Maran Suites & Towers

Obras sin control

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Paraná debe ser una de las ciudades donde más obras privadas se han desarrollado en los últimos 3 años. La inversión en construcción de edificios, torres, dúplex, o playones de estacionamiento ha sido monstruosa. Y quizás las facilidades que otorga la Comuna, sin una fiscalización apropiada, sea el secreto de tanta prosperidad para las empresas del rubro. Galería de fotos.

 

Tal vez esa PERMISIVIDAD del Estado con las empresas constructoras tenga estrecho vínculo con las relaciones de funcionarios con fondos fiduciarios de las mismas.

Esos permisos PRECARIOS, si es que los hay, indudablemente han generado un crecimiento exponencial en la construcción, otorgando las condiciones IDEALES para las inversiones privadas.

 

Lo que no se ha contemplado es que CON ESA AUSENCIA TOTAL de fiscales en las calles para verificar si se cumplen las MÁS ÍNFIMAS NORMAS de seguridad y de respeto a los derechos de tránsito de los peatones, como las PAUTAS que tributen garantías a vecinos linderos, Paraná es un CAOS.

 

Vendría a ser una especie de Ley de la Jungla y todo queda supeditado a la honorabilidad, buena voluntad, de los responsables de las obras.

Claro que, si bien podemos dar fe de ciertas actitudes tendientes a conciliar, hay cuestiones PRIMARIAS, BÁSICAS que exceden a ingenieros, arquitectos o hasta privados inversores.

 

Por ejemplo, la CONDUCTA y PERICIA de los obreros para acometer sus responsabilidades con el nivel intelectual MÁS PRIMARIO, el cual pueda promover se vislumbren vicios de distinta índole, negligencias, errores, o procedimientos a la postre perjudiciales para terceros.

 

Lamentablemente, algunas obras son comandadas por gente absolutamente incapaz, inepta, torpe y peor todavía, IRRESPETUOSA. Y hete aquí una dificultad mayúscula para la ciudadanía. El contemplar cómo se vulnera INNUMERABLES  derechos civiles y la comunidad es VÍCTIMA de quienes deberían ofrecer MÍNIMAS CONDICIONES de transitabilidad o accesibilidad.

 

Por ello, recorriendo las calles de nuestra querida Capítal, nos encontramos a solo 2 cuadras de la Peatonal con estas imágenes.

No tenemos NADA que ampliar. No es imprescindible OPINAR. Ni siquiera profundizar en preguntas.

 

Solo basta observar los reportes gráficos y contemplar cuánta INCOMODIDAD y cuánto PELIGRO reviste esta obra sin facilitarse una anchura mínima en el recorrido de la acera de este a oeste y en un trecho corto de norte a sur (teniendo en cuenta el sentido de tránsito vehicular).

 

No hablamos de pisos antideslizantes, sin resaltos ni aberturas que permitan el tropiezo de personas con bastones o sillas de ruedas.

No nos referimos a desniveles de todo tipo que puedan provocar inestabilidad a personas con movilidad reducida.

 

No invocamos la falta de señalización acorde para que los no videntes puedan detectar a tiempo la existencia del obstáculo.

Sí, concebimos que se redujo TANTO el tamaño de la vereda, incluyendo un segmento que vendría a ser la apertura del “corral” montado, lo cual implica que debería construirse un itinerario peatonal alternativo (pasarela).

 

Es imprescindible redefinir y comenzar regular en efectivo parámetros constructivos a cumplir en edificaciones, públicas y privadas, y espacios de uso público, destinados a facilitar a las personas afectadas por cualquier tipo de discapacidad, permanente o circunstancial, evitando y suprimiendo las barreras y obstáculos que impidan o dificulten su normal desenvolvimiento.

 

No es la primera vez que lo decimos Y LO PROBAMOS. ¿Tendremos el HONOR que la Comuna exija a esta obra dicho respeto?