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Padre Ignacio: “doy la paz y la tranquilidad de Dios a la gente”

Variadas, y conmovedoras historias se entremezclaron a lo largo y ancho de la Plaza Sáenz Peña como dentro de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús en una jornada gris y fría en lo climática, pero con un calor y color especial por la convocante presencia del Padre Ignacio. Él fue rotundo: “estoy aquí sintiéndome instrumento de Dios. Él es el que obra. Es un don, una gracia o como se quiera decir. Lo único que sé es que doy la paz y la tranquilidad de Dios a la gente”. Segunda galería de fotos exclusivas.

 

Heterogéneos testimonios de fe se escucharon en distintos sectores del templo como en un escenario natural colmado por una abigarrada multitud de fieles que asistieron movilizados por escuchar un mensaje cargado de esperanza e ilusionados con recibir la tan anhelada imposición de sus manos y esa bendición “sanadora” que tanto reconforta.

El Padre Ignacio, en distintos momentos de la celebración fue lapidario: “Dios tiene un gran amor para cada uno de nosotros. Con ese gran amor, abramos nuestros corazones y pidamos que nunca nos abandone, que ilumine en momentos difíciles esa luz que solo Dios puede dar para encontrar el camino de la paz interior”.

 

Luego fue revelador: “Yo no sano. Nadie tiene el poder de curar; quien lo tiene es el Señor. Solamente Dios me puede elegir, como a cualquier otro sacerdote o persona. A mí me dio la gracia de amar a los enfermos y estar con ellos. Esa es mi vocación”.

En ese sentido añadió: “Cada uno recibe una misión, pero todos somos instrumentos de Dios. La fe mueve montañas y recompensa de distintas formas. Mi misión es ayudar a encontrarla. En todo caso, en la fe puede nacer la sanación”

 

Una vez concluida la misa, el responsable de tanta devoción comenzó con las bendiciones, recibiendo, todos, la imposición de manos y los procedimientos que deberán hacer en sus casas. Oraciones y tratamientos con agua bendita logramos escuchar entre algunas recomendaciones de sus Servidores a quienes fueron ungidos concertando en diversos casos turnos para que el padre vea en forma personal a aquellos que tienen una enfermedad o coyuntura delicada.

Sus palabras traen alivio, sus manos sanan, su mirada carismática fortalece la fe, su magnetismo, sus cautivantes y convincentes gestos son tan grandes que el mero hecho de estar junto a él produce un éxtasis particular.

 

Los pro

 

Todos los puntos positivos de la visita del Padre Ignacio:

-la colaboración de Servidores del Colegio Hermanas Mercedarias, cordiales, respetuosos, siempre listos para auxiliar.

 

-el apoyo de otros Servidores de distintos movimientos religiosos que se dieron cita con el fin de dar una mano solidaria.

-La gestión logística de la Policía de Entre Ríos, Bomberos Voluntarios, y Dirección de Tránsito municipal.

 

-La tarea de los profesionales de la Salud que en ambulancias y móviles especialmente instalados sobre las esquinas de la Plaza Sáenz Peña atendieron a numerosos afectados por distintos cuadros.

-Las buenas intenciones de la mayoría de los Servidores rosarinos que acompañaron al Padre Ignacio.

 

-La excelente cobertura de Canal Once con transmisión integral del acontecimiento.

-El operativo dispuesto por Canal 9 con flashes permanentes durante toda la jornada desde la Plaza Sáenz Peña.

-La instalación de puestos de venta de tortas fritas.

 

Los contra

 

En tanto que éstos serían los puntos débiles de un acontecimiento que merecía otra planificación:

-Muy elocuente fue el ADVERSO saldo de cambiar Catedral por Sagrado Corazón. Se adujo que era para impedir caos vehicular, pero… ¿No era JUSTIFICABLE ello en comparación con NO ACTUAR CELOSAMENTE ante las distintas manifestaciones de empleados comunales que sembraron un desastre en el micro-centro Y SE LES ACEPTÓ QUE CORTEN EL TRÁNSITO en arterias adyacentes al Palacio Comunal???

 

-Coordinando, aceitando, todos los mecanismos logísticos, se pudo ARMONIZAR una fiesta de FE mucho más EQUILIBRADA dentro y fuera del Templo. ¿O será que hubo otro reparo NO OFICIALIZADO?

-Más allá de la LOABLE buena voluntad de TODOS los organizadores, faltó COORDINACIÓN para:

A) ingreso y egreso al y del templo una vez concluida la misa y/o recibida la bendición;

B) para ordenar de modo más CLARO las filas, promoviendo mayor FLUIDEZ en la circulación;

C) convocar a los medios (no solo a EL DIARIO-UNO-Canales-LT 14) a una conferencia para ajustar detalles en lo concomitante a DERECHOS y LÍMITES en las coberturas;

D) tener un nexo entre la organización y los medios para que el trato sea RESPETUOSO, CORDIAL, EDIFICANTE .

 

-La discriminación que tuvieron tres Servidores rosarinos y un sacerdote local, quienes a todos los medios dejaron trabajar sin apremios, y a Cuestión Entrerriana se le cercenó el derecho a tomar mejores reportes gráficos dentro de la Parroquia.

-Basta repasar los artículos de medios gráficos colegas para verificar que los Servidores pre-citados y el cura, por quien guardábamos un enorme afecto, mintieron acerca de la negativa GENERAL a que se tomen fotos por “respeto a la privacidad y/o intimidad de los enfermos” cuando estos -además- luego eran captados por las cámaras de canales amigos y hasta entrevistados.

 

-La falta de pantallas gigantes para que la gente que no pudo ingresar al templo pudiesen seguir las alternativas de la ceremonia, y de alguna manera puedan tomarle “el pulso” al transcurrir de las bendiciones sanadoras.

-Idem, la falta de buen audio.

 

-La instalación de puestos en la plaza que nada tenían que ver con la celebración. La vereda de calle Villaguay parecía una Feria de Pulgas.

Aun sin sentir sus maravillosas manos tocando nuestro cuerpo, tan magnánima presencia nos generó una conmoción peculiar; placer, privilegio, que no pudo ser disfrutado por miles de feligreses que debieron resignarse y soportar con inconmensurable tristeza el no poder recibir la consagración de tan maravillosa personalidad de la Iglesia Católica -por razones de tiempo- y viendo que el clima recrudecía la baja temperatura imperante y la lluvia era -hora tras hora- mas penetrante.