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Sebastián Svetliza con laboratorio a full

La intimidad psíquica del técnico de Sebastián Svetliza juega una pulseada entre su habitual serenidad y sobriedad para tratar el tema más complicado que se origine, con la ansiedad propia de tener que adoptar decisiones sobre la marcha ante coyunturas que revisten no dramatismo pero sí urgentes resoluciones.

Son días especiales por el Centro Juventud. Las lesiones y desgaste de la pretemporada y Copa Argentina causaron revuelo en la estructura interna del primer equipo profesional de la entidad, y su entrenador ha tenido que hacer malabares, contando con la anuencia de la dirigencia para realizar diversos ajustes.

Por eso, apeló a relevar a Curtis Marshall primero (x Carlos Dixon), a Aaron Williams después (x Lashaun Malloy), a conseguir la llegada temporaria de Leandro Masieri en lugar del lesionado “Mono” Fioretti y posteriormente sumar a Pablo Jaworski para reforzar la base sufriendo Junior Cequeira una serie de molestias físicas que lo marginaron ya de varios juegos.

No es sencillo estar en la piel y cabeza del head coach con tantas variables. Son responsabilidades grandes que se anexan a la planificación de entrenamientos y disputa de partidos.

Por eso es que ahora apunta con mucho cuidado. Las definiciones que arriesgue pueden influir aún más en los pilares que él mismo cimentó para ésta temporada.

Sabe que Zilli no estará por casi dos meses y la pregunta inevitable es: “¿qué puedo conseguir por ese período a un costo no exorbitante?”…

Reconoce que a Dixon, más allá de su positivo cierre ante Universo, aún le falta para ser el mismo de Quilmes y si bien lo apoya a muerte, espera que logre salir airoso de ésta nueva apuesta (como tantas que ganó…).

Piensa en cuánto más tendrá sin cancha el “Mono” Fioretti, importantísimo en la primera parte del año, y lo bueno que le ha empezado a demostrar Leandro Masieri ofensivamente hablando.

Espera que Cequeira se ponga a tono ya al 100 % para quitarle tanta presión a un “Rama” Iglesias que viene en franco progreso y tuvo una 1ª fase de la Sudamericana excelente.

Y estudia además, los movimientos de Malloy que ante la baja de Zilli pasa a ser de un “sustituto confiable” a representar la necesidad de ocuparlo con una función más influyente.

No es joda estar en ese lugar. Es hasta inevitable empezar a especular con enroques, y la pregunta ¿dos o tres extranjeros? es la que más martilla en la cabeza del DT.

Son muchos y sucesivos los golpes. Lo bueno es la espalda ancha que tiene en cuanto a su situación ante la dirigencia. Los directivos quieren lo mejor para Sionista, y sin aceptar delirios, van a otorgar lo mejor dentro de números coherentes. Ese es el elemento a favor del DT, pero la zozobra, la inquietud está…

Felizmente, atraviesa por otro lado la bonanza de haber ganado impecablemente el grupo “1” del certamen surcontinental y eso ayuda a la motivación propia como la de los directivos que plasmaron una organización fuera de serie.

Aparte, el repunte en las cotizaciones de jugadores como Daniel Hure, Patricio Rodríguez, Ramiro Iglesias o hasta el mismo Juan Bergel se erige en buenas nuevas para lo que resta de la temporada. Posibilita aumentar el grado de ilusión, de expectativa a lo que se suma la actitud y/o conducta colectiva evidenciada, más aún ante la adversidad como fue el perder a una pieza clave como Ale Zilli, y de la forma en que se lo resignó.

Sionista le hace pito catalán a la mala onda. Y mucho que ver tiene la seguridad, la convicción, de su técnico, con quien podemos disentir, discrepar, pero a la hora de los bifes nos lleva ganados varios desafíos en lo inherente a apreciación de cada parte. Ojalá, obviamente, que nos siga ganando para bien de Sionista, para bien del básquet de Paraná.