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Paraná violenta: a veces, son necesarios los decretos…

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Anoche subimos consideraciones acerca del acuciante pedido de Justicia, de Paz Social, de actuación policial-judicial con celeridad ante los ilícitos y esencialmente de prevención ante la escalada de delitos, sobre todo en cuanto al crecimiento inquietante del índice de criminalidad en los episodios que se han perpetrado. Se registraron cientos de visitas entre las 22 y la madrugada y llovieron los mensajes privados. En la mayoría, paradójicamente, se pide que el gobernador -ante la inacción de legisladores y ediles- apele a decretos para garantizar el accionar más riguroso de las fuerzas policiales.

 

¿Es bueno o saludable gobernar a través de decretos? La respuesta COHERENTE es NO. Pero es indiscutible que con la Constitución que tenemos y con las libertades que tienen nuestros legisladores y ediles para NO TRABAJAR APROPIADAMENTE y hacer la plancha meses y meses, no puede rebatirse, se erige en necesidad impostergable e indelegable el apelar a preceptos u ordenanzas que resguarden las garantías de los habitantes de este bendito suelo.

 

Si bien cuesta cada vez más entre nuestros lectores hallar opinión o consideraciones congruentes sin ocultar nombre y apellido, fueron decenas las expresiones relativas a la Columna Editorial http://cuestionentrerriana.com.ar/inseguridad-en-parana-una-sociedad-cada-vez-mas-fragmentada/ que subiésemos a nuestro Diario Digital cerca de las 22 de este lunes.

 

De modo casi unánime, el clamor fue actuación directa del mandatario entrerriano ante la abulia, el desinterés de senadores, diputados, concejales, en lo referente a gestar proyectos de leyes que atiendan a un tema neurálgico como la Seguridad, el Orden y de modo fundamental, la PREVENCIÓN DEL DELITO.

 

Al unísono, por aclamación, se piden más controles férreos, se reclama reglamentación de normas que confluyan en aumentar la Paz Social, y que prime la Armonía por sobre un clima de hostilidad, de angustia, de zozobra cada vez más acentuadas.

 

Imposible hablar de “sensación”. Guste o no en esferas políticas lo que desgranamos del sentir público es que crece de modo desmesurado el pánico y ya la desconfianza imperante da atisbos de un incipiente estado de paranoia, de psicosis colectiva y no por alucinaciones o confusiones sino por hechos incontrastables, innegables más allá que se propenda a OCULTAR lo palmario.

 

Seguir desde el Estado apelando al “sentimiento”, negando la realidad es MUY PELIGROSO. Basta solo con ser COHERENTES y analizar la cantidad de balaceras diarias, las personas que ingresan ya de modo permanente a la Guardia del Hospital San Martín o Centros de Salud con heridas de bala o arma blanca, o alcanza con leer en las Redes Sociales el aumento ya indisimulable de robos a lo ancho y a lo largo de la capital.

 

NO es un gesto INTELIGENTE AUTOENGAÑARSE o apelar a MINIMIZAR los hechos suscitados PROBADOS.

 

Se vienen las elecciones en corto tiempo y el electorado NO PERDONARÁ éste sentimiento de DESAMPARO.

 

Lo que ocurre en Paraná NO ES UNA SENSACIÓN. Sin embargo, en forma contradictoria, lo que SÍ SIENTEN los vecinos es un VACÍO DE LEY, una INDEFENSIÓN gradual, progresiva.

 

Es IMPERIOSO que desde el Gobierno, desde el Ejecutivo, surja un conjunto de normativas para que la Policía y la Justicia puedan adaptarse y actuar de modo consecuente en un mapa delictuoso que se expande por toda la capital, más allá de determinadas áreas circunscriptas.

 

Puntos esenciales a atacar

 

-Aumento arrollador de la población paranaense, con CLARÍSIMOS casos de DESCONTROLADA inmigración, no solo de ciudadanos argentinos sino PRINCIPALMENTE de extranjeros.

-Falta de control en Terminal y Camineras en cuanto a ingreso de personas, especialmente en lo que atañe al MERCADEO diverso entre Paraná y Santa Fe.

-Crecimiento irrefrenable de asentamientos ilegales a los cuales se hace cada vez más complicado INGRESAR por parte de las Fuerzas de Seguridad.

-Falta de control vehicular. No solo a motos, sino a todo móvil que se desplace con modalidades sospechosas o con signos que sus ocupantes puedan generar peligro por su comportamiento sobre el mismo.

-Falta de control de remiseras que actúan asombrosamente con zonas “liberadas” para traslado de delincuentes, reducidores o consumidores de drogas.

-Falta de control de peatones. Sobre todo en cuanto a indagación de antecedentes y/o documentación en regla y dónde se domicilian.

-Falta de más cámaras logísticamente instaladas y con funcionamiento PROBADO del 911.

-Falta de recorridas de patrulleros con un replanteo de cuadrículas y subcuadrículas.

-Falta de control de consumo inmoderado de bebidas alcohólicas en plena acera o sobre vehículos.

-Falta de control de Menores en la vía pública, respecto a actitudes, conductas o hasta horarios de desenvolvimiento (en los países desarrollados, los Menores de 16 años no pueden andar por la calle sin compañía de Mayores pasado un horario determinado que va entre las 22 y las 00 horas).

-Falta de control de presencia de Menores en boliches nocturnos.

-Falta de control de consumo de alcohol por parte de Menores.

-Falta de control de consumo de drogas por parte de Menores.

-Falta de control en cuanto al comercio (manteros, vendedores ambulantes, etc…).

-Falta de control en el dispendio irrestricto de bebidas alcohólicas en espectáculos públicos y/o en boliches.

-Falta de control apropiado en hospitales y dispensarios respecto al ingreso de malvivientes heridos como de REFORZAR el destacamiento de personal debidamente equipado y/o pertrechado en los mismos.

-Falta de Investigación y potencial PURGA interna de la Policía de Entre Ríos.

-Falta de Campañas de CONCIENTIZACIÓN sobre la trascendencia que tiene el DENUNCIAR no solo hechos sino actuar en el caso de SOSPECHAS.

 

Alcohol y drogas SIEMPRE HUBO…

 

El consumo de alcohol y estupefacientes NO ES DE HOY. Es de hace décadas y no solo perjudica a los paranaenses sino que es un fenómeno GLOBAL.

El mundo está cada vez más INSEGURO por dicho flagelo que desemboca en actividades criminales de todo tenor, salvo escasísimas excepciones de países pequeños donde prima el orden, las buenas costumbres pues se ha invertido apropiadamente en Educación, Salud y Seguridad.

 

Lo inquietante, lo que genera desasosiego, es la ESCALADA de episodios y que ya no solo GOLPEA CRIMINALMENTE en villas o asentamientos ilegales o barrios carenciados y/o marginales, sino que la CRUDA REALIDAD lastima, lacera, a cualquier paranaense de moral irreprochable, trabajador, honrado, que solo se ve expuesto a un accionar delictivo, intenta defenderse o recuperar lo que le fue despojado y es ultimado a sangre fría por malhechores dispuestos a TODO. Inescrupulosos, sanguinarios, bestiales.

 

Seamos FRANCOS, SINCEROS… Años atrás, cuando la violencia solo estallaba en los suburbios, el ciudadano alejado de toda actividad deshonesta consideraba que esa INSEGURIDAD se limitaba, se circunscribía a los arrabales, a fuera de la periferia del macrocentro.

Pero poco a poco, lentamente, Paraná se expandió y muchos profesionales, comerciantes, empresarios, decidieron adquirir terrenos o se sintieron atraídos por loteos fuera de los boulevares y a partir de allí el SENTIMIENTO se modificó.

 

Ya no solo el vecino del centro exigió sentirse AMPARADO… También esos que dejaron el área macro céntrica pasaron a REQUERIR PROTECCIÓN por los impuestos que pagan, pero a la vez, los amigos de lo ajeno, lindantes a las nuevas barriadas, hallaron al alcance propiedades y/o bienes fáciles de sustracción.

 

Ahí fue que la SENSACIÓN MUTÓ. Digamos que fue el primer SÍNTOMA que el mapa del delito comenzaba a transformarse mientras que la Policía NO HALLABA el “rejuvenecimiento” IDEAL para poder prevenir y combatir el delito.

 

Luego, se potenciaría el accionar criminal con el crecimiento a límites insospechados del consumo de drogas y alcohol, ya pasando a ser un DESCONTROL éste flagelo que décadas atrás se circunscribía a un sector CLARAMENTE LIMITADO, de sectores marginales visiblemente marcados, o hasta de la Alta Sociedad, pero -insistimos- todo se ceñía a pequeños grupos y éstos RESPETABAN CÓDIGOS.

 

Hoy, esa convivencia CAMBIÓ, por intereses espurios, por el seguir hábitos instalados, por problemáticas socioeconómicas y/o psicosociales, por una profundización de las marginaciones, por la paulatina desintegración de la Familia, principios y valores, etc, etc…

 

Hoy, duele y provoca terror ver a tantos niños y/o adolescentes ebrios, drogados, perdidos, aliados a Mayores que los prostituyen, los someten a todo tipo de manipulación. Y éstos serán los HOMBRES DEL MAÑANA. Este es el PORVENIR de la Argentina sobre el cual debemos actuar.

 

Por ello creemos que la EDUCACIÓN, la SALUD y la SEGURIDAD son puntos fundamentales a atacar por nuestros gobernantes. Si los legisladores, los ediles, NO VEN este dramático cuadro que sean las máximas autoridades las que actúen por Decretos junto a sus funcionarios subordinados  del Gabinete Ejecutivo.

 

NUNCA ES TARDE. Solo hay que OCUPARSE de la cuestión. Y ojo… No obviamos u omitimos que profunda influencia quizás tenga en ésta circunstancia aciaga la connivencia de políticos, empresarios, y hasta policías en el seno del hampa.

Pero TENEMOS FE en que quienes aspiren a ser bendecidos por la CONFIANZA del Pueblo para las próximas elecciones, contagien sus sueños de conducir a la provincia y/o al país por una senda de prosperidad a los hoy angustiados vecinos a través de DECISIONES, DETERMINACIONES, MEDIDAS que impliquen una SÓLIDA INTERCESIÓN en medio de tan DELICADO CLIMA SOCIAL.

 

PREVENCIÓN es la palabra CLAVE. Manos a la obra entonces. Ya basta de RETÓRICA. HECHOS, no palabras.