Paraná Capital registró 76 contagios por Coronavirus en el último reporte epidemiológico
La curva de infecciones por Coronavirus no está “amesetada” y tampoco se reduce para otorgarnos la tranquilidad que hoy se trasunta al liberar en Paraná y localidades adyacentes más actividades recreativas-deportivas. El reporte epidemiológico refleja 76 últimos contagios, pero lo que no se sabe es cuántas muestras más hay por deducir en las últimas 72 hs.
Sin dudas que la Cartera Sanitaria ha tenido notables aciertos, mediante un trabajo articulado a destajo para fortalecer la estructura de salud entrerriana. Eso no tiene objeciones. Sin embargo, el DEBE sensible Oficial es la falta de una Comunicación formal detallada DIARIA, que ayude a COMPRENDER, a INTERPRETAR el riesgo que conlleva no respetar debidamente a una pandemia inédita y letal que ha provocado inconmensurables perjuicios a lo largo y ancho del mundo.
Mientras algunos intentan desprestigiar al Gobierno nacional, provincial y municipal, vinculando al Covid-19 con otras epidemias gravísimas como la Influenza, o procesos infecciosos como la neumonía y sus consecuencias, lo que se omite es que ambas enfermedades respiratorias ya tienen sus vacunas; mientras que, el Coronavirus ni siquiera tiene hoy el tratamiento EXACTO, PRECISO, y todo se limita al azar de diferente clase de procedimientos ligados íntimamente a la salud de quienes se contagian.
Por eso tanto insistimos en que es imprescindible tomar consciencia que si TODOS nos contagiamos, el sistema sanitario colapsa. Así de simple, de concluyente.
Por consiguiente, debemos cuidarnos, más allá de lo que decreta el Gobierno. El cuidado debe ser de uno propio y tener la empatía de ponerse en el lugar del otro; pero cada vez menos son RESPONSABLES y por eso se ve tanta gente en las calles, en el Parque Urquiza, en la Costanera, o en La Toma, con un descaro absoluto, no solo caminando (o “volviendo de un bar…”, “o saliendo del gimnasio…”) sino que salen en grupos con personal trainer a la cabeza.
O los grupos de adolescentes y/o jóvenes de camping en sectores parquizados, como caminando por la Peatonal sin barbijos.
Por eso, gusten o no estas líneas, con todo esto que describimos, más la reapertura del lunes, habrá que prepararse para un estallido de contagios.
Imposible subestimar las estadísticas de antes del Decreto de Bordet y el saldo tras los nuevos cierres de hoteles, bares, restó y gimnasios. Algo pasó. Y NADIE lo explica convenientemente.
Debemos estar listos para una crisis inexorable. Una pena, muy triste, muy alarmante para quienes nos hemos cuidado, para los que hemos obrado con consciencia y hasta hemos tenido la incertidumbre ante la irreversible necesidad de hisoparnos para prevenir y no lamentar después.
O peor… es muy duro para quiénes tenemos familiares -de riesgo- internados o amigos médicos, enfermeros, trabajadores de la Salud, inmersos en un ambiente de pleno stress, al borde de la extenuación.
No hay empatía mayoritaria. Ese símbolo social está reservado solo para quienes RESPETAMOS el Coronavirus. Los demás se dividen en incrédulos, descreídos o quienes utilizan el escepticismo para profundizar la grieta y hablar mal de nuestros gobernantes.
Así estamos… Angustia, no tiene fin.
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