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Tras el peritaje médico, se agrava la situación de los imputados por el deceso de Diego Maradona

El contundente documento de los peritos oficiales que participan de la junta médica convocada por la Fiscalía General de San Isidro para determinar si la muerte de Diego Armando Maradona se pudo haber evitado complicó la situación judicial del equipo de salud a cargo del astro mundial durante su internación domiciliaria en una casa del barrio privado San Andrés, lugar donde falleció el 25 de noviembre pasado.

Entre los próximos diez y quince días, el equipo especial de fiscales a cargo de la investigación que tiene como objetivo determinar si se cometió un delito en las circunstancias que rodearon la muerte de Maradona definiría si indaga a los siete sospechosos por el delito de homicidio culposo, con una pena de prisión de entre uno y cinco años, o homicidio simple con dolo eventual, con una escala de entre ocho y 25 años de cárcel.

Los siete imputados que hasta el momento tiene la causa son el médico neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, la enfermera Dahiana Gisela Madrid, el enfermero Ricardo Almirón, la médica coordinadora Nancy Forlini y el coordinador de los enfermeros, Mariano Perroni.

Sin embargo, con el avance de la investigación, no se descarta que haya otros sospechosos que sean llamados a prestar declaración indagatoria.

Ayer, los peritos oficiales le entregaron un documento de 74 páginas a los peritos de parte a los especialistas convocados por las partes que participan de la junta médica para que firmen en conformidad o disidencia y hagan sus fundamentaciones.

El lapidario informe de los especialistas convocados por la Fiscalía General de San Isidro cierra con 13 conclusiones, entre las que se sostiene que “el actuar del equipo de salud a cargo que atendía a DAM fue inadecuado, deficiente y temerario”; “Maradona comenzó a morir, al menos, 12 horas antes de las 12.30 del día 25/11/2020, es decir, presentaba signos inequívocos de periodo agónico prolongado, por lo que concluimos que el paciente no fue debidamente controlado desde las 00.30 horas del día 25/11/2020″; “fueron ignorados los signos de riesgo de vida que presentaba el paciente”; “el cuidado de enfermería durante la estancia en la casa de Tigre, posterior a la externación de Clínica Olivos, se encuentra plagado de deficiencias e irregularidades”, y el “estado de salud del paciente fue abandonado a su suerte”.

La investigación está a cargo de un equipo coordinado por el fiscal general de San Isidro, John Broyad, e integrado por su dos adjuntos, Iribarren y Patricio Ferrari, y la fiscal de Benavídez Laura Capra.

Pasado mañana, los peritos de parte deberían presentar en la Fiscalía General de San Isidro sus propias conclusiones y fundamentaciones de la junta médica. Después, el equipo de fiscales se tomarán unos días para analizar los informes de los especialistas.

El mismo día que empezó la junta médica, Antonio Martín Maya y Antonio José Maya, los peritos que representan a Luque presentaron sus respuestas a las 24 preguntas hechas por el Ministerio Público Fiscal. El documento quedó resguardado en un sobre lacrado que será abierto una vez que la junta médica, al cabo de sus reuniones, presente sus conclusiones finales.

“Maradona murió durante el sueño, sufrió un ataque cardiaco agudo que le produjo un paro cardio respiratorio no traumático. El mismo se originó en una insuficiencia cardíaca aguda y esta, en una isquemia miocárdica ( falta de irrigación e hipoxia) evidenciada en el estudio microscopio del corazón. Dicha afección fue un evento inesperado, imprevisible, propio de la naturaleza de la persona y la afección, ajeno a cualquier intervención de un tercero; inadvertido para sus convivientes por ocurrir en las horas del sueño”, sostuvieron los Maya en las conclusiones de su documento.

Maradona vivió dos semanas en una casa alquilada en el barrio San Andrés, en la zona conocida como Villanueva, en Benavídez, Tigre. El 11 de noviembre pasado había dejado la clínica Olivos, donde fue intervenido de un hematoma subdural en su cabeza. La operación fue el martes 3 de ese mes. Diego murió el 25 de noviembre.

En un documento donde se firmó la externación del Diez se dejó constancia de que no tenía el alta médica y que Swiss Medical había propuesto continuar con un tratamiento psiquiátrico, clínico y de rehabilitación y toxicológico bajo la modalidad de internación en un centro de rehabilitación, a lo que la familia no prestó conformidad.

En uno de los párrafos del citado documento, se definió a Luque y a la psiquiatra Agustina Cosachov como el “equipo médico tratante” y se sostuvo que los profesionales “prescribieron, y la familia aceptó, el seguimiento y atención médica domiciliaria del paciente”, y solicitaron a Swiss Medical asistencia con cuidados domiciliarios de enfermería y acompañamiento terapéutico”.

En sus conclusiones, los peritos oficiales sostuvieron que “la internación domiciliaria post externación de la Clínica Olivos no fue tal, ya que no existieron los lineamientos mínimos de tal internación en un paciente de la pluripatología compleja que presentaba Maradona”. Y agregaron: “No existen constancias de atención psicológica en el domicilio, las cuales consideramos indispensables para el adecuado tratamiento de la patología que presentaba el paciente”.

La conclusión del período agónico de 12 horas que sufrió Maradona podría ser clave en la causa. “Maradona murió solo y abandonado”, afirmó una fuente con acceso al expediente.

“Es decir que nadie hizo nada para salvarlo y se confirmaría que el enfermero Almirón habría mentido cuando sostuvo que le controló los signos vitales a las 6.30 de ese 25 de noviembre. Si los controló como sostuvo, cómo puede ser que siendo un especialista no se haya dado cuenta de lo que estaba pasando”, explicó la fuente consultada.

Los peritos oficiales sostuvieron que fueron ignorados signos y señales de riesgo de vida presentados varios días antes de la muerte del astro.

“Fueron ignorados los signos de riesgo de vida que presentaba el paciente”, sostuvieron los expertos médicos oficiales que participaron de la junta médica.

Las 13 conclusiones de los peritos oficiales

1) “Si bien resulta contrafáctico afirmar que Maradona no hubiese fallecido de haber contado con una internación adecuada, teniendo en cuenta el cuadro documentado en los días previos a su muerte, en un centro asistencial polivalente recibiendo una atención acorde a las buenas prácticas médicas, concordamos en que hubiese tenido más chances de sobrevida”.

2) “El actuar del equipo de salud a cargo que atendía a Maradona fue inadecuado, deficiente y temerario como se registró en detalle en el presente”.

3) “Según las buenas prácticas médicas y una vez resuelta la patología aguda que dio origen a su internación en Clínica Olivos (hematoma subdural) y considerando el cuadro clínico, clínico-psiquiátrico y el mal estado general debió haber continuado su rehabilitación y tratamiento interdisciplinario en una institución adecuada”.

4) “Maradona, al menos desde la internación en Ipensa (una clínica de La Plata donde estuvo antes de la operación en la cabeza) no se encontraba en pleno uso de sus facultades mentales, ni en condiciones de tomar decisiones sobre su salud”.

5) “Se ratifica lo expuesto en el protocolo de autopsia (murió por una insuficiencia cardíaca aguda, congestiva y crónica, que le generó un edema agudo de pulmón).”

6) “Maradona comenzó a morir, al menos, 12 horas antes de las 12.30 del 25 de noviembre pasado, es decir, presentaba signos inequívocos de periodo agónico prolongado, por lo que concluimos que el paciente no fue debidamente controlado desde las 00.30 horas de ese día”.

7) “Fueron ignorados los signos de riesgo de vida que presentaba el paciente”.

8) “El cuidado de enfermería durante la estancia en la casa de Tigre, posterior a la externación de Clínica Olivos, se encuentra plagado de deficiencias e irregularidades como fue expuesta en este documento ampliamente (ausencia de controles)”.

9) “Maradona no presentó correctos controles y asistencia por parte médico-asistenciales, de enfermería y acompañantes terapéuticos ni en tiempo ni en forma. Según dictan las normativas de las buenas prácticas.”

10) “No existen constancias de atención psicológica en el domicilio, luego de la externación, las cuales consideramos indispensables para el adecuado tratamiento de la patología que presentaba Maradona.”

11) “A pesar de haber tenido una prescripción adecuada en dosis y posología para su trastorno toxicofrénico, al respecto, no podemos descartar que esta medicación no haya influido en el desenlace fatal, ya que no se realizaron en los últimos 14 días previas al deceso, controles cardiológicos ni de laboratorio.”

12) “La internación domiciliaria post externación de la Clínica Olivos no fue tal, ya que no existieron los lineamientos mínimos de tal internación en un paciente de la pluripatología compleja que presentaba el paciente.”

13) “Se puede inferir de la documental que fuera analizada por esta junta médica interdisciplinaria, que el equipo médico tratante se representó cabal y acabadamente la posibilidad del resultado fatal respecto del paciente, siendo absolutamente indiferentes a esa cuestión, no modificando sus conductas y plan médico/asistencial trazado, manteniendo las omisiones perjudiciales precedentemente apuntadas, abandonando “a la suerte” el estado de salud del paciente.”

La junta médica se reunió por primera vez el 8 de marzo pasado en Superintendencia de Policía Científica bonaerense, en La Plata. Los peritos oficiales convocados por la Fiscalía General de San Isidro fueron: el director de Medicina Legal de la policía bonaerense, Carlos Cassinelli; el jefe del Cuerpo Médico de San Isidro, Federico Corasaniti; el jefe de la Morgue de San Isidro, Agustín Grimoldi Vázquez; el jefe de la morgue de La Plata, Javier Grubisa; el jefe de cardiología del Hospital Central de San Isidro, Gustavo Di Niro; Enrique Gallego, psiquiatra del Cuerpo Médico de Policía Científica; el psiquiatra José Luis Covelli, jefe de la cátedra de Medicina Legal de la Universidad de Buenos Aires (UBA); Carlos Damín, jefe de toxicología del Hospital Fernández y jefe de la cátedra de esa disciplina en la UBA; Hernán Trimarchi, jefe del servicio de nefrología del Hospital Británico, y Fernando Cairo, miembro del servicio de Hepatología y Trasplante Hepático del Hospital Británico.

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