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Una Justicia cada vez más polémica… El STJ le dio la razón a Lewis y desestimó el reclamo del pueblo argentino para acceder a Lago Escondido

El Superior Tribunal de Justicia (STJ) revocó los fallos de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Bariloche y del juez en primera instancia que ordenaban garantizar el acceso público al Lago Escondido a través del camino del Tacuifí. Esta decisión marca un hito importante en una discusión política y jurídica que se desarrolló a lo largo de 18 años y 4 meses.

El abogado Ernesto Montecino, apoderado legal de Magdalena Odarda, dijo este viernes que ya trabajan en el recurso extraordinario federal para impugnar el fallo del Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Río Negro, que revocó las sentencias de tribunales inferiores que habían avalado el camino de Tacuifí para garantizar el acceso público al lago Escondido.

A partir de este fallo, el camino público será por el sendero de montaña, que tiene un recorrido de unos 33 kilómetros, mucho más extenso que el camino vecinal por Tacuifí. Ese sendero no cruza por las propiedades de pobladores de la zona ni por la del magnate inglés Joe Lewis, dueño de Hidden Lake.

La resolución del máximo tribunal de justicia rionegrino le asesta un mazazo al reclamo que durante años sostuvieron organizaciones sociales, políticas, gremiales por el acceso público al lago Escondido por el camino de Tacuifí.

El acceso al lago Escondido se transformó para algunos dirigentes políticos casi en una causa nacional, porque el espejo de agua quedó adentro de la estancia que compró de manera presuntamente irregular en la década de los 90 el magnate inglés Joe Lewis.

Un poco de historia…

El camino que la Corte rionegrina obliga a transitar en adelante como único acceso posible al Lago Escondido es un despropósito absoluto. Se trata de un recorrido de 33 kilómetros a través de la Cordillera de los Andes, partiendo desde El Bolsón y con el cruce de varios ríos correntosos, subidas y bajadas muy escarpadas y con tramos de bosque cerrado y sumamente frondoso.

Semejante trayecto solo puede ser afrontado por personas relativamente jóvenes, resistentes y bien entrenadas, con equipamiento especial de montaña y un magnífico estado físico que le permita sortear una travesía tan peligrosa a lo largo de por lo menos tres o cuatro días con sus noches.

A quienes logren surcar la Cordillera, al final del camino los aguarda una diminuta playa de piedras, cercada por riscos y con varios metros de juncos que se interponen con el agua. Esa playa está ubicada en el extremo noroeste del lago, en el margen opuesto a dónde el multimillonario inglés impuso su mansión, ahora cobijada por el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro.

Lejos de estar clausurado, el reclamo por el acceso libre al Lago Escondido pasará a las instancias federales e internacionales. La exsenadora nacional y actual diputada electa, Magdalena Odarda, quien 18 años atrás inició el reclamo, anticipó que llevará el caso ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. “No dejaremos de denunciar la responsabilidad penal y política de los involucrados”, anticipó Odarda, quien definió al fallo como “anti-derechos”.

Prometió además que buscará iniciar el juicio político contra los jueces y juezas del STJ, además del procurador general de la provincia, “por el delito de traición a la Patria, al ejecutar un hecho dirigido a someter total o parcialmente la Nación al dominio extranjero o menoscabar su independencia e integridad”.

Desde que se instaló en la Cordillera rionegrina en 1996, la corporación británica Hidden lake ignora cotidianamente la Ley argentina. Viola la Ley de Seguridad de Fronteras, que impide a empresas o ciudadanos extranjeros poseer tierras en zonas limítrofes, mientras que la Fiscalía de Investigaciones Administrativas y la Procuración del Tesoro dictaminaron en conjunto que la compañía había adquirido de manera fraudulenta las 20 mil hectáreas que rodean al lago.

La Inspección General de Justicia reveló que la corporación Hidden Lake es una empresa fantasma, una cáscara vacía para ocultar negociados personales de su propietario, y pidió a la Justicia su disolución y la expropiación de todos sus bienes. Hidden Lake es una firma subsidiaria de la multinacional Tavistok, propiedad de Joe Lewis, quien reside ahora en Nueva York pero bajo libertad condicional porque semanas atrás debió pagar una fianza de 300 millones de dólares para evitar el encarcelamiento por 18 cargos de fraude financiero en su contra, mientras que en Londres el ministerio público le abrió procesos de investigación por operaciones irregulares con criptomonedas y presunta evasión impositiva y lavado de dinero en los pases de jugadores del club de fútbol Tottenham Hotspur, del que es mayor accionista.

 

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