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“Siento que Personal me tiene de rehén”

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Me quiero borrar de Personal!!!… No soporto más el abuso existente en cuanto al trato despersonalizado. Jamás me sentí tan mal atendido en la Sucursal Paraná y PEOR aún vía telefónica. Lamento sensiblemente sentir que me están estafando y peor aún, que me tienen de rehén.

Cuando buscan venderte ejercen el mayor poder de seducción. Al momento de reconocer defectos, o en el instante preciso de tener que aceptar una baja, procurar ser atendido oportuna y debidamente es una odisea.

Paradójico… Siempre consideré que Telecom Personal (Personal) le llevaba varios cuerpos de ventaja a CTI Móvil (hoy claro) o a Movicom (hoy Movistar). Lo confieso.

Luego, algunas decepciones y un buen juego de marketing de la “contra”, equilibró la balanza para que “Movi” se ponga en una misma línea de preferencia por eso es que soy cliente de ambas compañías.

Hoy siento que Personal me ha decepcionado por completo. Concretamente, me siento ESTAFADO.

Estas breves líneas de repudio no abordan lo inherente a la calidad de sus servicios de telefonía móvil.

Solo propenden a reflejar mi indignación por la falta de compromiso, transparencia y calidad en cuanto a atención al cliente.

No me refiero a GSM, GPRS, EDGE, Tercera Generación (3G), redes UMTS/HSDPA, video llamadas, full track downloads, MMS, reproducción en línea de imágenes, correo electrónico corporativo y/o soluciones de BlackBerry, roaming, entre otros aspectos de sus prestaciones.

No hablo de capacidad y/o cobertura.

No aludo a packs y/o planes, si son buenos o malos.

Solo expreso lo mal que me siento por no poder lograr que alguien me atienda y me diga “Señor, si Ud. quiere borrarse, pague su última factura y automáticamente lo sacamos de nuestra lista de clientes…”. Y punto!!!… Palabras más, palabras menos SOLO QUIERO ESO.

Quiero que me den LIBERTAD a manejar mis finanzas en tiempos difíciles.

No quiero que me extorsionen ofreciéndome tal o cual nuevo servicio.

Solo quiero que me den de baja. NADA MAS.

Crónica de una aberrante atención

Todo se inició con un deseo de pasar un Plan Empresa, de 6 números, a tener de aquí en más solo 3.

Fui hasta el local de calle España e Italia donde de entrada me frenó un joven ubicado tras un atril, junto a dos promotoras que sacaban fotos a los clientes (o potenciales…).

Allí, dicha persona me indicó que esa operación debía realizarla EXCLUSIVAMENTE en los boxes telefónicos del local.

Renegando, cumplí con su derivación y estuve exactamente 40 minutos en el local soportando que me pasen de representante en representante, que me informen que había problemas de sistema y cuando una charla perfilaba al fin anhelado, se cortaba y así era un sucesivo martirio de escuchar a chicas que evidentemente tienen un verso preparado y del cual no pueden salir.

Corté y me fui muy ofuscado… CALIENTE. Era el 22 de diciembre.

Opté porque pasen las fiestas y aceptar lo de pagar la última factura, previo aviso antes del 7 de enero para que se me cambie el Plan.

Hoy, lunes 4 de enero, mi hija llamó en reiteradas ocasiones y le ocurrió lo mismo hasta que una señorita pidió hablar conmigo. Le expliqué que estaba trabajando, que AUTORIZO A MI HIJA A REALIZAR CUALQUIER TRAMITACION; me pidió todos los datos posibles, acepté para culminar con tanto castigo y me terminó diciendo que me quede en línea para reconfirmar toda esa información.

Estuve 12 minutos esperando hasta que me cortaron. Ya estaba al límite de la BRONCA y exploté.

Le pedí a mi esposa e hijas que desde sus teléfonos correspondientes al Plan llamen para dar de baja el servicio.

Recibieron ciento diez mil cuatrocientos setenta y siete millones de propuestas, pero cuando se les decía que no queríamos más ser clientes de Telecom CORTABAN o apelaban al ya cotidiano “no hay sistema”.

Pedíamos por un Supervisor y CORTABAN.

O las más “dignas” requerían un teléfono alternativo para llamar más tarde desde la propia Compañía PERO NO NOS DABAN “por razones de sistema” el número de reclamo.

Marina Gentile, Lidia Gutiérrez, Carolina Corradi, Natalia Ruarte, Paola (no se el apellido), Verónica (tampoco pude precisar apellido), fueron algunas de las representantes con las que perdimos el tiempo.

Georgina Vittar y Mariana Oliva las que más predisposición evidenciaron, pero terminaron… CORTANDO!!!.

Por eso, queridos lectores amigos, Uds. me dirán “todas las empresas son lo mismo…”, pues, HAGAMOS ALGO!!!…

Si hace 200 años y pico echamos a los ingleses tirándoles aceite desde los techos, hoy podemos UNIRNOS para decirles a estas grandes corporaciones “¡¡¡SE TERMINO!!!”.

Yo solo quería un cambio de Plan. NO ME QUERIA BORRAR.

Solo buscaba bajar los gastos en tiempos difíciles. Y termino sintiéndome rehén de un sistema perverso.

Qué debo hacer???… Alquilar a un grupo de choque e ir a escracharlos???… Ir y romperles todo el local???…

No es mi estilo. Fervientemente, digo NO A LA VIOLENCIA.

Obviamente entonces, por éstas horas, cuando Ud. esté leyendo el artículo, estaré tristemente abocado a redactar con mis asesores una Carta Documento para requerir ya judicialmente la baja del servicio, reservando derechos y acciones legales pertinentes.

Espero contagiarlos. Algo debemos hacer.

Fortunas, millones, billones ganan y abusan de la paciencia de sus clientes.

Ha llegado el momento de parar con semejante atropello.

Soy conciente que cuando uno firma un contrato con éstas Compañías hay letras chicas que los benefician.

En éste caso, LO UNICO QUE DESEABA A PRIORI ERA UN CAMBIO DE PLAN Y NADA SE ME SOLUCIONO.

HOY QUIERO DEJAR DE SER CLIENTE DE PERSONAL Y LIBERARME DE TAN NEFASTA PRISION como en la cual me siento atrapado.

NADIE ATIENDE ESTA REQUISITORIA. O mejor dicho… te atienden y TE CORTAN!!!…

Mi disgusto no tiene nada que ver con lo contractual. Tiene que ver con la ATENCION y por qué no, hasta con lo moral y las buenas costumbres.

He perdido tiempo, se me ha subido la presión, me he tensionado, me he angustiado, el DAÑO crece a medida que pasan los llamados y aumenta la falta de respeto con un comportamiento execrable de sus representantes.

Si quieren batalla en los estrados judiciales, la tendrán.

Me hartaron. Me cansaron.

No hay derecho de tratar así a un cliente o a alguien que por distintas coyunturas quiere dejar de serlo.

No me queda más remedio que ir hasta las últimas consecuencias y apelar a los Tribunales. ¿Me siguen?…