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¿Obra de Halle no se toca?

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- La remodelación urbana de la Plaza 1° de Mayo, proyecto enmarcado en las obras por el Bicentenario de la Patria, sigue deteriorándose en forma muy acentuada, esencialmente el sector de pilotes y alcantarillas del mandapeatón. Para la actual gestión parece un tabú intervenir en las elocuentes averías.

 

La prolongación de la vereda de la Plaza hasta poco más de la mitad de la calzada sobre Monte Caseros resultó una obra de controvertido desarrollo como tras su inauguración generó ácidas críticas por las -a simple vista-  imperfecciones varias.

Si bien hubo voces a favor por la priorización de los espacios públicos peatonales, quedó al desnudo una complicada transitabilidad del área.

 

Hoy, transcurrido un tiempo prudente en cuanto a acostumbramiento de la circulación, lo que resulta inocultable es el grado de erosión de la estructura y la indiferencia de la actual gestión para implementar un operativo de refacción y mantenimiento, sobre todo de los pilotes demarcatorios y las alcantarillas sobre la acera del Arzobispado.

 

Las obras en su momento financiadas por el Gobierno de la Nación a través de un convenio con el Gobierno de la Provincia, en el marco del Bicentenario, hoy requieren de una urgente intervención habida cuenta que además se percibe un progresivo movimiento gravemente irregular de la capa asfáltica en plena senda peatonal que va de norte a sur, entre la esquina del Drugstore y la del Correo Argentino.

Más allá que la precitada obra corresponde al período de Gobierno de José Carlos Halle, ¿no es tiempo de evitar se recrudezca la rotura de la zona? ¿O se quiere llegar a un accidente fatal?