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París cubierto de basura por las huelgas contra la reforma previsional de Macron

La batalla contra la reforma de las jubilaciones en Francia sigue al rojo vivo, con múltiples marchas y huelgas en las calles de Paris, mientras el destino político del gobierno enfrenta dos mociones de censura. En un intento por forzar el regreso de la calma, la policía francesa prohibió este sábado las concentraciones en las cercanías de la plaza de la Concordia, situada frente al Parlamento, luego que las últimas dos noches se produjeran en la zona graves incidentes.

“Debido a los graves riesgos de alteración del orden y de la seguridad pública (…) quedan prohibidas todas las concentraciones en la vía pública en la plaza de la Concordia y sus alrededores, así como en la zona de los Campos Elíseos”, dijo la policía en un comunicado citado por la agencia AFP. “Las personas que intenten reunirse allí serán desalojadas sistemáticamente por la policía y podrán ser multadas”, se añadió.

Con la circunvalación de París cortada durante horas, los liceos bloqueados, unas 15 mil toneladas de basura acumuladas por toda la capital o la invasión de vías férreas en Burdeos (suroeste) y Tolón (sureste), la furia de los franceses se ha ido expresando de diferentes maneras.

Philippe Melaine, un profesor de un liceo de Rennes (oeste) donde más de 2.000 personas se manifestaron el viernes, declaró a la agencia AFP: “Sentimos este anuncio [del gobierno] como un insulto. Hace semanas que no nos escuchan. Esto generó mucha ira”.

El conflicto inicio debido a que el presidente Emmanuel Macron decidió adoptar su reforma, sin someterla al voto de los diputados, al temer una derrota en el Parlamento, en virtud de un mecanismo legal: el controvertido artículo 49.3 de la Constitución.

Su objetivo es subir la edad jubilatoria de 62 a 64 años para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42 como ahora) para cobrar una pensión completa. Según los sondeos, dos de cada tres franceses se oponen a esa medida.

Para impedirlo, la oposición presentó dos mociones de censura: una del grupo independiente LIOT y otra de la ultraderecha. Si al menos una se aprueba, algo que no será tarea sencilla, caerían el gobierno de la primera ministra Élisabeth Borne y la reforma.

París está agobiada por las protestas contra la reforma previsional de Macron, y las huelgas han inundado las calles de basuras.

Para los especialistas, el uso del artículo 49.3 supuso un “fracaso” y simboliza la “debilidad” de Macron, que se juega con esta reforma su capacidad de actuar durante su segundo mandato.

El artículo, que no se usaba desde 1958, permite adoptar una ley sin el voto del Parlamento cuando el gobierno carece de la mayoría necesaria.

“El presidente podría salvar los muebles anunciando que la ley será derogada tras esta adopción antidemocrática. Pero no es propio de él escuchar a los franceses”, escribieron en la editorial del diario de izquierda Libération.

Por el momento, la decisión impulsó una contestación en las calles, que había perdido fuerza en los últimos días tras vivirse el 7 de marzo la mayor protesta contra una reforma social en tres décadas con entre 1,28 y 3,5 millones de manifestantes, a llamado de los sindicatos.

Pero estos últimos tienen “miedo” de que el movimiento social los supere y se radicalice, dijo a la AFP el presidente de la CFTC, Cyril Chabnier, quien recordó que ya advirtieron al gobierno que, si no escuchaba y usaba el 49.3, habría “riesgos de una explosión social”.

 

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