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Platense ganó por 2-1 y demostró que tenía más sed de gloria que Independiente

En el fútbol, perdonar suele tener un precio muy alto. Independiente puede dar cuenta de ello: tuvo mayor posesión de la pelota y generó situaciones claras de gol ante Platense, pero le faltó capacidad de resolución y debido a eso, sufrió una dura derrota ante los 45.000 hinchas que colmaron el estadio. El Calamar, en cambio, aprovechó cada oportunidad que se le presentó y se llevó el premio mayor.

En el arranque del primer tiempo, ambos equipos salieron a calibrarse. Platense fue más directo y profundo cuando tuvo la pelota. El gol de Nicolás Castro fue la consecuencia de una gran jugada de elaboración colectiva. Una vez en ventaja, el Calamar se replegó e Independiente, que achicó líneas hacia adelante y fue más agresivo a la hora de presionar, tomó el control del juego.

El Rojo tuvo un 67% de posesión en la primera etapa, pero le costó resolver. Un buen cabezazo de Matías Giménez y un tiro libre de Cazares que se estrelló en el palo fueron las ocasiones de mayor peligro del conjunto local. La claridad de Kevin López para distribuir y el tándem que conformaron por izquierda Rodrigo Márquez y Ayrton Costa fueron lo mejor del equipo de Avellaneda, que llegó pero igual le faltó más peso en el área.

En el complemento, Leandro Stillitano dispuso el ingreso de Nicolás Vallejo por Agustín Mulet para tener aún más presencia en posiciones ofensivas y aportarle más amplitud al ataque. La jugada estratégica trajo aparejado un riesgo, ya que López quedó sin auxilio en la tarea de contener. Y el Calamar, que esperó agazapado, aprovechó esos espacios para sellar el segundo. El impacto del golpe no alteró el plan de Independiente, que ocupó todo el ancho del campo y fue muy paciente en el toque y la circulación para tratar de fabricar el espacio.

El Rojo apostó a erosionar a la defensa del rival mediante un lento pero persistente proceso de demolición que apuntó a tratar de forzar el error. La perseverancia tuvo premio: llegó al descuento luego de un penal Juan Pablo Pignani a Matías Giménez que luego ejecutó y capitalizó Martín Cauteruccio.

Después del descuento de los de Avelllaneda, Platense sólo se dedicó a resistir los embates de un Independiente que insistió en construir con pelota al piso, buscando crear sociedades mediante el toque corto y sin saltear líneas. El Rojo tuvo el mismo déficit que mostró durante la pretemporada y le faltó concretar. Hasta el momento convirtió dos veces en la Liga: venció a Talleres con un gol en contra de Ángelo Martino y el grito ante Platense fue de penal.

La idea de Stillitano se vio reflejada en la cancha, pero la falta de eficacia condenó a Independiente a sufrir una derrota. La influencia de los técnicos se termina cuando un equipo llega hasta el área contraria. Ahí, los que deben resolver son los jugadores. El Rojo hizo toodo bien hasta los metros finales y, a diferencia de un Platense contundente, falló en la zona neurálgica en la que se resuelven los partidos. El precio fue una caída de la que deberá levantarse rápido.

Video: ESPN

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