Instituto.

En la localidad distante a unos 10 kilómetros de Paraná, al finalizar el partido, el asistente Matías Díaz y un par de efectivos que lo escoltaban fueron agredidos por un simpatizante local.

Aprovechando que más de 20 hinchas de su equipo hostigaban a la terna arbitral, se hizo lugar para darle un golpe de puño en el rostro al colegiado y, sin conformarse, también agredir a los uniformados. A pesar de la reacción de éstos, INCREIBLEMENTE no logró ser detenido, falla GROSERA del personal policial que a ésta altura esperemos hayan procedido en consecuencia.

En tanto, Díaz dejó asentada a denuncia respectiva en la Comisaría de San Benito y luego se trasladó a Paraná para ser atendido por el médico policial.

En tanto, en Villa Uranga, a poco de comenzar, el partido entre el local Instituto y Neuquén estuvo varios minutos parado porque hinchas de la barra local arrojaron proyectiles al campo de juego. Lo hicieron una vez y, tras intercesión de jugadores y técnico de su equipo, se calmaron; pero ni bien reinició, volvieron a hacer de las suyas.

Debido a esto, casi se suspende definitivamente el match. Otra vez los deportistas lograron tranquilizarlos. Personal de la Comisaría 3ª TAMBIEN INCREIBLEMENTE no logró individualizar a los violentos; mientras, el juego, pudo terminar en paz.