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Primer espumante con “aroma y sabor” a cannabis aprobado

Una tradicional champañera mendocina lanza el primer espumante vinculado a la cultura cannábica de toda Latinoamérica. Se trata de “Terpénica”, un vino burbujeante, de color verdoso, con un perfil aromático a la planta de marihuana, a base de terpenos naturales, sin componentes psicoactivos como el cannabidiol (CDB) y el tetrahidrocannabinol (THC), lo que permitió finalmente la autorización de los organismos nacionales competentes, por lo que estaría en el mercado en los próximos días, revelaron desde el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).

Así las cosas, los hacedores de esta bebida, Mariano Sisti y Florencia Burgoa, marido y mujer, celebran el nacimiento de su “hijo”, elaborado como “brut”, con perfiles aromáticos de seis variedades de cannabis distintos: tres Sativa y tres Índica. Las etiquetas son llamativas y elocuentes: llevan la hoja del cannabis y una copa. Ambos empresarios, son además creadores y dueños de la marca del polémico “Champannabis”, un espumante a base de marihuana, que está prohibido en el país, por lo que tuvieron que transitar momentos complicados al quedar envueltos en una denuncia por la comercialización ilegal de una imitación de ese producto en Uruguay.

Burgoa es la tercera generación de una familia vitivinícola, que, a partir de 1988, se dedicó exclusivamente a la elaboración de espumantes. Su padre es enólogo y su madre fue elegida reina Nacional de la Vendimia en 1962. La bodega, denominada Piedras 202, es una antigua casona de más de 100 años, ubicada en la calle Piedras, en el reconocido distrito Chacras de Coria, en Luján de Cuyo, a 30 kilómetros de la capital mendocina. En tanto, Sisti es un referente de la cultura cannábica en tierra cuyana y desde 2005 viene experimentando con los espumantes especiales.

Según los especialistas, los terpenos son compuestos orgánicos naturales, con aromas pronunciados, que se encuentran en diversas plantas, por lo que no son extractos ni sintéticos. Así, al analizar la inmensa gama de terpenos, se obtiene el perfil aromático buscado, a través de técnicas de laboratorio.

En este caso, la champañera importa el insumo a una empresa española que también elabora, por ejemplo, los compuestos para diversas industrias y productos, como en el caso de perfumes, helados y gomitas que se consumen diariamente. “Nuestros perfiles de terpenos de cannabis son complejos aromas (saborizantes), creados a partir de terpenos orgánicos de origen natural, que tienen un perfil aromático exacto al de la extracción de terpenos de cannabis”, indica la compañía española en su página web.

Desde el INV dieron su aval al producto, al ingresar en la categoría de ”espumoso compuesto”, el cual debe contener, al menos, 86% de espumante, y el resto, agregados permitidos, dejando en claro que no incumple las normativas sanitarias y alimentarias argentinas. En este sentido, desde el organismo nacional pusieron en valor todo el proceso de la champañera con su espumoso y cómo se fueron aprobando las distintas etapas en los diferentes estamentos oficiales, principalmente la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), el Instituto Nacional de Alimentos (Inal) y el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (Inpi), principalmente por el logo y la marca. Por eso, luego se avanzó en el INV, ya que se adecua a lo establecido por la Ley General de Vinos 14878, en cuanto a “velar por la genuinidad y aptitud para consumo”.

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