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Nacional B: Patronato y Ferro no pudieron ganarse

Los dos intentaron algo más que asegurarse un punto. De eso no hay duda, pero los caminos tomados fueron intrincados, borrascosos. Un capítulo para cada uno en 90 minutos y pico donde hubo peligro ante los marcos pero no se jugó técnicamente bien. Bajo cero en el “Grella” y Patronato quedó harto incómodo.

Ferro tuvo trastornos en la primera etapa y encontró la fórmula en el segundo período para torcer la balanza.

Patronato hizo el gasto en los 45 iniciales -quizás exagerando el método repetitivo del pelotazo de Cristian Devallis, Víctor Soto o Gabriel Graciani a Mariano Echagüe y Diego Jara- y después bajó un tanto la guardia sufriendo de manera innecesaria.

La unidad lograda por los “Verdes” no es gran cosa, pero sí es útil. Los dos puntos desperdiciados por el “Rojinegro” en su propio feudo incrementan la inquietud por Villa Sarmiento y el Tiro.

Todo marchó sobre rieles bastante firmes para el dueño de casa cuando se conectaron Fabián Espínola, Echagüe y Jara, jugando la pelota al ras del piso con criterio. Esa combinación causó zozobra a los de Caballito y obviamente dejó en clara las apetencias del anfitrión.

Sin embargo, la falta de contundencia de los hombres del “Ruso” Zielinski (los mencionados como hasta Guzmán que tuvo una ocasión inmejorable en el epílogo) ya se erige en tema traumático pues a no olvidar los culebrones pretemporada con el no otorgar chances a Víctor Muller y después a Edgardo Brítes, dos que siempre fueron influyentes a la hora de resolver o de gestar espacios para que a otros se les simplifiquen las definiciones.

Claro que no se puede vivir de nostalgia y hay que apostar a renovar la fe; por ello no profundizamos en torno a quejas varias que van brotando desde todos los sectores del estadio.

Patronato fue incesantemente en ese primer tiempo. Pero sufrió una esterilidad a ésta altura molesta pues ya no estamos en el arranque del torneo. Y en la contabilidad del ping-pong de Cuestión Entrerriana aparecen no menos de 7 acciones propicias de anotar a favor del anfitrión -sin computar los numerosos córners que de por sí son acciones peligrosas-, en tanto que solo 2 o máximo 3 de alarma para el marco del Seba Bértoli usufructuando la dinámica de Claudio Aquino más la inteligencia de Ezequiel Carballo y las proyecciones de Roberto Salvatierra.

Por eso es que consideramos un lamentable desperdicio el ni siquiera haber pasado a los vestuarios por la mínima expresión arriba, más allá de reconocerse la calidad de Champagne bajo los tres palos del adversario porteño o la presencia intimidante de Herbella.

Todo mutó en el segundo período. Es que Patronato pareció desactivarse. Y no hubo mérito estratégico de los porteños. Hubo un apagarse progresivamente, un languidecer inexorable e inexplicable derivando en un permitir agrandarse a los forasteros que torcieron la historia en eso de fabricar peligro, donde las modificaciones de hombres propuestas por el DT local no brindaron matices en “pro”.

Por eso que el ping pong de la segunda parte marcó mas jugadas de riesgo favorables a Ferro que a un casi inexpresivo conjunto “Santo” que al menos tuvo a un Bértoli genial y a un “Indio” Moreyra reencontrado con ese liderazgo y esa firmeza que alimentó la solvencia de la zaga, indiscutiblemente la mejor línea del equipo local en la mediocre tarde/noche paranaense.

Zielinsky se quedó con rostro desencajado. No enfadado, pero sí hondamente turbado. Ferro le hizo precio. A los nombrados, se sumaron en el segundo tiempo los ingresos de Raponi y Pereyra Díaz quienes junto al despliegue incansable de Diego Tonetto tributaron mas variables para reafirmar el dominio “Verdolaga”.

Y más allá que se pueda decir “si no se puede ganar, tampoco hay que perder” es inevitable agregar, no como reproche, que resignar tantos puntos en su propia casa puede ser firmar un certificado defunción por anticipado pensando en lo que vendrá cuando haya que devolver las visitas a rivales más afianzados, más consolidados y con lectura más pormenorizada del debe y haber “Santo”.

Y a no olvidar a la gente, a los sponsors. Entendemos al DT y hasta compartimos en gran parte su manifiesto, pero tampoco es bueno minimizar el cuadro de situación. Se lo aconsejamos humildemente. No estaría mal ampliar el concepto y deslizar, al menos, que no hay conformidad y que la inquietud, el desvelo del público, de los auspiciantes o de la misma prensa también involucra a un plantel y cuerpo técnico el cual OBVIAMENTE deseaba regalar y regalarse una victoria ante un rival tan necesitado como su elenco. Hubiese estado bueno escuchar esas palabras.

El uno x uno

BÉRTOLI (8): es real que tuvo poco trabajo, pero computamos un total de 4 situaciones muy claras en las que actuó con su solvencia habitual. Aparte, salió con sobriedad a cortar centros y fue rápido en la salida.

GRACIANI (6): supo desnivelar cuando subió, lástima que abusó del centro. En defensa cumplió con corrección. En el segundo tiempo casi ni se proyectó.

MOREYRA (7): demasiado bien para la falta de ritmo competitivo. Ofreció liderazgo y enorme actitud.

FAYART (6): sin lujos pero enérgico y expeditivo.

SOTO (6): una entrega descomunal. Por ahí se enredó o de embarulló, pero con un espíritu ganador enorme. Igual que Graciani, quizás exageró con el pelotazo o los centros.

DEVALLIS (5): sacrificio indiscutible pero no la claridad de otras contiendas.

FLOTTA (5): empezó como para comerse la cancha. Segurísimo en la recuperación y distribución de la pelota. Poco a poco decayó en su orden y prolijidad.

GUZMÁN (5): otro con una actitud digna de ovación para marcar, quitar y gestar, pero también progresivamente fue perdiendo limpieza tal vez porque su físico le terminó jugando en contra por una molestia muscular.

ESPÍNOLA (6): dio síntomas de recuperación en su creatividad. Una producción que alienta expectativas porque su talento en cuota superior puede beneficiar a los delanteros.

ECHAGÜE (5): sigue siendo una especie de comodín. A Zielinski le falta ponerlo de defensor y ya está: bingo. Puso su mayor y mejor empeño en habituarse de punta con ese talento inmenso que posee pero se lo vio incómodo. Él necesita ganar la pelota en la zona media y a partir de allí crear. Le costó jugar de espaldas al arco y cuando tuvo la ocasión de definir, no tuvo contundencia.

JARA (6): comenzó como para ser la estrella de la tarde/noche pero sucesivamente fue perdiendo peso. La zaga visitante y el no entrar la pelota en la valla de Champagne lo fueron minando hasta desaparecer..

URRESTI (6): entró y no falló aunque se espera mucho más de él con la pelota en sus pies.

SÁNCHEZ SOTELO (5): cuando se desatienda de algunos silbidos o gritos en su contra, podrá resolver sin tanta ansiedad.