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No va más para el “Chuzo” González en Echagüe

Del dicho al hecho…Hubo poco trecho. A las 16.15 del 18 de diciembre alertamos sobre lo que venía ocurriendo en Echagüe, esencialmente en lo que atañe al básquet profesional. Anticipamos que de ahondarse las contradicciones se podía llegar a profundizar escisiones y pasó. Luis “Chuzo” González no sigue en su función.

No hubo que esperar a ver qué sucede con Echagüe respecto a si entra o no en la B1 de la Liga Nacional. Faltando dos juegos para concluir la 1ª fase, en calle 25 de Mayo se dio una de las situaciones previstas, anticipadas, advertidas por Cuestión Entrerriana antes de la Navidad.

Su presidente, Héctor Ezcurra, había lanzado con absoluta convicción “está todo aclarado y de los rumores se harán cargo quienes los lanzaron” en torno al culebrón que versaba sobre una firme posibilidad de desafectar al entrenador a cargo del equipo profesional.

Y los rumores persistieron evidentemente como algo ya tristemente habitual en una entidad que en la faz institucional MUCHO había cambiado, transitando por una senda de neta seriedad, separando con elocuencia el interés por recuperarse como CLUB y dejar la actividad basquetbolística de Liga en manos de un grupo con la actitud y capacidad suficiente como para no repetir viejos errores que a su vez sumaría otra gente muy vinculada al baloncesto, con estrechas relaciones en materia política y buen perfil empresarial.

Tras un inicio pantagruélico, que sugería una estructura confiable donde la cabeza más visible era la del mítico goleador de Liga, -quizás eclipsando a un DT joven desconocido hasta por varios colegas suyos de primera línea-, poco a poco hubo síntomas en que algo comenzaba a andar no por los carriles esperados.

La usina generadora de versiones no se apagó y siguió flotando esa sensación de que no todo estaba bien, especialmente por el lado de un técnico que al principio aparentemente respondía a “mandos naturales” (leáse González y grupo empresario de alguna manera ligado a la política como vinculado al club por jugar en Seniors o haber vestido la casaca a finales de la década del 80) y que de pronto, se cobijó bajo el mandato directriz y se desligó de algunas coyunturas responsabilizándolo al “Chuzo” de ciertos procederes.

Esa conducta del entrenador aparentemente se profundizó con la llegada de Miguel Zandomeni, operatoria que tampoco quedó en claro porque comparativamente era tener dos técnicos de mismo nivel con la prerrogativa que Miguelito es paranaense.

Inicialmente, se lo presentó como Coordinador de todo el básquet amateur y DT de las principales divisiones, pero pese a la aclaratoria no nos quedaba tan en claro el deber pagar dos sueldos sabiendo de la austeridad con que se viene manejando la institución.

Y con un técnico “de Liga” en la apariencia distanciado del “Chuzo” y del grupo que al principio lo híper bancó, era de esperar que una cabeza caiga y la que cayó fue la de Luis González que paradójicamente fue uno de los que más hizo por atraer nuevas voluntades y porque Zandomeni retorne.

¿En qué condiciones se va el villaguayense?. Las desconocemos en absoluto. No hubo parte oficial del club en ésta ocasión. Pese a que tan bien venía trabajando su área Prensa, en ésta oportunidad hubo Silenzio Stampa, INCONDUCENTE, INAPROPIADO, que despierta aún más rumores y hace daño, lesiona.

Nos enteramos por colegas del diario UNO y Paraná Deportes. No nos enteramos por boca de algún dirigente o del propio ex jugador y hoy empresario desafectado.

O sea, una vez más primó el rumor, el chisme, la versión de parte interesada hacia la prensa elegida. No hubo comunicación oficiosa. Bastaban breves líneas y de última que cada medio intente hallar conceptos de los protagonistas o esbozar análisis propios con conocimiento de causa para esclarecer la coyuntura.

No… Una vez más, Echagüe demostró que no corrige su propio espíritu contradictorio en cuanto al básquet de Liga.

Años, muchísimos años atrás, Butta se enojaba con nosotros por pedirle transparencia, cristalinidad, claridad para que su gestión no sea enlodada por números permanentemente en déficit y comentarios que no solo brotaban desde calle 25 de Mayo sino a lo largo y a lo ancho del país.

Tantas veces le dijimos “Chungo…Hablá claro… Con números comprobables en la mano.  Documentá tus argumentos. Con cuentas claras nadie te criticará”.

No. Él decidió seguir poniendo su corazón pasional, su mente privilegiada para idear e improvisar sobre la marcha, pero nunca logró enmendar a tiempo y corregir rumbos sobre defectos incurridos que poco a poco fueron minando la confiabilidad de la entidad e hicieron de Echagüe un club de Liga donde pocos querían recalar y de la institución en sí una caldera.

No lo hizo con malicia. No lo hizo con un espíritu fraudulento. Jamás pensaríamos eso de Butta. Pero sí su vehemencia, su pasión, su accionar febril trajeron aparejadas graves vicisitudes.

Y esa “locura” (bien entendida…) cuando le tocó el turno a Eduardo Bianchini de desterrarla, lo contagió y éste gran tipo, intachable persona, también metió la pata para no perder la calidad de Liga el club de sus amores. Así, hasta hipotecando sus bienes, reeditó errores de quien fuera uno de los creadores de la Liga Nacional.

Hoy, varios de los dirigentes que de alguna manera le ponen el hombro a Echagüe con muchísimo esfuerzo, con loable dedicación, salieron de esos “riñones” dirigenciales. Mamaron esas experiencias.

Pese a ello, hoy, sorprendentemente, con un club que empezó a sanearse bajo gestión de César Gonano, vuelven a sobrevolar esos fantasmas funestos representados por actitudes grises, oscuras, hasta incomprensibles que precisamente al no ser transparentadas le generan honda desconfianza a cualquiera.

Ojo… No estamos dolidos por la partida de Luis González. Cada uno sabe lo que hizo y/o lo que no hizo. El balance es privativo de la institución y éste empresario ex artillero de la Liga.

Pero sí nos incomoda estar hablando una vez más de problemáticas poco claras. Bastaba con un breve parte y por qué no, una brevísima explicación del por qué se llegaba a ésta resolución.

Ahora, teniendo en cuenta lo que redactábamos en aquel 18 de diciembre, basta esperar lamentablemente que ocurriría si el AEC no clasifica a la B1 o cómo se hará para no caer en un default por tener que abonar dos sueldos como los del coach marplatense y el de Zandomeni, ya sin el grupo empresarial que había empezado a acercar soluciones en un proyecto que prometía tener a Echagüe en algunos años compitiendo de nuevo en la máxima categoría sin descuidar el baloncesto amateur.