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Sudáfrica 2010: duelo de vencedores

Con el único cambio de Maxi Rodríguez en lugar de Verón, la Argentina buscará afirmar su estilo y afianzarse como equipo ante Corea del Sur, a partir de las 8.30. El equipo de Maradona juega nuevamente en Johannesburgo, pero esta vez en el gigantesco Soccer City, que fue escenario del partido inaugural y también lo será de la final.

Corea del Sur aparece como un adversario más importante que Nigeria. Entre julio de 2007 y noviembre de 2009 estuvo 27 partidos invicta. Su estrella es Park Ji-Sung (del Manchester United), un volante con criterio y llegada. Y el otro Park, Chu-Young, es un delantero veloz, con buenas condiciones ténicas que juega en el Mónaco.

El entrenador, al que le gusta jugar con un esquema 4-3-2-1 anunció un solo cambio en relación con el equipo del debut ante Grecia. Oh Beom-Seok, defensor, cubrirá el puesto de Cha Du-Ri, nacido en Alemania, y que tuvo una buena temporada en el Friburgo, de ese país. Corea del Sur es un equipo solidario y duro defensivamente que prefiere el contraataque como apuesta de juego.

Un triunfo dejará a cualquiera de los dos al borde de la clasificación, con seis puntos. Si empataran Grecia y Nigeria, el eventual ganador del Soccer City ya tendría asegurada su plaza en octavos. De lo contrario habría que esperar la fecha del 22 de junio cuando haya que enfrentar a Grecia.

A la victoria de la Argentina en el debut le faltaron algunos goles. Pero ni esa percepción de resultado mentiroso consiguió despejar las incógnitas que dejó el rendimiento del seleccionado. El triunfo sobre Nigeria produjo un alivio que no abarcó lo futbolístico. Los tres puntos asegurados y la sensación de peligro que llevaron la mayoría de los avances fueron más gratificantes que la propuesta colectiva. Conviene incluir algunos atenuantes, como el debut en una Copa del Mundo que siempre supone una carga de nervios y vacilaciones. Ya pasó. Cerrado el capítulo africano sin haber dado lo mejor como conjunto, la selección tendrá por delante el desafío asiático que le propone el Grupo B: Corea del Sur, un adversario traicionero que obligará a entregar síntomas de evolución. Otra cosecha ideal, combinada con un empate entre Grecia y Nigeria -o también aquí un éxito de los africanos-, le serviría a la Argentina una anticipada clasificación para los octavos de final.

Hace cinco días, en otro punto de esta ciudad, en el estadio Ellis Park, el equipo mostró un déficit de juego, con una fractura en el medio campo. Por la magistral actuación del arquero Vincent Enyeama no concretó las numerosas opciones que Messi se preparó para sí y las que le asistió a sus compañeros, y atravesó algún sofocón por desacoples defensivos en la banda derecha. Tres aspectos que reclaman correcciones, con Corea del Sur como un examinador que se presume menos contemplativo e indulgente que Nigeria.

Mientras Messi parece haberse lanzado en uno de sus explosivos slaloms hacia el trono planetario, la Argentina debe ser más que un cuadro guiado por una luminaria. Leo ya demostró que pasa al ataque en serio y sin perder el tiempo, pero necesita roles complementarios alrededor suyo. Acierta Maradona al renovarle la confianza a Di María, Tevez e Higuaín, pero cada uno debe ofrecer una versión más influyente en el circuito de juego. Messi ya enseñó que puede con todo, pero no sería conveniente esperar que lo haga siempre. Si la selección depende sólo de él, pierde sorpresa y entrega referencias para la marca del rival. Como lo refleja el filarmónico Barcelona, Messi rodeado de sociedades puede ser aún más determinante, por eso aquí salta el primer interrogante: ¿cuánto extrañará a Verón?

Maradona sostendrá a Jonás Gutiérrez como número 4, una región que lo incomoda. Para cubrirlo mejor, el único cambio con respecto al estreno será el ingreso de Maxi Rodríguez, para acomodarse bien de 8 y actuar como un dique que no exponga tanto al correcaminos de Newcastle. Era mejor un sabueso en la zona, porque si tanto Maxi como Jonás estarán atentos al sector, la selección volverá a quedar cortada y sin salida por los carriles.

De todos modos, las mejores posibilidades están del lado de la Argentina, siempre que consiga una relación más directa con el gol si la posesión no es prolija. Y si la lectura de Maradona desde afuera acompaña y no se demora en introducir variantes ante alguna emergencia. Aunque el fútbol es uno de los deportes que peor se llevan con la lógica y las previsiones, suele respetar jerarquías. Pero conviene no tentarlo. Corea representará una medida para sondear la capacidad de progreso de la Argentina.