Maran Suites & Towers

Para vos Gabriel…El día que Mariano Werner tocó el cielo con las manos

Una sensación única e irrepetible tal vez, más allá que el Súper TC2000 vuelva a copar el centro de Buenos Aires tal vez el año que viene. Fue la vivida por Mariano Werner cuando la cuadriculada bendijo a su rojo Toyota Corolla, convirtiéndolo en el primer ganador de una carrera, de un evento fierrero, que se recordará por mucho tiempo que como toda victoria, no así las derrotas es sabido, tuvo un padre llamado Pablo Peón, el gran mentor.

 

El de ayer se recordará como el día en que el Súper TC2000 se puso del lado de la gente que no es seguidora y aficionada, a la que tanto se pregona se apunta a conquistar. El gentío atrapado por el espectáculo vio autos corriendo nada menos que en avenidas de la capital argentina.

Y lo visto entre la 9 de Julio, Diagonal Norte y Av. de Mayo, fue atrayente con el sonido de los V8 de fondo y autos a 240 km/h y culminó con un final apretado. Por suerte, chapa abollada y fierros rotos escasos. Sólo alteró el panorama el piñón de Agustín Calamari en la que debió ser, exhibición del TC 2000. Su Megane destruido, el físico afortunadamente, a salvo.

 

Y si Werner aquilatará en la “retina de mis ojos” como dijo, tamaño triunfazo; para Facundo Ardusso deberá pasar bastante tiempo para cambiar el gusto amargo que le quedó en la boca. Estuvo muy cerca de conquistar una victoria inolvidable con el Peugeot 408 oficial, que finalmente disfrutó Werner. Una falla reiterada en varios autos, una manguera diminuta quemada por la alta temperatura, que trabaja con un compresor que acciona el sistema hidráulico de las levas que van atrás del volante (no se usan más las palancas de cambio), instrumentado este año, impidió que la caja del 408 continuara funcionando con normalidad.

 

De ahí a perder la punta lograda casi comenzada la carrera, cuando se vio lento al Chevrolet Cruze del pole Christian Ledesma (por el mismo problema, reiterado en los de Agustín Canapino y Pedrito Gentile), pasó poco. Al reiniciarse luego del 3° ingreso del auto de seguridad, no tuvo cómo defender la punta ante Werner.

 

La gloria empezó a cambiar de manos, Mariano encabezó la columna de autos vista desde tribunas, detrás de las vallas y desde la altura de los edificios. Aprovechó la oportunidad única para sellar una etapa de quejas por actitudes de rivales. Werner se repetirá, hizo historia; Cacá Bueno pudo interponerse en su camino pero tal vez, la última entrada del pace car le restó margen. Ver manejar al “Gordo” (así le dicen en el PSG16) también obligó al aplauso; 3° en el otro Focus Jorge Trebbiani, ambos reflejaron la estupenda actuación de los ahora Ford Focus privados, tanto que hasta les borraron el óvalo de las parrillas… Fue ayer entonces el día que con Werner y el resto, el Súper TC2000 clavó un mojón para el automovilismo autóctono.

 

Mi Buenos Aires corrido

A media mañana, el jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, habló de 500 mil personas. Después de que Mariano Werner se quedara con la primera victoria en el callejero de la ciudad, la cifra superó el millón. Difícilmente pueda saberse con certeza la cantidad de público que asistió, pero ayer hubo en las calles del centro porteño más hinchas que los que van a cualquier autódromo de la Argentina, más curiosos que los que vieron nunca automovilismo en el pasado reciente. Aunque no los hayan cuidado del todo, como correspondía, y quede la duda abierta sobre si volverán el año próximo.

 

Los VIP lo vieron con comodidad, pero la gente de a pie no se sintió tan a gusto, apretada contra las vallas. Más temprano, algunos audaces invadieron las tribunas que todavía estaban vacías, reservadas a los que habían recibido entradas (algunas de las cuales, incluso, se comercializaban por Internet hasta a 500 pesos), para ver algo mejor. Y entonces sí se llenaron las tribunas, algo que esperaban con ansias los funcionarios del GCBA.

 

A las 8.30, cualquier formación de la línea B del subte parecía sacada de un día de semana. A las 9 pedían por TV a la gente que no se acercara más al circuito porque ya no había lugar. Faltaron gradas para alojar a tanto público: con la entrada gratuita no basta. Hasta el propio Macri reconoció que la carrera precisa más inversión para el año próximo. El clima fabuloso que se vivió en la mañana en los accesos de la 9 de Julio, con las banderas de Ford y Chevrolet a 20 pesos, terminó desdibujado de alguna manera ante semejante descuido.

 

Recién hacia el mediodía se encendió la pantalla gigante sobre Carlos Pellegrini, a la altura del Obelisco, para que el público pudiera ver algo más que siluetas fugaces pasando a 200 km/h. Desde hacía rato que un cartel de tela, sostenido por alumnos de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático, pedía “Urgente! Necesitamos un edificio para estudiar”. Los trapitos, en cambio, pedían otra cosa: de 20 hasta 80 pesos, según la zona, para cuidar los autos. Y en la multitud, los pungas se hicieron su propia fiesta.

 

En los boxes, por el contrario, se mezclaban los VIP con los famosos de la TV y las personalidades. General Motors juntó a todos los campeones de Chevrolet con vida (Carlos Pairetti, Juan María Traverso, Emilio Satriano y los activos Christian Ledesma, Agustín Canapino, Matías Rossi y Guillermo Ortelli) para homenajearlos. “Estoy disfrutando esto como fanático del automovilismo –dice Traverso a Líbero–. Cuando tenemos circuitos que reúnen las condiciones de seguridad, estamos más tranquilos.” Hubo bendición eclesiásticas para el circuito y el coro se subió al podio para cantar el Himno, en uno de los momentos más emotivos de la jornada, con la gente coreando la introducción instrumental, con el “oooo” como en la cancha.

La carrera de SuperTC2000 fue el plato fuerte de la jornada, después de 20 minutos de la Fiat Línea Competizione y apenas dos vueltas del TC2000, suspendida con bandera roja a causa del accidente más fuerte de todo el fin de semana (ver aparte). A las 13.10, el penetrante ruido de los motores V8 sacudió el centro porteño. Los balcones y los techos hormigueaban de curiosos. Poco más de una hora más tarde, solo 15 de los 22 autos habían sobrevivido al esfuerzo. Hay contrato por cinco años para el callejero. Los pilotos quieren volver: “No hay lugar en el mundo en el que se comparta tanto la pasión por los autos de carrera como en la Argentina, eso es lo que me mueve a estar”, afirma el escolta de Werner, el brasileño Carlos Bueno.

 

Clasificación final

 

1 Mariano Werner Toyota Corolla 51m 40s 099/1000

2 Carlos Bueno Ford Focus a 571/1000

3 Jorge Trebbiani Ford Focus a 2s 348/1000

4 Néstor Girolami Peugeot 408 a 2s 650/1000

5 Mariano Altuna Renault Fluence a 4s 414/1000

6 Matías Muñoz Marchesi Peugeot 408 a 5s 752/1000

7 Daniel Belli Chevrolet Cruze a 7s 928/1000

8 Guillermo Ortelli Renault Fluence a 8s 360/1000

9 Ignacio Char Toyota Corolla a 14s 457/1000

10 Facundo Ardusso Peugeot 408 a 36s 096/1000

— Promedio del ganador: 128,760 km/h. –Récord de vuelta: Ardusso, en la cuarta, con 1m 12s 667/1000. –Campeonato: 1) C. Bueno, 52 puntos; 2) N. Girolami, 33; 3) M. Rossi y M. Werner, 32 y 5) M. Altuna, 28. — Próxima competencia: el 22 de abril, en Rosario.

Llamazares brilló en Fiat Línea

 

Hernán Llamazares entró en la historia por ser el primer ganador de una carrera tras la reedición de un circuito callejero en la Ciudad de Buenos Aires. El poleman del día de ayer ganó la final de la Fiat Línea Competizione de punta a punta y fue secundado por Federico Braga y Federico Depauli.

 

Aprovechando su posición de largada, el ganador dominó durante las primeras dos vueltas. Pero a partir del tercer giro, Llamazares tuvo que resistir en asedio de Braga, quién buscó por todos lados la punta de la carrera. Para pesar del “Flaco”, Fabricio Balogh se despisto en la entrada a Diagonal Norte y motivó la entrada del Auto de Seguridad. La neutralización eliminó la escasa ventaja que el líder pudo hacer en el inicio de la competencia.

 

El relanzamiento no mostró cambios en la vanguardia, pero en la orquilla de 9 de Julio Leandro Masia y Andrés Josephson se pegaron y provocaron un embotellamiento en el secto. El inconveniente no generó la entrada del vehículo oficial en primera instancia porque la gran parte de los involucrados salió rápidamente. Sin embargo, uno de los protagonistas no pudo reanudar la competencia por lo que hizo su entrada el vehículo oficial por espacio de dos giros.

 

La bandera verde reanudó las acciones y Llamazares continuó dominando, esta vez con un poco más holgado. En tanto, la lucha hasta la bandera a cuadros la libraron Braga y Depauli, quién ya había dado cuenta de Mariori. Ambos corredores dieron un gran espectáculo por la segunda ubicación.

 

La prueba finalizó por tiempo ya que antes del total de vueltas se cumplieron los 20 minutos estipulados por los Comisarios Deportivos. Por otra parte, el campeonato, con dos fechas disputadas, tiene como lideres a Llamazares y Braga con 36 puntos. El próximo escenario que visitará la monomarca será el circuito de Rosario, el 22 de abril.

 

Los tiempos

 

1 LLAMAZARES HERNAN 21;03,040

2 BRAGA FEDERICO 21;03,615

3 MARIONI BRUNO 21;04,511

4 BALLESTER HUGO 21;04,848

5 MELILLO PABLO 21;11,895

6 RATTAZI CRISTIANO 21;12,355

7 TRICARICHI ALFREDO 21;13,369

8 ROMERO CRISTIAN 21;43,776

9 PANAGOPULO MARISA 21;14,987

10 PEREYRA ALEJANDRO 21;17,557

 

Accidentada exhibición del TC2000

 

Tras una prolija carrera de la Fiat Linea Competizione, la exhibición del TC2000 no tuvo la misma suerte. La prueba de la telonera se dio por finalizada con bandera roja con sólo una vuelta, como consecuencia del fuerte accidente que sufrió el debutante Agustín Calamari (Escudería Río de La Plata) en la entrada de la curva de Diagonal Norte.

 

Ni bien se largó el competencia, Julia Ballario (HARG Pro Team) se paso de largo en la horquilla de 9 de Julio y se llevó con ella a Nicolás Traut (JM Motorsport). Tras el inconveniente, el pelotón continuó a fondo y en la siguiente variante se produjo el incidente que motivó la suspensión total.

Calamari estaba tercero, cuando recibió un roce por parte de Sebastián Pereyra (Pro Racing), que lo hizo pegar de manera lateral contra el muro de contención, que respondió de manera excelente, y rebotó hacia el centro de la cinta asfáltica. La buena fortuna lo acompañó al ex piloto de la Fórmula Renault porque no fue impactado por ninguno de los corredores. Además, el accidente no tuvo que lamentar consecuencias ya que el corredor bajó por sus propios medios.