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Robo a la APB: albricias… citan a testigo

Bueno, bueno… Luego de una semana en la que hemos sido depositarios solo de versiones inacabables, de rumores inconsistentes y de críticas sin piedad contra la dirigencia de la APB, como de no hallar el eco esperado en Tribunales a nuestra inquietud de solo pretender obtener información fidedigna, nos acaba de llegar una información con algo de sustento. El Juzgado de Instrucción N° 1 citaría para el 22 a las 09.00 horas, a un testigo para que brinde declaración testimonial en torno al robo a la Asociación Paranaense de Basquetbol.

 

A fines de marzo, una noticia sacudió el ambiente basquetbolístico de Paraná. La APB sufrió el robo de 120 mil pesos (o más…). Conocida la infausta información y habiéndose cumplimentado los procedimientos de rigor, recién hoy surge la confirmación: la causa está caratulada “Carlos Federico Bader, Su denuncia…”.

 

En el marco de la misma, se citaría para el jueves 22 a las 09.00 horas en calidad de TESTIGO a Daniel Jorge Sánchez, empleado de la APB y reconocido periodista local, productor y director del programa especializado Basquetmanía, que se emite por Canal Once, y agente de la Municipalidad de Paraná con funciones en la Secretaría de Turismo.

 

Como todos los que estamos empapados de las novedades del baloncesto capitalino, Daniel cumple tareas con relación de dependencia en la APB desde hace varios años, junto a Gustavo Godina, quien también integra el staff de entrenadores del Club Atlético Olimpia.

 

Si bien no logramos cosechar oficialización desde el Juzgado pese a nuestras varias requisitorias telefónicas, fuentes tribunalicias confiables nos permitieron obtener la especie.

 

Raro, extraño, es que desde la APB se haya contratado los servicios de un prestigioso buffet de abogados, encabezado por el Dr. Guillermo Vartorelli, y la causa tenga dicha carátula. ¿No debería ser la APB a través de su presidente la que denunció?

 

Pero amén de ello, ¿qué denunció Bader? ¿El robo a la APB? ¿O inculpó directamente a alguien?

 

Nada de ello supimos pues, hasta el viernes pasado comunicarnos con el Juzgado fue infecundo salvo una charla inicial, muy amable por cierto, con el Dr. Ruhl una vez que se supo que la coyuntura había pasado a su ámbito.

 

Más allá de nuestros desvelos, desde Tribunales y esferas policiales solo fuimos receptores de trascendidos y uno de ellos nos inquietó teniendo en cuenta los tiempos transitados tras saberse del hacerse público el ilícito. Palabras más, palabras menos…, se nos indicó “los plazos no cierran… ya debería haberse oficializado algo. No te olvides que hubo allanamiento de un domicilio, que se requisaron elementos técnicos como teléfono celular y computadora”.

 

Con casi tres décadas ejerciendo la profesión de periodista, sabemos que cuando un particular o institución radica una denuncia policial o si la policía actúa “de Oficio” -esto significa que toma conocimiento de un hecho delictivo-, el Oficial de Policía de la Comisaria de la Jurisdicción inicia actuaciones para la investigación del caso.

 

Se debe constituir en el lugar de los hechos y hacer croquis y acta de inspección judicial a su vez si constata que es necesaria la presencia de personal técnico que colabore en la indagación y/o averiguación, llama al personal específico como puede ser Criminalística.

 

En el caso de un robo, se procede a realizar las fotografías del lugar del hecho, de los daños y elementos que sirven para la investigación y/o proceden a levantar indicios como pueden ser huellas, dactilares, huellas de pie calzado, manchas de sangre si hubiese, etc.

 

Con posterioridad, el Oficial que instruye la causa le pide colaboración a Investigaciones porque la Comisaria por ahí no tiene tiempo de investigar y los mismos en algunas ocasiones van al lugar del hecho, recaban datos hacen búsquedas o pesquisas determinadas, y muchas veces otorgan datos a Criminalística para comparar las huellas levantadas con personas identificadas por la Policía.

 

El Oficial pide a Criminalística mediante una nota que le envíen las fotografías y las pericias de rastros y las agrega a las actuaciones que envía al Juzgado de Instrucción en Turno, desde donde se resuelve sobre lo que se ha investigado hasta esa instancia, desde donde pueden pedir nuevas pruebas, periciales, testimoniales etc, como hasta renovar proceso de investigación.

 

A su vez se pueden aportar elementos que ayuden a la investigación como testimonios o datos donde pueden estar las cosas robadas para allanar y recuperarlas.

 

Salvo casos muy intrincados y de graves connotaciones como por ejemplo asesinatos, una investigación no puede durar más de treinta días en una Comisaría. Así, es imposible imaginar que ya por estos días desde la Policía no se haya enviado nada al Juzgado.

 

Especialistas en estos casos admiten que puede dilatarse una pericia pero en situaciones muy especiales.

 

Conclusión

 

Por ende, se desprende que en el Juzgado hace varios días debería haberse recepcionado las actuaciones en mesa de entradas, pasando a un escribiente, y luego llegando al Juez y Secretario.

 

Hasta allí el proceder técnico habitual. ¿Qué pasó en éstas circunstancias? Aun no lo sabemos oficialmente. Sin embargo, uno tiene sus contactos y consigue de vez en cuando data fiable como la que estamos volcando hoy.

 

Sería bueno que, a partir de hoy, desde Tribunales se nos permita acceder a información verídica, fehaciente, palmaria, en pos de evitar trascendidos, o lisa y llanamente se nos provea de la data que recabamos sin dilaciones.

 

De hecho que,  por las connotaciones al cabo de hacerse público el cariz de los acontecimientos, asombra que la carátula tenga solo al secretario de la APB como denunciante y no se haya re-caratulado interviniendo directamente el presidente de la Asociación Paranaense de Basquetbol luego de sus amplios manifiestos, más aún, habiéndose contratado los servicios de tan acreditado abogado penalista y de expresarse desde sede asociativa que el objetivo es constituirse la APB como “querellante”.

 

Sin dudas que Daniel Sánchez posee certificada experiencia en el manejo administrativo de la APB, por ende, se desprende que el venidero 22 de mayo podrá colaborar activamente para tributar antecedentes los cuales ayuden a esclarecer una causa que de por sí ya tiene un dato indiscutible: la negligencia notoria de la dirigencia asociativa en dejar semejante suma de dinero, en una sede de por sí insegura por viejos antecedentes que afectaron al Complejo Escuela Hogar, en vez de depositarla convenientemente.

 

Todavía nos genera sensaciones contradictorias el saber que hubo un “allanamiento de un domicilio, que se requisaron elementos técnicos como teléfono celular y computadora” como se nos recordó desde el Palacio de Justicia y desde sectores policíacos… Se allanó un hogar, se secuestraron o retuvieron bienes personales para su análisis, o sea SE SOSPECHÓ DE ALGUIEN, pero NO HUBO IMPUTADO, y la denuncia fue plasmada por Carlos Federico Bader, secretario de Actas de la APB, el primero en llegar a la Asociación, el día en que se descubrió el ilícito perpetrado.

 

¿Será CLAVE como pensamos el testimonio de Daniel Sánchez? ¿Pasará la APB de denunciante a denunciada? ¿Se acentuarán nuevas investigaciones ya sobre dirigentes de la Asociación?  ¿Saldrá indemne el denunciado? ¿Y si de denunciado pasa a denunciante uno, y de denunciante a denunciado el otro? Probada su inocencia… ¿enjuiciará a la APB el denunciado y se acreditará el derecho a percibir una millonaria indemnización por el daño moral y profesional que pudo configurarse?

 

Mientras, el básquet de Paraná, la dirigencia de los clubes sigue muda, no sabe, no contesta… Impávida, impertérrita, imperturbable… ¿Resignada? ¿O habrá miedo? ¿Miedo a qué, o a quién??? ¿No es tiempo de salir a la palestra?