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Plebiscito por una nueva Constitución: Chile define su destino institucional

En el hito más trascendente del proceso transformador que se inició con el estallido social de 2019, Chile definirá este domingo su destino institucional en un histórico plebiscito que determinará si el país ratifica o rechaza una nueva Constitución para reemplazar a la vigente, aprobada durante la dictadura de Augusto Pinochet, y que pondrá a prueba al gobierno del presidente Gabriel Boric.

Con un padrón electoral de más de 15 ,1 millones de personas, se espera una participación récord durante una jornada que se iniciará a las 8 (hora local) y que cerca de las 19 tendrá las primeras luces sobre la marcha de los resultados.

“Estamos ad portas de un momento muy histórico para el país, donde los chilenos y chilenas sean por primera vez los que decidan democráticamente respecto del contenido y forma de una nueva Constitución. Es un hecho que sin lugar a dudas, pase lo que pase el domingo, va a trascender”, dijo en la antesala Boric.

La propuesta de 178 páginas, 388 artículos, 11 capítulos y 56 disposiciones transitorias monopolizó la discusión en el país por su contenido. Así como se pretende declarar a Chile como “un Estado Social y Democrático de Derecho”, también se eliminan algunos mecanismos que potenciaron el cariz neoliberal de una economía que creció con fuerza en la región, pero que lo hizo de manera desigual.

La nueva Ley Fundamental que se vota hoy fue redactada durante un año por una Convención Constitucional –de composición mayoritariamente de izquierda y paritaria entre hombres y mujeres–, y encontró cierta resistencia en los chilenos con varios puntos polémicos, a pesar de la promesa de ampliar los derechos sociales de los ciudadanos.

Esta disposición se ha visto reflejada en los últimos sondeos. Muy lejos del 80% que consiguió la aprobación de la Carta Magna en el plebiscito de octubre de 2020, actualmente el “rechazo” asoma con una leve ventaja y ha obligado al gobierno de Boric a rearticular su posición.

De hecho, y en caso de que la propuesta sea desestimada, el jefe de Estado ya advirtió que se pondrá en marcha un nuevo proceso constitucional. En contraste y, si triunfara el “apruebo”, ya se anunciaron reformas para moderar la Carta Magna que se establezca.

“La posición de Boric se hace cargo de que, en este momento, ninguna de las dos opciones del plebiscito se puede entender como la final. Solo un 10% de los chilenos quiere aprobar sin reformar y solo un 15% rechazar para mantener la actual”, analizó Mario Herrera, director de la escuela de Ciencia Política y Administración Pública de la Universidad de Talca.

“El problema para Boric vendrá en el futuro si gana el ‘rechazo’. Tendrá que impulsar una nueva reforma a la constitución vigente con un congreso en contra y con el ánimo de ciertos sectores para hacer reformas, más que un nuevo texto constituyente”, añadió el académico.

Para Juan Pablo Araya, analista político y profesor de la Universidad Estatal de O’Higgins (UOH), la instancia electoral asoma como decisiva para el gobierno. “Se juega en el plebiscito gran parte de sus estos cuatro años de mandato”, postuló.

“El triunfo del ‘rechazo’ modificaría todos los planes y la implementación de su programa de gobierno, que considera profundas reformas sociales, se pondría cuesta arriba, por lo que debería establecer obligatoriamente alianzas con grupos más moderados”, manifestó Araya.

En contraste, varios analistas chilenos coinciden en que Boric podría capitalizar una parte del triunfo por su despliegue comunicacional y territorial, aunque afirman que el mandatario amarró tempranamente el resultado de la suerte del Plebiscito y se vinculó a un triunfo del “apruebo”. Otra dificultad con la que deberá lidiar en el nuevo contexto es la creciente inflación y la inseguridad que se copó la agenda de la sociedad chilena.

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