Patronato es del Nacional B!!!

Con goles del concordiense Diego Jara (a los 29 del primer tiempo y 32 del segundo), el Patronato venció a Santamarina por 2 a 0 y logró en el estadio “Presbítero Bartolomé Grella” el ansiado ascenso a la segunda categoría del fútbol profesional argentino. Más de 20.000 personas festejaron ruidosamente este logro histórico.

En el arranque el “Rojinegro” fue como una tromba al arco de Bertoya y a los 6´ casi consigue inaugurar el scorer a través de Mariano Echagüe que probó desde 30 metros y el “1” sacó al corner.

Patronato fue quien controló la tenencia de la redonda pero no pudo consumar ese dominio de modo contundente pues le faltó la dosis indispensable de claridad en cuanto a pasarse la pelota sin abusar del pelotazo o sin requerir de manera insoslayable que Jara las pelee sin un interlocutor válido para no desgastarse en constantes piques, desbordes y otras yerbas sin buen final.

Pisando la media hora, específicamente a los 28’40” fue Jara justamente el que llevó serenidad marcando un golazo. Claro que hubo un cómplice y ese fue Lucas Márquez quien proyectándose por el andarivel izquierdo mandó un centro a las espaldas de Atiel Barth que capitalizó Jara peinando el balón con una maestría inigualable ante un Bertoya, quien creemos no esperaba esa definición y se vio incomodado como gran parte de la primera etapa cada vez que las pelotas cruzadas -tras desbordes o córners- llegaban por lo alto.

El destacado cuidapalos llegó a tocar el balón con la punta de sus guantes, sin embargo el esférico golpeó en el horizontal y se metió en la valla tandilense. 1 a 0.

En el momento menos esperado, la “Joya” le dio a Patronato la ocasión de remarcar la hegemonía pues Santamarina pasaba a depender de meter dos goles más para ir a los penales siquiera.

Patronato se agrandó y fue por más. Los dirigidos por Luis Murúa se quedaron con uno menos al ser expulsado increíblemente Diego Barrios Suárez por un codazo sobre la humanidad de Graciani.

Posteriormente, Beratz sacó la pelota al córner cuando Leclercq iba a fusilar a Bertoya casi sobre el vértice del área chica.

Sucesivamente lo tuvo Néstor Espínola pero tapó Bertoya y el rebote que le quedó a Diego Leclercq también fue

parado por el uno.

Enseguida, Ferrero recuperó un balón y asistió a Jara que de zurda a punto estuvo de aumentar pero nuevamente se lució el cuidapalos.

Ya en la clausura de la etapa, Espínola pudo aumentar pero su remate dio del otro lado de la red. Y pegadito a ello, otra vez Batata Leclercq no supo concretar.

Se iba el primer tiempo con una exígua diferencia a favor del anfitrión. El “Rojinegro” ganaba con justicia ante un Santamarina que jamás le halló la vuelta al partido, que sucumbió fácil ante el majestuoso despliegue de su adversario y que nunca pudo manejar la pelota mediante el talento de sus hombres.

El “Santo” defendió notablemente pero no en su área sino que en mitad de cancha comenzó la tarea desgastante de anticipar, de atacar defendiendo, de doblar y hasta triplicar a los creativos de Murúa en la zona de creación e impedir que los delanteros gocen de espacios en el área anfitriona.

Para eso hubo tareas fantásticas de Ferrero-Echagüe-Urresti en el mediocampo, y una solidez majestuosa de Andrade y Soto en la zaga.

Pero así como se plasmaron de modo excelente los deberes de quite, faltó la pausa, o la virtud técnica en cuanto a no depender tanto del pelotazo. Y ese fue el único pecado de los paranaenses: no tener un poco más la pelota, no procurar jugar con el hombre de más, cuidando el traslado de la misma para lograr así más volumen futbolístico.

Consideramos que en éste rubro Patronato adoleció de un líder que proponga otra variable contra la constante de meter pelotazos para que Jara o Leclercq se desgasten chocando contra los defensores visitantes.

El segundo tiempo

Tras un primer cuarto de hora con dos avances de neto peligro para la valla tandilense y la entrada de Cuesta por Krüger decidida por Murúa, la expulsión de Darío González conspiró de manera definitiva contra Santamarina que con media hora aún por jugar afrontaba la utopía de revertir tan adversa tendencia solo con 9 hombres, varios de ellos con evidentes signos de cansancio.

Desde allí, por diez minutos, el trámite ingresó en una meseta, intrascendente, impreciso, trabado, sin luces.

A los 24’30” Montero cometió el único error: Leclercq fue tocado dentro del área por Dragojevich. Penalazo y medio. Sin embargo no lo vio así el juez tucumano pero sin embargo no le puso la doble amarilla al delantero del CAP por una presunta simulación. Contradicción pura.

A partir de esa jugada fueron exactamente cuatro maniobras clarísimas, harto elocuentes de peligro ante la valla visitante, erigiéndose Bertoya en una muralla que ante cualquier tiro rasante lo hizo lucir frente a ataques consumados por Leclercq (x2), y Jara (también x 2).

Ya era paliza. Santamarina estaba partido al medio y sin reacción. Maduraba la segunda conquista. Y fue Jara, el que venía medio pachorriento  y tiraba gestos de cansancio, recuperó una pelota pocos metros después del círculo central, desbordó a sus rivales y ante la salida de Bertoya lo ejecutó con disparo abajo. 2 a 0 que implicaba boleto asegurado.

Es que en 13 minutos Santamarina debía anotar -con 9 hombres-  tres goles para ir a penales!!!. Utópico.

Restando 11 fue Bértoli quien tuvo por segunda vez en el cotejo una intervención magistral, sacando al córner un bombazo de Emmanuel Giménez.

Finalmente, en el minuto 35, combinación Urresti-Díaz, la “Pulga” devuelve al “8” y éste le pega como venía saliendo la pelota lamiendo el horizontal. Fue la última acción de mayor relevancia.

Los 10 finales estuvieron de más. Hacía rato que el propio Santamarina había cerrado el telón pensando en la CAI y los hombres que no tendrá como en el insoportable cansancio que arrastrarán.

Patronato?… Fiesta pura un tanto opacada por los muchachitos de siempre que quieren su trofeo, desnudaron a los hombres de Fuentes y no permitieron que haya una vuelta olímpica limpia. Una pena porque el operativo comandado por el propio Comisario Mayor Jorge Lazzari, en compañía de los Comisarios Miguel Albornoz, Víctor Pruzzo y Eduardo Sellmann, y subcomisario Diego Bonilla había sido impecable.

La única mancha para la gestión policial en una noche donde no hubo que lamentar otras situaciones reñidas con las normas.

Luego del festejo sobre el campo, hubo una breve estancia en el vestuario donde esperaba al plantel y cuerpo técnico el gobernador Sergio Urribarri, y posteriormente la partida en un micro de San José descapotado, encabezando una caravana que tuvo por epicentro la Plaza de Mayo, frente a la Catedral, y tras la multitudinaria demostración de satisfacción por el Ascenso cristalizado, jugadores, dirigentes y cuerpo técnico (menos Diego Jara y Marcelo Fuentes) comieron pizzas y brindaron hasta las 2,45 de la madrugada en Live Rock Bar. AMPLIAREMOS.-

Fotos:  Manuela Calderón Bourband y Matías Calderón Bourband.-